17 de mayo de 2007

Una Junta Ciudadana para PDVSA

Aún con el petróleo a 100 dólares el barril, PDVSA entrara en crisis, por cuanto ya debe haber traspasado ese momento cuando los intereses por ocultar superan los intereses por divulgar y se revientan los últimos amarres éticos y gerenciales. De repente veremos escenas que nos recordaran al Caracazo, cuando cargaban sobre el hombro un cuarto de res. ¿De que como lo se? De la misma manera como el gobierno y sus devotos lo saben, leyendo el libro El Estado Fallido escrito por Noam Chomsky, ese autor que Chávez recomendó en su discurso de las Naciones Unidas. 
Chomsky define a los Estados Fallidos como aquellos que no logran proteger a sus ciudadanos de la violencia, que se consideran a si mismos fuera del alcance de las leyes domésticas e internacionales y que sufren un déficit democrático y lo que implica que cumplen con algunas de las formalidades de la democracia pero no con la sustancia. ¿Necesito explicar más? No lo creo. 
Dado lo poco logrado con el petróleo durante los últimos 100 años, el cual hasta nos ha hecho daño manteniendo en el poder a autócratas y financiando sus arrogantes ocurrencias, hay quienes sostienen que estaríamos mejor si PDVSA quiebra, perdemos nuestro petróleo y podemos asi al fin comenzar hacer vida normal como país. 
Otros, ante la posibilidad que nuestro petróleo pase a manos distintas, prefieren que se quede en el subsuelo, por lo menos hasta el momento en que como país nos hayamos ganado el derecho de extraerlo y para que así rinda los frutos que las generaciones venideras tienen el derecho esperar. ¡Que suerte la de Noruega que consiguió su petróleo, ya viejo e institucionalmente desarrollado! 
Ahora bien, el hecho es que si no nos pre-ocupamos a tiempo, la verdad es que nos exponemos al riesgo de que se nos arrebate hasta nuestro derecho para poder decidir que hacer con nuestro petróleo. En tal sentido le rogamos a quienes conocen del día a día de la industria, en su esencia operativa, que preparen una lista de nombres y direcciones de candidatos para que puedan integrar una junta interventora ciudadana, para cuando inicie el Gran Deslave. Quienes pueden sentirse como elegibles deben ir preparando los planes de emergencia. 
La Junta Ciudadana de PDVSA debe ser cuidadosamente elegida para que en ella se sientan representadas todas las corrientes políticas del país y lo mejor sería evitar integrarla con quienes ya han tenido una actuación pública en el sector. Digo esto por cuanto al ser todo lo relativo a PDVSA algo muy delicado, en la operación, para que el enfermo sobreviva, necesitamos evitar tumultos y forcejeos. Por supuesto que para la defensa de nuestro petróleo se necesita de contactar y sumar, desde ya, todas las buenas intenciones que sufriendo mucho o poco siguen haciendo vida en PDVSA. 
De la misma manera se podrán necesitar de Juntas Ciudadanas para otras áreas críticas como por ejemplo el de las deudas públicas. Ahí, igualito, aún cuando hay quienes están tan hartos que hasta lo puedan preferir, debemos evitar que nos rematen al mejor postor. En estos menesteres no es cuestión de gobierno u oposición, es cuestión de venezolanas y venezolanos.

3 de mayo de 2007

180 dolares por mes

614.790 es ahora el salario mínimo mensual, lo que equivale aproximadamente a unos 280 dólares a la tasa oficial y quizás a unos 180 a tasas de realidades de por ahí. El anuncio constituye otro de esos miles de momentos oportunos para recordar que la venta de unos 3 millones de barriles diarios a 52 dólares netos de costo significa 180 dólares mensuales, no solo para los afortunados que por lo menos tienen acceso a un salario mínimo sino que para cada uno de los 26 millones de venezolanos. El que tengamos que vivir una vergüenza nacional de expectativas no alcanzadas, se debe exclusivamente al hecho que los ingresos que recibimos por la liquidación de nuestro petróleo no son ingresos del pueblo sino ingresos del desperdiciador de turno.

Olvídense de buscar un líder si todo líder que encontremos luego lo vamos a enloquecer dándole la chequera petrolera y con la cual pasará, en menos de lo que canta un gallo, de considerarse de un elegido nuestro para servirnos, a simplemente ser un elegido.

Si deseamos persistir en esta locura colectiva nuestra de creer que vamos a estar mejor entregándole lo que se recibe por el petróleo al presidente de turno, o dejándonoslo quitar por el dictador de turno, que administrándolo nosotros mismos, es mejor que en lugar de una elección utilicemos una lotería, donde dejamos en manos de Dios decidir, ya que así por lo menos podemos diluir con algo nuestra culpa y nuestras desilusiones.

Por más que lo pienso más estoy seguro que estamos locos. ¿Qué broma es esa de elegir cada cinco o ahora seis años a una persona para entregarle todo el ingreso petrolero solo para luego tener que chuparle las medias al neoarrogante de turno para que nos devuelva algo de lo que era nuestro para comenzar?

Si uno quiere que un maestro de obras haga unos arreglos en la casa, pues se le da un adelanto y se le paga en la medida que vaya entregando sus obras. Entregarle al maestro de obra toda la casa como anticipo, para luego sin que entregue obras tener que rogarle que por lo menos nos deje vivir arrinconaditos ahí entre los escombros, no puede ser otra cosa que locura.

Ya oigo a quienes se rasgan las vestiduras sobre la posibilidad que se le entregue algo de esos ingresos que obtenemos liquidando el petróleo para siempre, directamente a los venezolanos gritar: "¡No, se lo beben en caña!". Pues estoy absolutamente seguro que cada uno de mis veinte y seis millones de compatriotas están en mucha mejor capacidad de darle un mejor uso a sus 180 dólares mensuales, a que un "elegido" lo logre con los cuatro mil seiscientos ochenta millones de dólares mensuales que eso equivale.

Si el gobierno necesita luego cobrar cuatro mil seiscientos ochenta millones de dólares en impuestos, pues eso es ya otra cosa, pero en tal caso ya por lo menos queda claro quién trabaja para quién.

Uno de los 4.292.466 ciudadanos del país sombra.
(Insolentemente el CNE aún no termina por contarnos)

Publicado en El Universal 3 de Mayo de 2007