20 de diciembre de 2007

Nuestra frontera con el futuro

Somos un país muy confundido en un mundo inmensamente incierto. La oposición sostiene que el gobierno no tiene otros planes que no sea un desgobierno radical que venden como el socialismo siglo XXI y el chavismo sostiene que la oposición no tiene otro plan que no sea el salir del chavismo. Parecería entonces que nos encontramos entrampados como nación. O conseguimos salir de este pantano pronto o terminaremos todos mal…muy mal.
En tal sentido y sin pedir perdón por volver sobre un tema que ya he trillado bastante, de nuevo me referiré a lo del ridículo precio al cual vendemos la gasolina en nuestro país. Lo hago por cuanto estoy seguro que el poder solucionar correctamente ese problema específico, demarca la frontera entre una Venezuela con un gran futuro y un país destinado a diluirse en la nada.
En el 2007, con la venta de la gasolina por debajo de su valor y los subsidios cambiarios para la adquisición de vehículos, el Estado le habrá entregado unos 20.000 millones de dólares a quienes compran gasolina y vehículos…el 10% o más de todo el producto interno bruto.
La sociedad que se beneficia de ese regalo, "los recoge-gasolina" y que en su mayoría ni siquiera ven el problema, se rehúsa a colaborar en buscarle una solución a tal problema, argumentando que cualquier dinero entregado al gobierno será robado, malgastado o regalado a otros países, por lo que le parece mejor que quienes puedan quemen gratuitamente la gasolina.
La otra parte de la sociedad, la mucho más necesitada, tampoco protesta por cuanto el regalo de la gasolina es invisible y están demasiado ocupados haciendo su cola para que también les den su regalito, como lo puede ser un litro de leche, una curita, un techo de zinc o un trabajito.
El gobierno y que según reportes actualmente tiene hasta que importar gasolina para satisfacer la desbocada demanda local, por supuesto que quisiera aumentar los precios de la gasolina, pero no tiene la credibilidad necesaria para ello, menos tras el golpe que el ¡NO! les dio a su fama de invencibles. Para superar tal obstáculo el gobierno está actualmente diseñando un plan subrepticio para aumentar el precio de la gasolina basado en dos maniobras…lamentablemente ambas equivocadas.
La primera maniobra, explicada por ramírez de PDVSA, es lograr que los venezolanos en lugar de un tigre en el tanque pongan una bombona en la maleta y usen el gas. Para ello se necesita de unas inversiones billonarias, todo sólo para reemplazar los subsidios a la gasolina con unos subsidios al gas. Aun cuando a PDVSA, como empresa, esto le podría significar una leve mejora, usando cálculos de valor presente, tal alternativa no tiene el menor sentido para la nación.
La segunda maniobra, dicha por chávez es "Propongo que Pdvsa entregue eso a las comunas para que sean las que administren la distribución del combustible y el excedente económico se quede para el poder popular… recursos para la inversión social". De repente, si con esas "comunas" se significase las gobernaciones y los municipios, ésta podría ser una opción digna de analizar pero, al haber ya chávez desnudado su intención centralizadora con su propuesta deformadora, resulta claro que esas "comunas" solo son sus rojos rojitos no traicioneros, lo cual resulta inaceptable.
En tal sentido, si bien es necesario oponerse al plan actual del gobierno de cómo aumentar el precio de la gasolina, no debemos dejar de buscar otras alternativas ya que lograr aquello es la mejor vía tanto para reconciliar el país como para recuperar muchas décadas perdidas. Insisto, los estudiantes, de aquellos que aglutinan, podrían ser de mucha ayuda en esa tarea.
Nota: Algunos como chávez y ramírez han tratado al país con tanto irrespeto que como una pequeña y modesta sanción social, hace ya un tiempo les he retirado la mayúscula de sus nombres.

13 de diciembre de 2007

Soñando con La Concesión

El país después de tantas divisiones dolorosas no merece ser pegado con saliva sino que necesita de una pega mucho más fuerte. Los políticos buscarán la salivita que ellos consideren necesaria pero, como no soy político, me puedo dar el lujo de exponer sobre una súper-pega-loca, aun cuando les suene demasiado loca.

El indiscutible líder de las políticas públicas erradas en Venezuela es la venta de la gasolina por debajo de su valor oportunidad. En tal sentido, cualquier gobierno que no quiera enfrentar y no tenga la fuerza para solucionar lo anterior no es un gobierno que merece gobernar, mientras que cualquier gobierno que logre solucionar tal problema muy probablemente tenga la capacidad de solucionar muchos otros problemas. Es tan sencillo como eso.

¿Y cómo se puede llevar el precio de la gasolina a su correcto valor en la Venezuela dividida de hoy? Despierto no estoy muy seguro, pero soñando sueño con lo siguiente:

El país firma un contrato de diez años mediante el cual se le otorga a las universidades del país y a sus estudiantes la concesión exclusiva para vender la gasolina en Venezuela, asegurándoles el suministro de la gasolina al precio actual, gratuito. Igualmente se les entrega a ellos la administración de todas las carreteras de la nación.

Los estudiantes con el negocio de gasolina bajo el brazo buscan el financiamiento necesario para que el día que aumenten muy fuertemente el precio de la gasolina, puedan colocar sobre todas las calles de Venezuela un transporte público digno y gratuito y que cuente con sus vías exclusivas de movilización. Igualmente, como medida compensatoria transitoria, subsidiarán el costo de transporte de algunos de los productos básicos. Con el tiempo, con lo que produce la concesión, los estudiantes hasta podrán construir un tren veloz que atraviesa todo el país, así como hacer muchas otras cosas buenas.

Al final del contrato, cuando toda la ciudadanía reconoce estar mejor con la gasolina vendiéndose en un precio que refleje su valor, los estudiantes y las universidades le devuelven la concesión al gobierno. Para ese momento, ya el gobierno tiene a muchos de los actuales estudiantes en sus filas, por cuanto éstos aprendieron a gobernar como se debe gobernar.

Por supuesto que en una generación Venezuela puede duplicar el ingreso por habitante al mismo tiempo que logra una distribución más justa de tal ingreso. Lo que hace falta es sólo gobernar para el país y dejarnos de ser unos cursis y acomplejados copionetos de lo que la derecha o la izquierda ofrecen en otros países. Amigos, con nuestros estudiantes vayamos buscando a una Venezuela echada-palante, que en lugar de querer defenderse del mundo quiera aprovecharse de él, para el bien de todos.


El Universal