30 de diciembre de 2010

De CAP y de nuestros caciques

Como diría Ortega y Gasset, todo presidente es un presidente de acuerdo a sus circunstancias. En Venezuela, donde las resultas petroleras son enteramente centralizadas en el Estado, las principales circunstancias de un presidente con aquello hecho cacique, son la abundancia o la escasez de ingresos petroleros. Cuando son abundantes, será un cacique independientemente rico que no requiere de los ciudadanos y que puede financiar todos sus delirios. Cuando son escasos, será un cacique pobre que debe ser más presidente, conversar más con los ciudadanos, e iniciar procesos de fortalecimiento institucional para sobrevivir. 
Jamás debemos discutir a presidentes-caciques fuera de nuestro contexto petrolero. El así hacerlo sólo alimenta la noción o las esperanzas de que por ahí en Venezuela ronda el gran héroe salvador con capacidad de usar la chequera de las resultas petroleras para desarrollar al país para siempre. Por supuesto que hasta por puro cálculo probabilístico algún cacique podría lograr hacer algo bueno, de vez en cuando… pero tal cálculo probabilístico igualmente indicaría, con absoluta certeza, que luego llegaría un cacique que derrumbaría todo lo bueno... sin encargarse de lo malo.
El fracaso de los presidentes en Venezuela, se debe principalmente a la negación de los ciudadanos en aceptar la responsabilidad directa por administrar aquellos recursos naturales con los cuales han sido bendecidos por la Providencia… lo que ante nada es el resultado de su muy cobarde necesidad de tener siempre a alguien a quien culpar. ¿No nos gustó CAP, Caldera, Lusinchi, Herrera, o el cacique de turno? Pues amigos, los principales culpables de ello somos nosotros mismos… directa o indirectamente. Foca es foca, así esté vestido de etiqueta o de rojo-rojito.
El país necesita tener un presidente que gobierna para los venezolanos, con lo que le pagamos en impuestos. Mientras tengamos caciques con la responsabilidad adicional de administrar nuestros planes de pensión y la repartición de las piñatas petroleras, simplemente no lograremos tener el presidente que necesitamos.
Carlos Andrés Pérez, Q.E.P.D., como muchos líderes tenía el deseo natural de poder dejar un magnifico legado para el país, y por cuanto era un hombre enérgico con mucha confianza en sí mismo y no sufría de complejos, le echó muchas piernas al asunto. En CAP-I disponiendo de amplias riquezas petroleras; en CAP-II trabajando con las uñas tales como privatizaciones que cuan venta de la platería familiar le inyectaban algo de recursos, o con las conversiones de deuda pública en capital que ofrecían algo de luz en la oscuridad. Por cuanto CAP era admirador de lo moderno, el país respiró con él un oxígeno embriagante y que en mucho lo enloqueció.
El cacique de turno comparte con CAP el deseo de dejar un legado, algo evidente en que como mínimo quiere que su cara sustituya a la del Che en las franelas izquierdoides del mañana. Lamentablemente, por cuanto sufre de complejos y entre los íconos del pasado que admira hay muchos de tercera categoría, el enloquecimiento sufrido por el país durante la actual bonanza petrolera, ha sido más bien causado por una falta de oxígeno… lo que podría causar ciertos daños permanentes.
Finalmente necesito hoy resaltar que CAP fue un demócrata que se esforzó en ser un respetuoso de las leyes, lo cual contrasta mucho con quienes son tan pequeños que se creen la ley. 
¡Feliz Año Nuevo!
PS. Como nota histórica tuve la oportunidad de ser el traductor entre CAP y Olof Palme cuando éstos conversaron y negociaron sobre el futuro de Felipe González. 

9 de diciembre de 2010

¡Fuera ricachón!

Venezuela enfrenta una emergencia que requiere que todos metamos el hombro, en lo que podemos, y sin obstruir. Las emergencias, por las causas que sean, normalmente constituyen ocasiones para unir a los países, y jamás deberían ser explotadas para desunir.
En la semana oímos al presidente de la República Bolivariana de Venezuela referirse en tono despectivo a los "ricachones"… mientras cual una Evita en boina roja, se pavoneaba repartiendo favorcillos de lado y lado con una chequera alimentada por nuestras resultas petroleras venezolanas, y mediante la disposición de activos que no son suyos, por muy al derecho o al revés que leamos la Constitución.
¿Qué será lo que quiere? ¿Que no existan apartamentos recreacionales privados en Venezuela? ¿Qué los "ricachones" en lugar de gastarlo en el "está carísimo, dame solo medio" vayan a gastar su dinero en otro país? ¿Para que los hoteles se construyan en otro país? ¿Para que los que se queden sin empleo necesiten de mudarse ahí? ¿O es todo para que los que se queden cada día dependan más de él?
El que no haya ocurrido un total repudio popular inmediato e unánime a tal estupidez, se debe antes que nada a que en Venezuela tenemos muy desarrollado la idea que el Estado ha sido inescrupulosamente explotado por los ricos, y que por ello a los ricos les toca devolver. Y no es que tal concepto no tenga un trasfondo válido, por supuesto que lo tiene, de sobras, solo que su aplicación no nos lleva a ningún lado.
Si queremos disminuir el cómo el Estado pueda ser inescrupulosamente explotado por tantos, lo que necesitamos asegurar es que el Estado no posea tanto material explotable… lo que en esencia significa quitarle el control sobre el cómo se gastan las resultas petroleras.
Si hasta en países donde los ingresos del Estado provienen 100% de los impuestos pagados por los contribuyentes hay quienes hacen vida política culpando a sus respectivos "ricachones"… ¿cómo no vamos a sufrir de ese mal en Venezuela?
Por lo menos durante mi vida y aún cuando creía que en ese campo tenían competencia fuerte, este gobierno es sin duda el peor que le ha tocado a Venezuela. Pero, quizás justamente por ello, carga en sí la semilla de poder convertirse en lo mejor que le haya pasado a Venezuela.
Si logramos aprovechar el que una marea de hipocresía extremadamente baja haya desnudado tan por completo la realidad de una ciudadanía enfermamente dependiente de un Estado autónomamente ricachón, esto nos brinda una oportunidad única de rectificar lo que en el fondo más nos imposibilita llegar a ser una nación, en el significado más completo de tal término.
Ahora bien, si nos hacemos la vista gorda y seguimos creyendo en quienes dicen estar en capacidad de administrar bien unas resultas petroleras tan gigantescas que superan cualquier capacidad digestiva de gobierno, por el bien de quienes les gusta explotar o quienes necesitan de ser explotados, todas esas inmensas pérdidas de oportunidad que hemos sufrido durante este gobierno, solo servirán para asegurar futuras pérdidas de oportunidad.
Así que, si es por mí ¡Fuera Estado ricachón! Mil veces prefiero a un presidente campesino que a un cacique latifundista.
PS. Leo en el Financial Times, con respecto a Citgo, que es más fácil dictar el precio de compra cuando se nacionaliza activos, que el precio de venta cuando se desnacionalizan. Típica afectación ricachona.

2 de diciembre de 2010

El espejo iraquí

Supónganse un país que estuviese padeciendo las inclemencias de una dictadura que aún cuando le importa un rábano el pueblo y viola todos sus derechos humanos, logra mantenerse en el poder, gracias a unos ingresos derivados de la extracción de 3.5 millones de barriles de petróleo, en un país de unos 33 millones de habitantes. Como entenderán, les estoy hablando de Irak y de Saddam Hussein. 
Y supóngase que a cuenta de una ayuda externa no formalmente solicitada, ése país logra liberarse de su monstruo oligarca; pero que ahora sus ciudadanos oyen sobre la posibilidad de que en unos pocos años la extracción de petróleo aumentará a 10.5 millones de barriles diarios; y de que las resultas petroleras seguirán yendo directa e íntegramente a quienes los gobiernan, bien sea desde el Estado Central o desde algunos muy pocos gobiernos regionales. 
En cifras concretas, calculando las resultas en 70 dólares por barril, lo anterior significaría entregarle a uno o a unos muy pocos gobernantes en un país pobre, donde los pobres no tienen con qué defenderse y los ricos prefieren entenderse, la cantidad de 8.130 dólares anuales por cada uno de los 33 millones de ciudadanos. ¿Qué dirían ustedes? 
Yo sí sé que si fuese un ciudadano iraquí gritaría: "Ni locos vayamos a coronar al Hussein II que con toda certeza nos espera, si permitimos que alguien se arme con una chequera petrolera con hasta tres veces más de las resultas petroleras de las que recibía Hussein I. Si así lo hacemos, lo malo del I pasará a ser solo un juego de niños. 
¿Qué se puede hacer? No hay otra manera que el de, o no extraer el petróleo, o el de limitar estrictamente el monto de las resultas petroleras que el gobierno central pueda recibir anualmente, para así evitar un Estado o cacique independientemente rico y donde los ciudadanos-indios terminan siendo solos unos molestosos pedigüeños. 
Como tal limite propondría inicialmente el monto menor de las siguientes tres cantidades: El 20% de los ingresos recibidos por el fisco de los ciudadanos por concepto de impuestos, para que quede claro que los ciudadanos son los jefes del cacique y de sus caciquillos; el 5% del PIB o el 15% de las exportaciones, para que el Estado, el cacique y los caciquillos tengan un interés en ayudar a los ciudadanos producir. 
¿Significaría esto cambiar la Constitución, por ejemplo en un país como Venezuela? ¡Por supuesto que sí! Pero, como el propósito fundamental de toda Constitución es el defender a los ciudadanos de sus gobernantes, igualmente ya sabemos a cuenta de muchas experiencias que una Constitución que no limita expresamente el poder petrolero del Estado y de sus "petrocratas", de todas maneras es simplemente una vulgar entelequia. 
Amigos del lado del espectro político no ajeno al socialismo. Recuerden ustedes que unos socialistas idealistas, u hombres nuevos, por muy nuevos que sean, no tienen el menor chance del mundo de lograr dominar a un comunista oportunista con una chequera repleta de resultas petroleras. 
Amigos del lado del espectro político ajeno al socialismo. Recuerden ustedes que no existe la más remota posibilidad de lograr que unos mercados operen con eficiencia, por eficientes que sean sus participantes, si no se logra dominar a un capitalismo de Estado alimentado por una chequera repleta de resultas petroleras. 
Espejo, espejo iraquí… ¿dinos quiénes somos los perfectos idiotas aquí?
Caracas, El Universal

25 de noviembre de 2010

¡Ríndannos cuenta comunistas!

La sociedad civil son aquellos ciudadanos que como civiles activamente buscan influenciar en el futuro de su país o del mundo. Su contraparte, los que ocupan cargos políticos y burocráticos en gobiernos, representaría la “sociedad no-civil”.
“La sociedad no-civil: 1989 y la implosión del establecimiento comunista” es el título de un extraordinario libro de Stephen Kotkin, 2009, que analiza la caída del comunismo en 1989 en varios países de la Europa Oriental; y que concluye en que si bien la sociedad civil organizada en algunos países como Polonia tuvieron cierta influencia, el comunismo, esencialmente se derrumbo por causa de una sociedad no-civil ineficiente y desmoralizada.
El libro sería lectura obligada para el cacique y sus caciquillos y sus ayudantes, si quisieran permanecer en el poder, pero no lo leerán, por cuanto forma parte de una realidad comunista no leer tales libros, menos entenderlos y mucho menos poder hacer algo al respecto.
“Lejos de ser coherentes, y menos aun actuando con conciencia de clases, el establecimiento comunista frecuentemente era incoherente, dividido por peleas de poder e híper-secretes. La toma de decisiones era una caja negra aun para los más poderosos.”
“La paradoja del la sociedad no civil es que sus miembros tenían autoridad ilimitada y dominio de todos los recursos de la nación, y aun así estaban paralizados. El establecimiento que pudo crear un colectivo de todo el campesinado y nacionalizar (estatizar) toda una nación, subsecuentemente eran completamente incapaces de tomar las menores medidas correctivas cuando algo no salía de acuerdo al plan.”
“¿Puede una élite osificada y conservadora, (tal como hoy ya lo es la boli-burguesía) absorber ideas que le resultan extrañas?” preguntaba el intelectual Húngaro Gyorgi Konrad en 1984, asomando que “el comunismo se quiebra antes de doblarse”. Yo, como leo el libro y parafraseando algo unas de sus frases, lo resumiría en que el comunismo expropia y hace añicos del idealismo y las capacidades que necesita para sobrevivir.
El mensaje aleccionador pero inquietante y hasta algo deprimente que el libro de Kotkin le da a la sociedad civil es que, ante una sociedad muy no-civil, su protesta puede resultar irrelevante. Creo que Kotkin exagera algo en sus argumentos buscando acabar con el mito exagerado de la sociedad civil como mata-comunismo. No obstante, la lectura del libro, nos obliga pensar sobre la inmensa diferencia que existe entre una sociedad civil que pueda servirle de válvula de escape al comunismo y una sociedad civil que no impide que el balón del comunismo fracasado se infle hasta que explote.
En tal sentido, quienes quieren acabar con el comunismo, así sea nuestra versión algo tropical, deben concentrarse en simplemente repetir las concretas e innumerables fallas del gobierno, provocadas antes que nada por la incapacidad del cacique y de su sociedad no-civil, incapacidades que le resultan propias al comunismo; y no perder tiempo discutiendo un comunismo qué por fracasado hasta ha perdido el derecho de ser discutido. En eso, que pierdan su tiempo los comunistas.
Qué comunismo ni qué ocho cuartos. ¿Dónde está ese extraordinario queso que los cientos de millardos de dólares recibidos por el gobierno, a cuenta de nuestras resultas petroleras, debería habernos dejado sobre la tostada? ¡Ríndannos cuenta comunistas!
El Universal

18 de noviembre de 2010

El cacique Sol

En la semana oí al cacique que tenemos de turno amenazar a Lorenzo Mendoza, un ciudadano, al que denominó "ricachón y burgués" con un "Mendoza, no te pongas a pelear conmigo. Tú puedes seguir con tu fábrica, con tu empresa pero no te metas conmigo, que yo ando con esto de frente (la Constitución). Yo no tengo ningún plan de expropiar la Polar, por ahora, a menos que tú insistas en meterte conmigo… si me sigues amenazando… ¡eh!". 
Pelé por la que con dice andar de frente el cacique y leo "Art.115. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y pago de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes. Art.116. No se decretarán ni ejecutarán confiscaciones de bienes sino en los casos permitidos por esta Constitución". 
En otras palabras, debemos entender que este cacique sostiene que el no meterse con él debe calificarse como de utilidad pública o interés social. Alguien que se creía con derechos similares fue Luis XIV, a quien se conoce también como "El Rey Sol", y a quien se le atribuye haber dicho "L'etat, c'est moi" "¡El Estado, soy yo!". Ahora bien, para que nos ubiquemos, eso fue antes de la Revolución Francesa. Las revoluciones son justamente para acabar con tales insolencias autoritarias, por lo que parecería que esto lo que llaman una revolución, lo que más necesita, es justamente una revolución. 
Francamente, en el 2010 del mundo moderno, con una población en general alerta y perspicaz… ¿cómo pueden los venezolanos haber caído en éstas?... por guatemalas o cuartas que fuesen de donde viniesen. 
No hay otra explicación posible que el hecho de entregarle las resultas petroleras al cacique de turno, contiene un elemento que embrutece a los ciudadanos. Ese elemento embrutecedor es por supuesto el que ellos quedan psicológicamente dependientes del cacique por saber que ése tiene algo suyo que entregarle y que se lo entregará, como a él le salgan sus reales ganas… y eso sólo si se portan muy bonito, con él. 
Sin duda, cacique-con-chequera con resultas petroleras mata cacique-buen-administrador. 
¿Queremos seguir en estas de tener que depender tanto de conseguirnos un buen cacique, o comenzaremos a pasar más de las resultas petroleras directamente a nosotros los indios para que aprendamos a sembrar y defendernos como ciudadanos y no como súbditos? Yo diría que lo segundo es una imperiosa necesidad nacional. 
Lamentablemente, entre los tantos aspirantes a ser nombrados caciques con trono barrilero, los tantos que se han asegurado por unos momentos recibir una cuota de resultas mayor de lo que les corresponde y los tantísimos enamorados de la sumisión que los libera de responsabilidades, hay una silente conspiración para evitar que ni siquiera se debata este tema. 
En tal sentido, y sin oponerme a un cambio de cacique, ni loco que fuera yo, no quiero una oposición con tufo inconfundible del quítate-tú-para ponerme-yo, sino que quiero una oposición que huela bien al quitemos-los-caciques-para-poner- a-los-indios. 
Un cacique sin acceso directo a las resultas petroleras, tendría muchas menos posibilidades de poder amenazar con expropiarle el derecho del voto al ciudadano que se meta con él… o con ése plumaje que le queda tan bello (lo último y lo del "sol" por el por si acaso). 
Quitarle nuestras resultas petroleras a los caciques, eso sí es una revolución que vale la pena, ¿eh? 

11 de noviembre de 2010

¡Sitiados, a sitiar a los sitiadores!

"La humanidad se encuentra en una encrucijada. Una vía lleva a la desesperación y la absoluta falta de esperanza. La otra, a su total extinción. Oremos por la sabiduría de saber elegir correctamente". 
Lo anterior es el inicio de un discurso dado en 1979 a unos graduandos por el cineasta estadounidense Woody Allen. Lamentablemente lo dicho en el discurso se siente demasiado aplicable a la realidad de nuestro país donde el Gobierno, ubicado sobre el borde del abismo, insiste en querer dar pasos adelante. 
Todos conocemos que Venezuela se encuentra en una situación totalmente insostenible, agravada por el hecho de que no sea fácil ver de dónde sostenernos. Llegado el momento en enero de instaurarse la nueva Asamblea, todos los diputados electos se enfrentarán con la responsabilidad de no caer en la trampa de jugar a la normalidad sin asegurar la existencia de la normalidad requerida. 
Vuelvo a insistir. Si un Diputado en enero levantase la mano, así sea para pedir un café, sin haber logrado asegurar, siquiera el derecho a pedir café, un derecho que por los vientos que soplan no parece que lo tuviere, en ese momento habrá comenzado irrevocablemente a traicionar su misión, y traición no se paga con amor. 
Vuelvo a insistir. Oír a diputados electos hablar sobre legislar cuando la legislación toda, Constitución incluida, es tan violada, asusta y entristece. Diputados, les ruego, hagan lo que hagan, no legitimen lo que no es legítimo. 
Vuelvo a insistir. La única manera de lograr una puerta de entrada a un futuro mejor y no conformarse con buscar sólo una puerta de salida de emergencia, es comenzar conversar sobre la posibilidad de traspasar las resultas petroleras a los ciudadanos, parcial o totalmente, directa o indirectamente vía un fondo totalmente aislado de todas las consideraciones políticas de corto plazo. 
Basta una ojeada a la Constitución para de inmediato percatarse que el gobierno de-facto ha suspendido muchas de las garantías constitucionales, y por lo cual, de hecho, le ha impuesto al país un estado de sitio ilegítimo. Responder a ese ilegítimo estado de sitio, debe sin duda ser la primera responsabilidad de todo asambleísta elegido según el artículo 201 de la Constitución, para ser "representantes del pueblo y de los estados en su conjunto, no sujetos o sujetas a mandatos ni instrucciones, sino sólo a su conciencia". 
Por cuanto una riesgosa desobediencia civil organizada, a veces termina siendo la única posibilidad para los pasajeros de lograr parar a uno de esos choferes desenfrenados que en uno de esos tantos autobuses con frenos dudosos atentan contra la vida de venezolanos, hay que planificar unas acciones… y los parlamentarios deben, por supuesto, dar el ejemplo planificando las suyas. 
Para comenzar, ante las tantas declaraciones relativas a que sus opiniones serán ignoradas, sugiero que ni uno solo de los nuevos parlamentarios acepte acudir a la apertura del Congreso en enero del 2011, si no se le permite dirigirse ahí en la compañía de todos quienes votaron por él; y quienes tienen todo el derecho constitucional de expresar públicamente, tanto su apoyo como su firme voluntad de someter al diputado electo a una estricta rendición de cuentas. 
Vamos diputados… ¡A sitiar a los sitiadores! ¡Muéstrennos el camino! 

4 de noviembre de 2010

De vómitos y Citgo

Cuando quien tiene la responsabilidad de guiar los destinos de la nación, ignora aquello para satisfacer sus ansias de poder, la nación sin duda enfrenta una situación vomitiva. 
Cuando muchos ciudadanos se irrespetan sometiéndose a la sola voluntad de un cacique, sin duda enfrentamos una situación vomitiva. 
Cuando Venezuela, como nación, se nos escapa entre los dedos y sabemos que por cada día que pasa les estamos dejando menos y menos de todo excepto problemas a nuestros hijos, vomitamos. 
Cuando observamos militares cavándole túneles a las fuerzas externas que quisieran ocuparnos, vomitamos. 
Cuando observamos las políticas económicas que brindan apoyo a otros países a costa del nuestro, vomitamos. 
Cuando sabemos de tantos compatriotas que han invertido sus últimas reservas de esperanzas en confiar en el cacique de turno, de tanta lástima por ellos vomitamos. 
Cuando observamos a los zamuros de turno, riéndose, aprovecharse de las bufonadas, de pura rabia vomitamos. 
Cuando tantos de los ciudadanos, entre los cuales me incluyo, buscamos salidas civilizadas cónsonas con nuestras más profundas convicciones… ¿cómo podemos evitar que haya días que deseamos que algo o alguien nos obliguen a meternos los dedos en la garganta, para vomitarlo todo? 
Ése día que vomitemos todo… que más nunca volvamos a aceptar el principal origen de lo nauseabundo de todo, lo cual no es otro que la entrega de nuestras resultas petroleras a los intereses cortoplacistas y egoístas de quien tengamos como cacique de turno… así sea éste un clon de Albert Einstein, Madre Teresa y Simón Bolívar. 
En fin, algo debemos hacer, pronto, por cuanto no existe una muerte más horrible para un pueblo que la de asfixiarse con sus propios vómitos. 
Y ahora les explico que Citgo tiene tres componentes: 
Una red de franquicias gasolineras que desean surtirse con gasolina de calidad aceptable para revenderla al mejor precio… por lo que con tener la gasolina de calidad aceptable al mejor precio basta… las demás ganancias, son de los dueños de las franquicias. 
Unas refinerías que refinan petróleo no venezolano. Por cuanto la refinación de petróleo, en términos generales, aun para eficientes entes privados, ha resultado, en promedio, ser un negocio muy mediocre, tales refinerías constituyen un negocio público más que mediocre para Venezuela. Hubo una ventana de oportunidad para venderlas a buen precio cuando hace no mucho la capacidad de refinación era especialmente escasa… ya no. 
Unas refinerías que refinan petróleo venezolano y que, sin tener petróleo venezolano que refinar, no justificarían ni siquiera el pago a un guachimán para que cuide sus pedazos de hierro. 
En suma, jamás hubo razones por las cuales pagar algo por Citgo, como jamás habrá razones de esperar algo en pago por Citgo. 
Si alguien ahora dice que espera conseguir unos 10.000 millones de dólares por Citgo, es por cuanto alguien espera regalarle unos 10.000 millones de dólares o más a Citgo, mediante unos contratos de suministro de petróleo venezolano a descuento… igualitos a los contratos de suministro de petróleo venezolano a descuento que permitieron a Citgo disfrazar, desde su principio, la extrema pobreza de sus resultados financieros. En otras palabras, alguien tendría la intención de crear sobre nuestro petróleo otra hipoteca china para beneficiar su propio ahora, sin preocuparle nuestro mañana... ¿vomitivo eh?
Caracas, El Universal

28 de octubre de 2010

PDVSA, cuidado con una traición a la patria

Me llegó una copia, en inglés, del prospecto preliminar para la emisión de 3.000 millones de dólares de bonos de Pdvsa para, a tasa de interés del tipo tarjeta de crédito de súper-maula, poder seguir invirtiendo en proyectos y gastos de desarrollo social… hasta que el balance de nuestra pobre Pdvsa aguante... o no aguante.
Entre los riesgos de Pdvsa y que los mismísimos rojos-rojitos consideran necesario divulgar a los inversionistas, a fines de dar cumplimiento a las diversas leyes de mercado leemos:
"El Artículo 5 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos nos impone compromisos sociales… Esos compromisos pueden afectar nuestra capacidad para colocar fondos adicionales en reserva para usos futuros, e indirectamente, a nuestros negocios comerciales. Dado que estamos controlados por el gobierno de Venezuela, no podemos asegurarles que en Venezuela el gobierno, en un futuro, no nos impondrá más compromisos significativos o que intervenga en nuestros negocios de una manera tal que afecte adversamente nuestras operaciones, flujo de caja y resultados financieros".
"El Gobierno nos requiere hacer contribuciones significativas para programas sociales, incluyendo transferencias a Fonden, así como se nos exige financiar proyectos específicos… El gobierno de Venezuela ha nacionalizado y sigue nacionalizando compañías…. No podemos asegurarles que el gobierno de Venezuela no nos requerirá incrementar nuestras contribuciones a programas sociales o comprar otros negocios. Cualquiera de esas acciones nos expondría al aumento en los costos, litigios, y pasivos contingentes, lo que tendría un efecto negativo significativo en nuestra condición financiera y en los resultados de las operaciones".
"No podemos asegurar que mantendremos nuestros actuales niveles de producción o generar suficiente flujo de caja o que tendremos acceso a suficientes inversiones, préstamos u otras alternativas financieras para mantener y darle servicio a nuestras actuales infraestructuras para poder continuar con nuestros actuales niveles de producción".
Puede que los directores y la alta gerencia de Pdvsa no puedan "asegurarnos" nada, pero por lo menos tienen la obligación de hacer absolutamente todo lo que esté a su alcance, y mucho más aún, para evitar que esas calamidades que indican como posibles ocurran… Pdvsa no es un mercalito cualquiera.
Señores miembros de la Junta Directiva de Pdvsa.
Olvídense de las leyes de los mercados de capitales, eso es lo de menos. Su verdadero problema es que si algo llegase a pasarle a Pdvsa, por ineptitud, desidia o por falta de coraje de ustedes para levantar a tiempo su voz de protesta y actuar en consonancia… nosotros, los verdaderos accionistas de Pdvsa, los ciudadanos venezolanos, los consideraremos a ustedes, individualmente, como traidores a la patria y actuaremos en consecuencia.
Si acaso no lo sabían antes, dense por muy notificados… y por supuesto hasta de manera retroactiva.
Y no nos vengan luego con las pistoladas que solo obedecían órdenes, ustedes saben bien que no es permitido obedecer órdenes que puedan resultar en una traición a la patria.
Les aseguro que yo, para el caso de que fuera director de Pdvsa, hubiese creído tener razones para emitir las advertencias que se indica en el referido prospecto, hace rato que hubiese muy ruidosamente renunciado.

21 de octubre de 2010

¡Quitémoslo ya!

Y con el título no me refiero al cacique de turno y que aun cuando comprendo que hayan quienes pueden estar tentados a cometer un serio acto de infidelidad democrática, ese no solucionaría mucho, a menos que logremos quitarnos ese yugo que significa la centralización de los resultas petroleras en las manos de unos pocos habladores de pazguatadas… de las repúblicas que sean.
Muchos artículos exponen el símil entre el rescate de los mineros en Chile y la necesidad de rescatar a los venezolanos. No es completamente aplicable. En Chile los mineros estaban ansiosos por retornar a la luz y al aire libre, mientras que en Venezuela, aún no conocemos lo que es un sistema de gobierno iluminado que permita respirar. Aquí lo que nos peleamos es solo sobre quién nombrar como jefe de turno en nuestra oscura mina, esperando sacarnos en la lotería uno que nos haga la vida algo más llevadera, hasta que llegue el próximo inútil.
Como nación tenemos un problema existencial cuando chillamos, cuando un cacique nos humilla usando nuestras resultas petroleras de manera grotesca, como contratando sin razón con un país lejano y para nada transparente y donde nadie podrá ir a reclamar algo, la construcción de 4.000 viviendas… y solo terminamos en sugerir un cambio de cacique.
En la semana, en una entrevista con la BBC, observamos a un inteligente y culto oposicionista quedar básicamente reducido a otro quítate-tú-para-ponerme-yo, al tratar de explicar lo de nuestro país, sin referenciar nuestra condición de país petrolero con las resultas colocadas en manos del cacique de turno. Mi respuesta hubiere sido:
"Afamado señor entrevistador inglés, si usted viviese en un país donde el 90 por ciento de unos fabulosos ingresos por exportación le entran directamente al gobierno, solo entonces usted tendría la posibilidad de comprender la imposibilidad de tener una democracia real, no obstante el número de elecciones… entonces usted tendría que acostumbrase a ver cosas como a su reina vestida en minifalda fabricada de palmas del color que al cacique le guste, bailandito, y una sociedad humillada observándola mudamente. Pero, mientras eso no ocurra, le garantizo que usted no tiene la menor idea de lo que pasa en Venezuela, ni podrá jamás entenderlo… así que no perdamos el tiempo. Buenas noches".
Ruego que algunos de los nuevos diputados a la Asamblea se dediquen a informarse sobre lo que es luz y aire libre, para entonces buscar una puerta esperanzadora para el futuro del país, para que no perdamos más tiempo buscando solo con urgencia puertas de salida de emergencia, vez tras vez tras vez.
La puerta de entrada al futuro consiste en librarnos de esa maldición de entregarle a los caciques el inmenso poder de nuestras resultas petroleras, sin que siquiera quede constancia de ello. El día que tales resultas, directamente o vía un fondo completamente aislado de la política, vayan a los ciudadanos, es cuando vamos a poder conocer sobre quiénes saben gobernar y quiénes no.
Políticos y politiqueros, los venezolanos ya llegamos al llegadero y simplemente no queremos confiarles más nuestras resultas petroleras. Si cumplen su función, encantados pagaremos los impuestos que nos correspondan.
Quitémonos la maldición de ser humillados, de la manera que sea, por unos gobernantes independientemente ricos y para quienes, una vez electos, solo somos una molestosa ladilla.
El Universal

14 de octubre de 2010

Una nación de humillados

No es que vayan a sentirse insultados, no los estoy llamando ignorantes, es solo obvio que ustedes los caciques no tienen la menor idea de cómo sembrar el petróleo, así que ahora nos toca a nosotros, los indios, aprender a sembrar. Por supuesto que a unos cuantos de nosotros se nos perderán las semillas, pero por lo menos las habremos comido y bebido sin haber tenido que arrastrarnos ante quien sea el cacique de turno. La verdad sea dicha, actualmente solo somos una nación de súbditos humillados y eso tiene que acabar.
Con solo tres integrantes de la reciente electa Asamblea que presenten una ley que obligue al Estado traspasar, vía un fondo, directamente a los venezolanos un porcentaje de las resultas petroleras, basta para comenzar a formalmente identificar quiénes tienen confianza en el pueblo y quiénes solo son otros vulgares quítate-tu-para-ponerme-yo.
En 1948 se implementó el 50-50 el "fifty-fifty" con el cual el Estado percibía lo mismo que las empresas de las resultas petroleras; y en 1976 el 0-100, o el "todito para el Estado, su cacique y sus caciquillos".
Dios quiera que en una fecha no demasiado lejana se inicie la transición hasta otro 50-50, ésta vez el 50 para el Estado y el 50 para los ciudadanos. Por supuesto, a la larga, con un 20% para el Estado por administrar la industria le debería bastar y sobrar.
Ya veré mi correo electrónico de nuevo inundarse con los chillidos de quienes con eso creen que atento en contra de la fibra moral del venezolano; acusándome de querer convertir a Venezuela en una sociedad de rentistas. ¿Más de lo que hoy somos? Si eso fuese cierto, lo que promuevo más bien podría calificarse como la independencia o la libertad de los rentistas.
Pero la verdad verdadera es que solo los caciques y sus caciquillos son los rentistas: y el pueblo solo es un receptor de las migajas que dejan aquellos, o, en traducción vulgar del significado real de las palabras de Juan Pablo Pérez Alfonzo, de los excrementos.
La realidad es que unas cuantas resultas petroleras entregadas en efectivo a los ciudadanos no alcanzarían para convertirlos en rentistas pero sí ayudarían a sacarlos del trance del "hay -más" y que hoy los tiene sentados en la orillas de las malas carreteras del país esperando los frutos de una cosecha, en vano.
Es absolutamente increíble como en África se está imponiendo el uso de los teléfonos celulares para todas las transacciones bancarias… y como oí alguien recientemente decir, por primera vez en la historia habrá más pobres que adinerados con acceso a servicios financieros. Qué maravilla el día que recibamos nuestras semillas por el celular y podamos dedicarnos a ser ciudadanos sembradores en lugar de ser los tontos tontos-útiles del cacique de turno.
Ese día, por ejemplo, podremos con un celular decidir libremente en qué preferimos gastar o invertir, en lugar de requerir de un carro para cobrar algo de las resultas petroleras que el cacique ha decidido entregar en gasolina regalada.
¿Entre tantos diputados, habrá tres que confíen más en nosotros los ciudadanos que en el Estado, y que se atrevan a buscar sacarnos del estado de humillación en que estamos empantanados, presentando esta propuesta o una similar?
Publíquese en la web la lista de los diputados venezolanos que no confían en los ciudadanos venezolanos. Para comenzar, todos se encuentran en ella, nuevos y viejos.

26 de agosto de 2010

¿Hasta cuándo tanta paja?

"Asamblea Nacional Constituyente: En nombre y representación del pueblo soberano de Venezuela, en ejercicio del poder constituyente originario… para transformar el Estado y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una democracia social y participativa… 
Decreta la siguiente Exposición de Motivos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: 
Capitulo IX: De los Derechos Ambientales: En lo que se refiere a los derechos ambientales, la Constitución, además de establecer por vez primera en nuestra historia constitucional un Capítulo especialmente dedicado a los mismos, supera, con una visión sistemática o de totalidad, la concepción del conservacionismo clásico que sólo procuraba la protección de los recursos naturales como parte de los bienes económicos. 
En efecto, anteriormente la protección jurídica del ambiente se caracterizaba por una regulación parcial cuyo principal objeto era la conservación de los recursos naturales. Ahora, impulsados por una necesidad y una tendencia mundial, los postulados constitucionales exigen que la normativa en esta materia responda a políticas ambientales de amplio alcance que se inscriban en los parámetros contenidos en los tratados internacionales de carácter ambiental, todo ello con el objeto de garantizar un desarrollo ecológico, social y económicamente sustentable, en el que el uso de los recursos por parte de las presentes generaciones no comprometa el patrimonio de las futuras… 
Así, el Estado, con el objeto de garantizar un desarrollo ecológico, social y económicamente sustentable, protegerá el ambiente… al tiempo que velará por un medio ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, gocen de especial protección… 
Por otra parte, como una garantía insoslayable para la protección del ambiente se dispone que en todos los contratos que la República celebre, o en los permisos que se otorguen, que afecten recursos naturales, se considerará incluida aun cuando no estuviere expresa, la obligación de conservar el equilibrio ecológico… 
Aunado a ello, los principios contenidos en este Capítulo encuentran su transversalización axiológica en el texto constitucional, a través de otras disposiciones y principios que tienen como finalidad el desarrollo ecológico, social y económicamente sustentable de la Nación. Así, encuentra fundamento constitucional la obligatoriedad de la educación ambiental, las limitaciones a la libertad económica por razones de protección del ambiente…". 
¡Y en Venezuela, la gasolina se regala y los vehículos se privilegian con dólares preferenciales! 
Las citas dejan fuera más de la mitad de lo escrito sobre los derechos ambientales en la exposición de motivos, aun así… ¿hasta cuándo hemos de transformar tanta paja en tanta paja? ¿Una Constitución se hace para irrespetarla, adrede? 
Además, el regalar el inmenso valor de la gasolina, sólo a quienes la usan, constituye una imperdonable injusticia social y una violación constitucional de todas sus proclamas de "igualdad" y a lo cual ningún cacique de turno puede estar autorizado, por mucho que la Constitución le reserve al Estado la actividad petrolera, por razones de "conveniencia" nacional. 
P.S. "transversalización axiológica" ¡Qué finura! ¡Qué intelectuales! ¿Dónde nos escondemos?

22 de julio de 2010

El piano de la abuela

Hay un análisis económico venezolano muy tradicional y el cual, por sonar tan malditamente lógico, ha entrampado el desarrollo económico de nuestro país. Recientemente me llegó al correo electrónico otra de sus tantas versiones: 
"El problema central del modelo económico petrolero es que seguimos vendiendo materia prima, y ningún país en el mundo se ha desarrollado por esa vía. Quien vende materias primas debe luego comprar, a precios mayores, los productos elaborados por quienes compran la materia prima. Venezuela no ha desarrollado la industria petroquímica, ni la química orgánica industrial. Eso sí sería desarrollo y producción real de riquezas en el país". 
Esa tesis se basa en un espejismo. El solo hecho que la providencia haya colocado bajo la superficie de Venezuela un recurso natural no renovable valioso como el petróleo, no tiene por qué en lo más mínimo significar que nuestro país tenga unas ventajas comparativas especiales para hacer algo productivo con el petróleo, distinto al de extraerlo. 
Justamente por querer buscar exprimir la última gota del potencial económico de nuestros recursos naturales no renovables, de manera directa o indirecta, hemos destruido mucho del valor del petróleo que se había captado; sin lograr traducirlo en beneficios duraderos que fortalecen al país. En otras palabras, si de la abuela heredamos un piano, eso no tiene por qué significar que todos o alguien de la familia deban tener condiciones especiales para ser pianista... a juro. 
Lo que sí es cierto es que un país que extrae grandes cantidades de petróleo y lo vende a buen precio recibe unos ingresos en divisas que mantendrán muy alto el valor de su moneda y por ende le dificultara ser competitivo en los demás bienes transables, a menos por supuesto que todos los ingresos se guarden en el exterior. Tal efecto, conocido como la enfermedad holandesa, la curo Holanda convirtiéndose en un gran centro de recepción y despacho comercial para toda Europa, lo que no requiere producir mucho en Holanda. 
En Venezuela, necesitando urgentemente de crear empleos, tanto para conservar la paz social como para diversificar las bases económicas de nuestro futuro, la planificación estratégica de la economía debe: 
Con mucha transparencia basar sus análisis en los verdaderos costos de oportunidad. Sistemas cambiarios como el actual no hacen sino enviar señales económicas que engañan y causan trastornos a la economía. 
Asegurar que cualquier subsidio marginal otorgado esté en función de maximizar la cantidad y la calidad de empleos creados por recurso sacrificado; y comunicando tal apoyo de manera pública e inteligible. 
Buscar que todos apoyos oficiales otorgados sean generales para así permitir que sea el mercado quien los evalúe y determine en que deben ser utilizados. 
Saber que el venezolano, a cuenta del ingreso petrolero, tiene que buscar emplearse en actividades con posibilidades de generar un alto valor agregado; y jamás permitirse a cuenta del petróleo, no estar entre los mejor profesionales. En este sentido, el petróleo, tal como la nobleza, no permite sino obliga. 
Lástima que el cacique de turno no quiera debatir estos temas, a cuenta de que inmerso en sus complejos complejos, detesta que sus ocurrencias tengan competencia. ¿Cuán bajos deberán ser nuestros ingresos petroleros para ser competitivos en el mundo de los gallineros verticales?

15 de julio de 2010

¡Súbase! ¡2.500 por ciento!

Si fuese un candidato a la Asamblea, defendería una propuesta de aumentar los precios de la gasolina al nivel al cual se comercializa internacionalmente, en poco tiempo… algo así como un 2.500 por ciento en dos años.
Por supuesto me dirán que con esa propuesta jamás sería elegido asambleísta, a lo cual solo les respondo que no me interesa para nada ser asambleísta si no es para corregir lo que se debe corregir.
¿Qué hay mejores momentos políticos para corregir lo de la gasolina? ¡Mentira!, el mejor momento para corregir una horrible aberración es… ¡ya!
El recurso natural no renovable más valioso de nuestro país lo despreciamos profundamente, regalándolo a un precio menor que el agua. Noruega, otro país petrolero que sabe más de valorizar lo suyo, vende la gasolina cien veces (100) veces más cara que Venezuela.
¿Cómo podemos esperar tener un transporte público que funcione cuando éste tiene que competir con un transporte privado con gasolina regalada?
¿Cómo podemos hablar de justicia social si regalando la gasolina se roba el 10% del PIB a los más pobres de los pobres, traspasándolo a quienes no han hecho ningún merecimiento distinto al de ser simples compradores de gasolina?
¿Cómo podemos hablar de responsabilidad ambiental para con el planeta del cual todos somos indígenas?
¿Cómo nos permitimos ser el hazmerreír de todo un mundo que considera lo de regalar la gasolina como otro primitivo excentricismo tropical?... "¡Papá míralos como andan desnudos y sucios!".
¿Qué la comitiva del cacique de turno ya roba y desperdicia suficiente? ¡Por supuesto! ¿Pero qué tipo de excusa es esa para no arreglar lo que se debe arreglar? Qué ponga la gasolina a Bs. 2 por litro y veremos si se le permite al cacique hacer tan fácilmente lo que-le-de-la-gana con esos recursos.
Si la oposición quiere ser una alternativa real tiene que ser algo muy distinto a una más educada, elegante y sofisticada continuación de lo mismo.
No hay absolutamente nada en nuestra Constitución que sugiere permitirle al cacique de turno el regalar la gasolina, hasta fuera del presupuesto, y, si es por eso… ¿por qué no nos regala las pepitas de oro que se extraen también… o los lingotes de aluminio?
Y que no nos vengan los asambleístas que tienen la responsabilidad de ejercer el control sobre el Gobierno y la administración pública nacional con el que no saben… por cuanto cada vez que llenan sus tanques de gasolina ellos mismos participan en el reparto del botín petrolero.
Y que no nos vengan los políticos con que las encuestas indican que más de un 70% de la población no quiere un aumento en el precio de la gasolina… eso no es excusa de nada… y un cacique sin el liderazgo suficiente como para poder corregir tal malvado crimen económico contra Venezuela simplemente debería entregar el plumaje y renunciar.
¡Que vivan los contrabandistas de extracción! ¡Son de-facto los defensores suplentes del valor de nuestro petróleo!
Desde el extremo del centro les reclamo a los venezolanos que celebren el día del petróleo, en señal de agradecimiento por esa riqueza natural que la providencia nos ha legado… para ver si así finalmente aprendemos a respetar lo nuestro.
El día que los venezolanos voten por quién creen le hará mejor al país, en lugar de votar por quién creen más los favorecerá en la repartidera de las resultas petroleras… ese día Venezuela comenzará a ir lejos.

1 de julio de 2010

Pelícanos enchumbados


Los venezolanos tenemos mucho en común con aquellos pobres pelícanos pardos enchumbados de petróleo, víctimas del derrame petrolero en el Golfo de México.
En la web, cortesía de un desconocido, leemos sobre el proceso de “Como limpiar un pelicano engrasado”
1. Encontrar un pelicano engrasado: El pelícano necesita ser rescatado de forma segura y deberá ser transportado al sitio de limpieza preparado. Generalmente los “engrasados” están exhaustos, hambrientos y en riesgo de hipertermia y necesitarán descansar unos 5 días antes de pasar por el estresante proceso de limpieza.
2. Limpiar con aceite vegetal: No se trata de desplumarlo o freírlo sino frotarlo con aceite tibio. El aceite vegetal ayuda a descomponer el aceite que está impregnado en las plumas del ave.
3. Lavado: Darle un baño fregándolo suavemente. Use un cepillo de dientes para las plumas, hisopos de algodón en los ojos y una toalla suave; cuidado de no introducir jabón en el pico. El baño tomará al menos una hora, dependiendo del tamaño de tu pelícano. Procura trabajar con alguien más, necesitarás su ayuda.
4. Enjuague: Una vez tengas el huacal lleno de agua café grasosa y la suciedad se haya desprendido de las plumas, hay que dar un enjuague generoso con manguera.
5. Secado y recuperación: No necesitas una toalla para secarlo, solo deja que se escurra solito. Después es mejor darle 7-10 días de recuperación para que acumule fuerza y vuelvan a crecerle las plumas perdidas.
Ahí terminan las indicaciones, pero como de seguro el proceso no puede estar contemplando sumergir de nuevo al pobre pelicano en el petróleo, queda sin respuesta el ¿donde lo ponen? ¿En Miami?
Lamentablemente no hay un recetario similar sobre como limpiar al venezolano y muy especialmente cuando se requiere devolverlo a su hábitat natural. Muchos expertos internacionales buscan vender sus servicios profesionales para librarnos de la maldición petrolera pero, como ellos nunca la han sufrido, jamás llegan a entender el alcance del enchumbado.
Lo que sí es seguro es que aquello llamado Socialismo del Siglo XXI, eso sí que no funciona, jamás hemos estado tan enchumbados de petróleo … como cuando ordenes para acá, ordenes para allá, el cacique de turno nos usa como su patio de cuartel en donde jugar a general… como cualquier Michael Jackson con su Neverland.
Y por supuesto una limpieza a fondo, vía la creación de comunas y cooperativas, sólo podría lograrse mientras éstas sean totalmente voluntarias y no sólo respuestas interesadas a propuestas interesadas.
Un planteamiento importante que parece unir a los que se llaman oposición es el seguir más de cerca la intención de la Constitución, descentralizando el derrame petrolero y haciéndolo pedazos a nivel de municipios. Si bien un cacique local nos puede resultar igual o hasta más odioso que un cacique central, reconozco que por lo menos esta vía nos dejaría abierta la alternativa de poder mudarnos a cualquiera de los otros 334 municipios, en Venezuela, y no obligarnos a vivir en exilio… como pelícano pardo recién limpiado.
Este es un tema existencial para Venezuela. No dejemos que lo calle el interés de quienes aspiran a ser caciques, para sabrosamente servirnos. Sigo creyendo que lo mejor que podemos hacer es repartir nuestras resultas petroleras en gotas iguales por ciudadano, para que así el petróleo pueda aceitar sin enchumbar nuestras alas.

24 de junio de 2010

El hombre nuevo se hace esperar

En momentos cuando por descuido hacemos abstracción del hecho que el socialismo que el cacique de turno nos quiere imponer es ante nada un proyecto para mantenerse en el poder, y solo oímos a un ser desesperado por encontrar la manera de hacernos comprar su invento, hasta le podemos tener lastima. 
Durante la larga cadena del Sábado, y que con la ironía propia de la historia fue transmitida desde una fábrica de quesos, el cacique hablaba, analizaba, explicaba e inventaba sobre comunas y vida comunitaria. Buscaba animar sus alumnos con unos cuantos “¡eh!” pero sin querer darse cuenta que sus alumnos no tenían el más mínimo interés en la materia. Sus candidatos a hombres nuevos, esos cuya graduación se nos hace más lejana que nunca, no tenían tiempo para escuchar al maestro por, cuán hombres viejos, estar ocupados buscándole la manzana más bonita y más rojita. 
Si igualmente hacemos abstracción del hecho que el cacique nos dice que si no es por las buenas será por las malas que conseguirá a ése hombre nuevo, “no puede haber reconciliación”, hubo momentos en que, cerrando los ojos, nos sonaba algo así como un hippie de los sesenta. ¿Qué pasaría si el cacique abandona los duros Hell´s Angels, y se deja crecer el pelo, se pone un bluyín acampanado, se guinda unas flores en el cuello y, tal Scott McKenzie, nos canta “If we´re going to Sabaneta? ¿Tendría así una mejor posibilidad de labrar su hombre nuevo? 
En su probablemente muy sincera frustración sobre lo tanto que el hombre nuevo se hace esperar, el cacique teorizaba sobre la posibilidad que las actuales comunas eran demasiado pequeñas para servir como aldeas Potemkin; y por lo que habría que desarrollar macro-comunas para convertir a los incrédulos. Algo así como esa misma fábrica de quesos multiplicada por mil y hecha fuente de orgullo revolucionario al estar planificado que en un futuro desplazara mundialmente al queso camembert con nuestro queso guayanés. ¿Se lo creemos? 
El neo-Sábado Sensacional recordaba reality shows con sus cámaras ocultas, solo que en este caso era imposible decir quien estaba filmando a quien; si el cacique a los indios; o los indios al cacique; o los indios y el cacique a la oposición; u, horror, el mundo a los venezolanos. De repente en Alemania, unas amas de casa y unos sociólogos, no se pierden ni un solo capítulo de su “Rot-rotlein Venezuela”. 
Ni por un segundo le peleo al cacique de turno la idea de querer un hombre nuevo, por supuesto uno mejor… ¿quién no lo quisiera? Pero, aparte del cómo formarlo, tenemos el problema de cómo asegurar que ese hombre nuevo sobreviva en nuestro duro hábitat. Por ejemplo, mientras, ¿qué nos hacemos con tanto hombre viejo?... los que hasta incluyen al cacique que aún cuando lo germino la democracia, nos resulto más viejo que Los Tres Villalobos. 
De lo que si estamos seguros es que ese hombre nuevo que queremos, no surgirá a fuerza de obedecer; ni a quien tenga un mando militar, ni a quien cargue con una chequera petrolera, y mucho menos a un todo-en-uno yo-solito-mando-propongo-y-decido. 
Estoy seguro que el hombre nuevo que queremos es antes que nada un hombre capacitado para asumir sus responsabilidades y crear consensos, y no un experto en evadirlas culpando a otros y fomentar disensos. Si ese hombre nuevo se hace esperar, pues que así sea, por cuanto con hombre nuevo maloso, ni para la esquina.

17 de junio de 2010

Más neoliberalismo por favor

Pocos pueden evidenciar haber criticado tanto la aplicación ciega de unas recetas identificadas con el neo-liberalismo o el Consenso de Washington, como lo hiciera yo antes que este pseudogobierno hiciese su aparición en la escena. Lo hice en artículos que publiqué cuando tales críticas podrían tener consecuencias profesionales negativas y no cuando, como hoy, tales críticas son emitidas o repetidas, por quienes sólo buscan ganarse favores. 
En tal sentido tengo todo el derecho moral para decir que hoy en día lo que más falta le hace a Venezuela es una buena dosis de neoliberalismo. 
Con ello no les estaríamos robando a los pobres de nuestro país el 10 por ciento del PIB, regalando la gasolina a quienes la queman en las colas de nuestras carreteras. 
Con ello no estaríamos permitiendo un sistema de protección cambiario, de ya infinita duración, que le ha permitido a los debidamente equipados con conexiones, tarjetas de crédito, liquidez y cuentas en el exterior, redondearse unos subsidios inmerecidos. 
Con ello no estaríamos favoreciendo los puestos de trabajo en el exterior y haciendo inviable el empleo productivo en nuestro país. 
Con ello, los bolívares que circulan tendría un mejor respaldo en el Banco Central y no estaríamos que estar continuamente atentos a los anuncios sobre sus supuestas mejoras. 
Con ello no estaríamos planificando nuestra economía en base a las ocurrencias de quien por buena voluntad que tenga, no tiene la menor idea de lo que se trata. 
Con ello por lo menos seguiríamos montado en la ruta hacia una mayor descentralización de las resultas petroleras, en lugar de permitir que éstas se atrapen en una sola chequera central, cuyo saldo ni siquiera conocemos. 
Con ello por lo menos más capitales quedarían invertidos en Venezuela en lugar de tener que obedecer las instrucciones de largarse por no ser bienvenidos. 
Con ello por lo menos pagaríamos muchísimo menos en intereses por nuestras deudas externas a los zamuros que se dedican a prestarle a los malosos. 
Con ello por lo menos tendríamos más recursos con qué combatir la pobreza… y las desigualdades. 
Con ello por lo menos habría más seguridad en la tenencia de propiedad, de esa que estimula a los de una generación a sacrificarse para lograr dejarle algo a los suyos. 
Con ello por lo menos tendríamos más de nuestros jóvenes encaminados a colocarse entre los primeros del mundo en lugar de darse por satisfechos con la mediocridad cobijada por el Estado, a cambio de su obediencia servil. 
Yo me opuse al neoliberalismo tonto y ciego y sordomudo, entre otros por cuanto observaba cómo en el mundo los fiscos de los países consumidores de petróleo, capturaban cada día más, con sus impuestos al consumo de la gasolina, el valor de ese barril que los países extractores sacrificaban para siempre… y nosotros sin decir ni pío. No obstante entre aquello y el absurdo e idiota dizque socialismo actual, sin duda tendría que elegir lo anterior. 
Da tristeza ver un país reducido a elegir entre tonterías pero, de repente, habiendo ido de fracaso en fracaso, un día de estos, lograremos encontrar la ruta buena para nuestra Venezuela. Ahora bien, ustedes saben que para ello considero indispensable quitarle la chequera con nuestras resultas petroleras a quien esté de turno como cacique. Es más, no quiero más caciques, quiero presidentes que trabajen para nosotros, los indios. 

20 de mayo de 2010

Exprimiendo un acuerdo nacional

Hace dos semanas apelé a los articulistas de Aporrea para que ayudasen a liberar a Oswaldo Álvarez Páz. Las respuestas positivas rebasaron con mucho mis expectativas y la mayoría de las negativas fueron en tono educado. 
No me cabe la menor duda; el país está harto del discurso político de quienes no hacen nada excepto dividirnos a todos buscando destacarse entre los suyos, en sus pequeños clubes de mutua admiración, en donde el más popular de la noche es quien más ferozmente ataca al contrario. Hoy la unidad, en algún punto intermedio, es un deseo tan mayoritario en el país que quienes se oponen a ello no tiene la menor posibilidad... a menos que sea por vía de la detestable fuerza. 
Entonces, en la Venezuela de hoy, no persisten tres grupos; la oposición (25%), los chavistas (25%) y los ni-ní (50%). Hay solo dos, los que buscan continuar el conflicto entre extremos (20%) y los que quieren mandar a callar a los extremos (80%). 
Ante ese panorama, tanto al chavismo como a la oposición se le presenta el mismo problema, el estar identificado con los extremos. Para el chavismo lo anterior sólo significa un problema teórico por cuanto, siendo chavismo al fin, no tienen nada que decidir y siguen al líder. No obstante, para muchos de los de la oposición, lo anterior si crea una fuerte disonancia por cuanto una cosa es una mesa de unidad de la oposición, y otra cosa es una mesa de unidad nacional. 
Lo anterior resulta aún más evidente al considerar que si bien el país está más que ansioso por un cambio de lo actual, igualmente siente que queda pendiente el cambio de lo anterior. Ese cambio que quedo truncado; ante nada por el vertiginoso aumento de los ingresos petroleros que se le subieron a la cabeza de alguien que sufre de complejos e instintos autoritarios y lo nulificaron como un posible agente de cambio, en democracia. 
A los del medio, algunos más sinceros que otros, no les queda hoy otra que conversar, en público, con los que más alejados se encuentran de sus posiciones políticas y, en esa tierra árida, sembrar sus semillas débiles, en la esperanza que germine algo bueno. 
Y si bien reconozco que me asusta que las negociaciones del medio no se den con la suficiente fuerza como para desarmar a los extremismos, los tantos desacuerdos que existen podrían también ayudar a que los acuerdos que se ahí se logre exprimir, se centre sobre los asuntos más importantes. 
Y por supuesto, el acuerdo de unidad nacional más importante es el de cómo evitar la acumulación del poder petrolero en manos de un petro-cacique, que asistido por unos petrócratas y apoyados por una oiligarquía, siempre termina financiando un extremo u otro; imposibilitando que Venezuela pueda ser un país que sepa manejar sus riquezas naturales. 
Por ejemplo, yo, que en materia de renta petrolera me dicen extremista por querer que una gran proporción de tales ingresos vayas directamente a los ciudadanos, sin ataduras, para que se la ciudadanía la que tenga la oportunidad de aprender sembrar el petróleo, estaría dispuesto a ceder... por los momentos. 
Un acuerdo nacional para distribuir los ingresos petroleros auditados, de una manera más reglamentada y menos facilitadora del robo y del despilfarro, sería una de las grandes banderas alrededor de la cual con fuerza convocar las voluntades de quienes sencillamente no queremos que Venezuela, la nación, se pierda.

29 de abril de 2010

¡El recibito!

Durante las recientes reuniones de primavera del Banco Mundial, en Washington, de nuevo hubo conferencias sobre el tema del porqué abundantes riquezas naturales se traducen en tan pobres resultados para sus respectivos países. 
Y de nuevo tuve que someterme a esas sonrisitas burlonas con los que quienes no tienen la menor idea de lo que se trata una maldición petrolera, cortésmente callan sus pensamientos relativo a que eso debe ser por cuanto somos simplemente unos ciudadanos de tercera. 
Y de nuevo tuve que oír esas bravuconada de sabiondas soluciones que nos ofrecen quienes no han vivido la maldición petrolera. 
Y de nuevo me broto ese conflicto tan venezolano entre el saberse tan chévere, y cada día poder colocar menos y menos evidencias de ello sobre la mesa. Caramba hasta el Guri que tanto servía para echárnoslas se ha convertido en otro símbolo de ineptitud. ¿Hoy qué nos queda? ¿Las mujeres venezolanas y los Ibis Escarlata? 
Y lo peor de todo es que absolutamente todas las soluciones que se nos ofrecen afuera y en Venezuela, suenan como si fuesen las recetas de cocina de una tía abuela lejana y cuya comida jamás nos gusto y de la cual tuvimos que hartarnos de niños. 
“Hay que diversificar la economía; más agricultura y más industria manufacturera; hay que aumentar la recaudación fiscal del sector no petrolero, aún cuando eso dificulta desarrollar el sector no petrolero, hay que reducir la volatilidad creando fondos de reserva; hay que invertir en la educación” ¡Sí, sí y sí! 
¿Siderúrgicas e industrias de aluminio quebradas… zonas industriales que parecen pueblos desiertos en películas de vaqueras… planes de becas Mariscal Ayacucho con nuestros doctores enseñando en las famosas universidades del exterior… fondos de inversión sin fondos?...pues ¡No, no y no! Algo nuevo tenemos que hacer. 
Y habiendo escrito tanto sobre el tema de la maldición petrolera y estando hasta promoviendo una coalición mundial de ciudadanos maldecidos por el petróleo, siento que me daría por satisfecho si solo lograse que aquellos que por cuenta nuestra siembran el petróleo, a cuenta de que ellos son tan buenos sembradores y nosotros no, sólo nos diesen, a cada uno de los venezolanas, un recibito… 
Sra. Juana Rivera. Ranchito #17. Vereda El Milagro, Caserío La Esperanza, Municipio La Fortuna, Estado Barinas. 
Estimada Sra. Rivera: En nombre de la gloriosa nación venezolana permítame informarle que el año pasado, como administradores, recibimos en nombre suyo, proveniente de la venta de ese petróleo suyo no renovable, la cantidad de 178.98 dólares cada mes, libres de polvo y paja. 
Igualmente le anexamos cinco recibitos iguales a éste, que corresponden a sus cinco hijos. El de su esposo reposa en nuestro archivo, por cuanto no sabemos por donde anda. 
PS. Sin decir que se lo sugerí, podría estar violando una ley cambiaria, pregúntale discretamente a su vecino a cuantos bolívares fuertes equivale su contribución. 
Atentamente y agradeciéndole de nuevo en nombre de nuestra gloriosa nación su generosa contribución para con la causa me despido atentamente, 
Su Cacique de turno. 
PS. (El mío) Nosotros necesitamos que nos representen buenos asambleístas pero para que ello le sirva al país, igualmente necesitamos que ellos también estén acompañados por buenos asambleístas. Por cada idiota, del lado que sea, que logremos mantener alejado de la Asamblea Nacional, mejor para todos.

22 de abril de 2010

¡Saber es poder!

Molesta horrores cuando políticos, aspirantes a políticos y egos mediáticos, se llenan la boca hablando en tono de mucha importancia sobre la necesidad de políticas públicas o políticas de Estado, sólo para luego proceder a discutir un problema banal. La principal política pública y de Estado que necesitamos en este pobre rico país petrolero es sobre el cómo manejar mejor nuestras resultas petroleras… ¿Quién lo duda?

La "maldición petrolera", aquella que permite algunos correctamente calificar como excremento del diablo, el recurso legado a nuestro terruño por la providencia, se deriva principalmente de tres grandes problemas.

El problema político y social que se genera cuando un Estado recibe directamente las resultas por lo que los gobernantes terminan gobernando un Estado independientemente rico donde los ciudadanos son más bien una molestia,… y los ciudadanos se crean, sin razón, inmensas expectativas de ser receptores de bienes del gobierno en lugar de ser productores de bienes para el país.

El problema económico que ocurre cuando los ingresos petroleros obtenidos son demasiado elevados con respecto a la economía nacional y mantienen el valor de la divisa local demasiado elevada como para permitir que los demás servicios y productos transables producidos en el país puedan competir en los mercados internacionales.

El problema financiero derivado por la alta volatilidad de los ingresos petroleros, potenciado por la igualmente volátil capacidad de endeudamiento, y que mantiene el país en un sube y baja que marearía al mejor marinero.

Ruego que la próxima Asamblea, en lugar de expertos en asuntos comunales, como asfaltado de calles, esté representado por personas con voluntad y capacidad de enfrentar, con humildad, la maldición petrolera. Digo "con humildad" por cuanto igualmente estoy harto de los quítate-tu-para-ponerme-yo con sus engaños.

¿Dónde debería comenzar la Asamblea? Leyendo ese reporte vital, transparente e inteligible sobre lo que significa el petróleo para Venezuela, pero que jamás se ha producido por cuanto hay tanto interés vital en que no se conozca.

Ése reporte contendría datos sobre las resultas petroleras, brutas y netas, durante los últimos 50 años. Las resultas brutas incluye la contabilización de las esfumadas, por ejemplo vía el regalo de la gasolina, valorizadas a su precio de mercado internacional, así como ese endeudamiento público externo que se origina solo por ser un país petrolero.

Ése reporte analizaría los datos calculando: dólares de resultas por ciudadano, porcentaje del PIB del país, y cuánto representan estos de los ingresos fiscales del Estado central, de los estados y de los municipios.

El solo saber lo anterior nos daría más poder para defender al país de invasores, externos e internos, que todas las fuerzas juntas que carnavalescamente se han paseado por Los Próceres desde su fundación en 1956. Ojalá elijamos asambleístas, del lado que sea, que quieran trabajar para darnos a los ciudadanos la información con qué defendernos, ante nada del propio Estado y de ellos mismos, así como para asegurar que nuestras resultas petroleras se siembren mejor. Y Dios quiera que tengamos medios de información que reproduzcan tal información.

Hoy vivimos un absoluto oscurantismo, por cuanto éstos fraudulentos revolucionarios lo requieren de fondo, para ver si así logran brillar así sea un poquito.

8 de abril de 2010

La Venezuela imposible

“Adolecemos de un monumental complejo de inferioridad colectivo, aunque a veces lo disfracemos bajo la capa, demasiado transparente, de una estridente bravuconería…Llevamos encima como un fardo las consecuencias de lo que hicimos cuando creíamos que el futuro era nuestro por derecho… El boom petrolero vino y se fue… los venezolanos parecemos estar peor que antes…

La Venezuela de hoy es producto de la democracia el populismo y el petróleo. Es corriente ver en los periódicos y oír en la radio toda clase de petitorios al gobierno. Agua para el barrio tal, vigilancia policial para la urbanización cual…. La dependencia de las dádivas del Estado tienen raíces históricas que se remontan a la colonia, pero el populismo petrolero la ha exacerbado. … La corrupción generalizada que ha acompañado a la explosión de la riqueza petrolera…

El petróleo sigue siendo un elemento clave para construir nuestro futuro. Ya es hora de quitarnos de encima el complejo de culpa de la riqueza inmerecida…

El obstáculo más evidente es el cúmulo de intereses creados, cómodamente atrincherados en parcelas de privilegio. Cogollos partidistas, contratistas engolosinados, industriales rentistas, funcionarios públicos incapaces o corruptos… Un universo que alguien bautizó mordazmente como nuestra burguesía presupuestaria…”

Lo anterior son unas extensivas citas de “La Venezuela Posible” escrita por Antonio Frances (QEPD), IESA y CORIMON, 1990.

Releo tal libro veinte años y un giga-boom petrolero más tarde, y no puedo sino llegar a la conclusión que lo que en el libro se proponía, y que no era otra cosa que la de lograr hacerlo todo mucho mejor con exactamente lo mismo, o sea seguir con el Estado siendo El Sembrador de nuestras resultas petroleras, apunta a una Venezuela imposible.

Y es muy posible que Frances, no obstante el título, también hubiere intuido lo imposible, por cuanto el libro, repleto de evidencias sobre los tantos fracasos en la siembra del petróleo, igualmente cita a José Ignacio Cabrujas diciendo que “el venezolano no cree en el Estado, lo consideras simplemente un truco legal para justificar el “me da la gana” del gobernante de turno.”

Y es justamente ahí donde me detengo para de nuevo hacerme la pregunta que tanto me agobia: Si el venezolano sabe que el Estado es un sembrador de petróleo fracasado, e igualmente sabe que el Estado usa el petróleo para imponer su real “me da la gana”… ¿qué es lo que le impide al venezolano exigir convertirse el mismo en el sembrador de sus propias resultas petroleras?

Ahora bien, para convertir “la imposible” en “la posible”, es relevante seguir citando a Cabrujas.

En su entrevista de 1987 titulada “El Estado del Disimulo”, publicada en la revista Estado & Reforma, dice: “El petróleo es fantástico y por lo tanto induce a la ilusión de un milagro. Creó en la práctica la “cultura del milagro”

En esa misma entrevista Cabrujas luego remata y nos mata diciendo “Un ciudadano inglés, un italiano, un sueco, no espera “milagros” del Estado. A eso se reduce lo que se llama “madurez política”.” Compatriotas y amigos, ¿Cuándo maduramos?

¿Será acaso que necesitamos de dos gobiernos? ¿Uno el repartidor de las resultas petroleras y otro el que gobierna para nosotros con lo que le pagamos en impuestos? Digo esto por cuanto el repartidor jamás podrá ser buen gobierno para quienes consideran que por ello son sus súbditos.

El Universal

25 de marzo de 2010

La OPEP y los ciudadanos

Resulta lógico recomendarle a Estados Unidos que aumente los impuestos a la gasolina, por ejemplo a los niveles europeos, para así reducir su consumo. Con ello Estados Unidos lograría disminuir su déficit comercial importando menos gasolina, disminuiría su déficit fiscal cobrando más impuestos y actuaría con mayor responsabilidad ambiental emitiendo menos dióxido de carbono. Es solo una cuestión de tiempo hasta que las realidades económicas superen las inconveniencias políticas.

Cuando lo anterior ocurra, la demanda por el petróleo disminuirá, presionando su precio a la baja y capturando para el fisco de ese país consumidor una mayor porción del valor del petróleo. Hoy por ejemplo, los fiscos europeos perciben más ingresos vía los impuestos sobre la gasolina por cada barril de petróleo, de lo que percibe quien para siempre sacrifica ese recurso natural no renovable. Entre 1997 y 2002 publiqué más de 50 artículos sobre este tema tan ignorado, muchos de ellos en El Universal.

Lo anterior significa que resulta más importante que nunca tener una OPEP fuerte, por cuanto ahí reside nuestra mejor posibilidad de lograr obtener por el petróleo no renovable. Algo más que el margen entre nuestro costo promedio de extracción y el costo marginal de extracción mundial.

No se trata que la OPEP, por cuanto se afecta los intereses de sus miembros, se oponga ciegamente a los impuestos sobre el consumo de la gasolina, una misión casi imposible. La OPEP antes que nada debe buscar asegurar que tales impuestos no discrimen exageradamente al petróleo, o por lo menos que se destinen a propósitos que sean más cónsonos con los intereses del mundo.

Lo digo por cuanto países tales como Alemania y España, al mismo tiempo que defendían los altísimos impuestos a la gasolina con finos argumentos de protección ambiental, usaban tales ingresos fiscales fungibles, para subsidiar el aún más contaminante carbón, así discriminando el petróleo.

Hago este llamado por cuanto tal como la Cuarta con frecuencia no actuaba con responsabilidad ante la OPEP, incumpliendo cuotas de extracción y lanzando el país por la vía de aumentar masivamente la capacidad de extracción, de igual manera la Quinta parece ahora entrar en un hágase cualquier cosa para quedarse en el poder, sin importarle nuestro mañana.

Es cierto que para un indígena del planeta Tierra y a la vez un ciudadano de un país petrolero, resulta difícil armonizar la responsabilidad ambiental con el natural deseo que el país logre mayores ingresos.

Lo anterior solo es posible asegurando para nuestro país el mayor ingreso posible, por barril de petróleo sacrificado, al mismo tiempo que garantizamos el darle el mejor uso posible al ingreso. En otras palabras, es igual de equivocado el no buscar recibir lo más que podamos por nuestro petróleo, como dilapidar lo recibido.

Lo primero sólo lo lograremos apoyando a la OPEP, lo segundo, sólo entregando los ingresos petroleros directamente a los ciudadanos, para así librarnos de los usurpadores de nuestro petróleo.

Si nuestro Oligarca Petrolero de turno hubiese sido un empresario hace tiempo que hubiese despedido a todos sus gerentes. No lo hace por cuanto no es empresario y por cuanto de todo corazón cree que nuestras resultas petroleras son de él para disponer como le da la real gana… y nosotros, los tan sumisos bolsas, seguimos aceptándole aquello a nuestro Oligarca Petrolero de turno.

El Universal

Un reciente editorial del Washington Post

11 de marzo de 2010

¡Medalagánase!

Adquiérase, exprópiese, confísquese, contrólese, inviértase, véndase, regálese, emplease, planifíquese, ejecútese, recupérese, regúlese, movilícese, comiéncese, abandónese, silénciese, anúnciese, ocúltese, medalagánase… y todo esto con las resultas petroleras que los muy domesticados venezolanos le conceden a sus líderes sin protestar.

De lo que es en materia económica y desarrollo del país el cacique de turno no tiene ni la menor idea de lo que debe hacerse o no. Anda perdido, arrastrándonos con él al fondo, sólo por cuanto se ha rodeado de quienes no tienen el menor guáramo para decirle algunas verdades, o de quienes andan aún más perdidos por los lares del socialismo bananero o de algún eje Cunaviche adentro. No obstante, jamás ignoremos que su locura centralizadora es consecuencia directa de la centralización de los ingresos petroleros.

En la semana tuve la posibilidad de participar en una conferencia en el Banco Mundial sobre el tema del reparto de los ingresos de petróleo y gas en Estados Federados. Fue interesante pero, después de haber oído mucho sobre cómo repartir la piñata entre el estado central, los estados y los municipios, no pude resistir el hacer algunas observaciones y preguntas.

¿Qué creen ustedes es más importante para el desarrollo de un país, tener buenos gobiernos o tener buenos ciudadanos? Digo esto por cuanto se me ocurre que si los ingresos del petróleo o el gas solo se entregan a las autoridades jamás será posible que los ciudadanos aprendan manejar tales ingresos. Digo esto por cuanto como tantos venezolanos he aprendido a golpes que si las autoridades reciben demasiados ingresos fiscales que no provienen directamente de los ciudadanos, se convierten en unas autoridades ricachonas y arrogantes que poco les importan los ciudadanos.

Dos reglas básicas. La primera es que si un Estado recibe directamente más del 4% del PIB en ingresos fiscales que no provienen de los ciudadanos, se convierte de-facto en un estado comunista, así este gobernado por una dama de hierro. La segunda, que cuando el gobierno central, los estados o los municipios reciben más del 10% en ingresos similares que no provienen directamente de los contribuyentes, comienza debilitarse la democracia y si pasan del 30%, ésta simplemente ya no existe.

¿Qué creen es menos malo, la corrupción centralizada o la descentralizada? Los abusivos acosadores públicos son igualmente insufribles, independientemente si se encuentran en el gobierno central, en los estados o en las municipalidades. Noruega no sería la Noruega de hoy de haberle llegado los ingresos petroleros cuando sus reyes eran reyes.

Necesitamos datos que permitan visualizar la estructura de poder de los ingresos fiscales para así tener mejores posibilidades de asegurar que los gobiernos trabajen para los ciudadanos y no al revés. Cuantos dólares por ciudadano es el ingreso petrolero del estado venezolano, es un dato económico que debería aparecer en todas las primeras páginas… y por supuesto me refiero al ingreso real y no a unas cifras diluidas por el hecho que por conveniencias políticas se regala la gasolina a algunos ciudadanos.

En Venezuela nuestro ingreso petrolero está en manos de quién esta tan loco de remate como para creer que desarrollamos la nación regulando el precio del pan… y sabemos que su locura y el hecho que existan quienes lo apoyan, es el resultado normal del centralismo petrolero. ¿Quélehácese?

18 de febrero de 2010

La neo-apertura petrolera

Soy uno de los muy pocos que en su momento protestó varios de los aspectos de lo que se conoció como la Apertura Petrolera. La inmensa mayoría de quienes hoy aireadamente la protestan nunca dijeron ni pío en ese entonces. En este blog de Petropolitan pueden encontrar las evidencias de esto.

Lo anterior me concede un particular derecho moral para criticar lo que de nuevo encuentro idénticamente mal o hasta peor en la neo-apertura petrolera recientemente anunciada por este desgobierno.

Antes permítame aclarar que no tengo nada en contra de qué actividades petroleras sean acometidas por empresas privadas, aún cuando por supuesto siempre las prefiero venezolanas. No obstante y por cuanto sin una organización como la OPEP el petróleo solo se valorizaría a su costo marginal de extracción, sin para nada tomar en cuenta el hecho de ser un recurso no renovable, estoy convencido que nuestra extracción petrolera debe estar estructurada de manera tal que nos permita ser un miembro creíble y colaborador de la OPEP.

Para que lo anterior se dé es necesario que se cumplan dos condiciones. La primera es que el petróleo se encuentre formalmente en manos de Estado, para evitar la aplicación de leyes en contra de la cartelización y que se aplican esencialmente al sector privado y, la segunda, que el país pueda aumentar o disminuir el volumen de extracción de la forma más flexible que le sea posible.

Los de la apertura original no consideraron para nada lo anterior pero, hasta que presenten evidencias de lo contrario tampoco creo que lo han hecho los neo-aperturistas.

Los de la apertura estructuraron la operación para obtener unos ingresos por anticipados para PDVSA y el Gobierno a cuenta de recibir menos en el futuro; y eso de exprimir el petróleo por adelantado jamás me ha gustado, como tampoco me gusta que los de la neo-apertura hayan, con sus bonos, hecho exactamente lo mismo.

Los de la apertura procedieron gastar el dinero obtenido en tonterías tales como remodelar las estaciones de gasolina y estoy seguro que los de la neo-apertura harán hasta algo peor, como regalárselos a otros.

Los de la apertura la defendieron con el cuento chino de que la economía interna de Venezuela se reactivaba por la actividad relacionada con el aumento en la extracción petrolera, los de la neo-apertura insólitamente nos echan el mismito cuento de la dinamización.

Los de la apertura invitaron a todo venezolano que así lo desease a ser testigo de los actos públicos de la licitación, proveyéndoles de mucha documentación, los de la neo-apertura mantienen hasta a los suyos en las tinieblas

Los de la apertura tenían por lo menos una cierta defensa en que los precios del petróleo solo estaban en 11 dólares por barril y por lo tanto no tenían recursos para acometer las inversiones, los de la neo-apertura, tendrán por el contrario que cargar con la vergüenza histórica de haber dilapidado o robado todos los recursos con los cuales no habría ninguna necesidad de esto.

Los de la apertura hicieron lo suyo en un país donde por lo menos los poderes públicos estaban razonablemente constituidos, los de la neo-apertura lo hacen sin siquiera contar con una Asamblea legítima.

Los inversionistas de la apertura pueden haber quedado sorprendidos en su buena fe ante las acometidas posteriores… los inversionistas de la neo-apertura no podrán argumentar tal cosa.

http://www.eluniversal.com/opinion/100218/la-neo-apertura-petrolera

4 de febrero de 2010

Supongo y propongo

El cacique de turno dijo que no existen proyectos alternativos para Venezuela… como si absurdas vagancias por ideologías basadas solo en culpar a otros pudiesen clasificar como proyecto. Pues está equivocado, tengo un proyecto basado justamente en lo contrario o sea en el principio que Venezuela depende exclusivamente de lo que los venezolanos hagan con ella. 
Como supongo que estamos hartos de ver nuestras resultas petroleras siendo usadas para apuntalar gobiernos que cuando no las usan para someterlos, nos entregan poco a cambio, propongo que sean los ciudadanos venezolanos quienes las administren y las siembren. En menos de un año crearía un sistema mediante el cual se transfiere todas las resultas petroleras directamente a los venezolanos, a cada quien por igual, y reteniendo el Estado por concepto de impuestos el 80% el primer año, el 70% el segundo, y así menos cada año… hasta llegar al 10% que le reconocemos por su servicio de gestión de cobro y pago. 
Como supongo que estamos muy conscientes que es mejor unirse a clubes importantes donde existe la posibilidad de conocer a personas o oír de asuntos que pueden tener una significancia real para nuestro futuro, pues propongo que nos concentremos en fortalecer nuestras posiciones en las organizaciones importantes y no perdamos el tiempo jugando bolas criollas en campos del ALBA o Bancos del Sur. 
Como supongo que queremos poner mano dura al hampa sin violar los derechos humanos enviando a conciencia los hampones a cárceles cuyas condiciones son similares a las de unos campos de exterminio, pues propongo que para recuperar el imperio de la Ley, construyamos suficientes prisiones nuevas que cumplan con requisitos básicos. 
Como supongo que un país no se reconstruye sobre la base del "yo te lo dije" burlándose de quienes invirtieron sus últimas esperanzas en otro de nuestros tantos parlanchines, para sufrir la decepción, pues propongo un gobierno que con respecto al pasado hable poco, pero castigue duro a los principales corruptos. 
Como supongo que explicándoselo bien la mayoría entendería que la política de regalar la gasolina no tiene ningún sentido, pues propongo que iniciemos ajustes considerables en su precio y usemos los fondos obtenidos, o bien para devolvérselos a los ciudadanos vía el sistema explicado anteriormente, para que puedan regalarse lo que más necesiten, o bien para construir el mejor sistema de transporte público. 
Como supongo que la mayoría está harta de un gobierno retrechero pues propongo un gobierno que se esmera en ser respetuoso con la ciudadanía… eso sí, sin caer en la cursilería que igual causa sufrimientos. 
Como supongo que un país se construye con base en ciudadanos y no en base a burócratas, pues propongo prohibir cualquier sistema cambiario que le otorgue preferencias al Estado tales como las ofrecidas por el cacique de turno diciéndonos que si hacemos negocios por nuestra cuenta importamos a 4.30, pero si lo hacemos con el Estado [su Estado] podemos importar a 2.60. 
Como supongo que nuestros jóvenes prefieren dedicarse a la vanguardia del mundo en lugar de quedarse en la retaguardia, pues propongo prohibir rebuznos tipo gallineros verticales. 
Y como estos supongos y propongos son solo la cresta de una inmensa ola, debe haber muchos proyectos alternativos para Venezuela. Por favor, envíenme sus propios supongos y propongos.