27 de octubre de 2011

Mesmerizados

La imagen de un enfermo, lentamente acercándose, acongojado y adolorido, un altar, en una inmensa carpa, donde lo espera un predicador, para minutos después soltar las muletas y exclamar a gritos "¡Milagro!"... y bailarnos un joropo, es una imagen portentosa que casi siempre nos deja con una mayor o menor espina del ¿será? 
Habiendo cursado estudios en un colegio evangelista, y el cual me dejo inmejorables recuerdos, no dudo de la buena fe y la bondad de la mayoría de los predicadores, pero ellos también conocen que, entre ellos, también hay muchos quienes cuecen habas. 
Y no estuviese escribiendo sobre esto, si nuestra Venezuela no me recordase tanto a una de esas carpas donde predicadores profesionales venden ilusiones, en nuestro caso ofreciéndonos multiplicarnos nuestro petróleo para nuestro bien... y por supuesto despotricando contra el diablo que nos hace dudar de sus habilidades multiplicadoras. 
Y si algo causa tristeza, es ver a nuestros pobres desesperados, amarrándose a las ilusiones y promesas novelescas que un mediáticamente habilidoso Petrolista Mayor les ofrece, para no simplemente no caer al vacío... puesto que ya agotaron todas sus reservas de esperanzas. 
Y si algo causa tristeza, es ver a la inmensa mayoría de nuestra supuesta élite, incapaces de visualizar una Venezuela donde nuestras resultas petroleras no son centralizadas en manos de un cacique o de unos cuantos pocos caciquillos. 
Y triste también es ver una oposición, en carpas más pobres, dedicados a recoger los votos de los desilusionados, los cuales probablemente alcanzarán para lograr una mayoría, pero incapaces de crear su propia mayoría de ilusionados. 
Como multiplicadores, todos los Petrolistas son malos. Puede que si no hay demasiadas resultas petroleras, logren administrar la escasez con cierta racionalidad, pero, en abundancia, a quienes no somos aprovechadores de profesión, solo lograrán devolvernos migajitas. 
Y lo peor de todo es que todos, ricos y pobres, nos encontramos en una de esas carpas, anonadados e incapaces de salirnos del trance en que hemos caído, hipnotizados por algún malvado para creer que solo el cacique de turno es el señalado para administrar lo nuestro. Alguien podría decirnos con razón: "Ustedes mesmos han sido mesmerizados". 
¡Pues no! Sacúdete Venezuela. El que en Venezuela, las elecciones presidenciales, hace décadas se reduzcan a decidir a quién nombrar como cacique de turno para entregarle la chequera con nuestras resultas petroleras, es un acto de completa y total locura. Supongan por un segundo que las resultas petroleras estuviesen ya entregadas a los ciudadanos, para su siembra, y de repente se aparece un candidato sugiriendo que de llegar él a ser presidente, habría que entregarle todas esas resultas, por cuanto él sí sabe sembrar mejor... ¿qué harían los electores?.. ¿tirarle trompetillas? por supuesto... ¿y entonces en que andamos? 
Y me repugna oír a los candidatos desvelarse por hablar sobre la gran capacidad de los venezolanos, "con ellos sin duda lograremos hacer país", al mismo tiempo que ni siquiera se les ocurre confiarle a los venezolanos mismos la siembra de sus propias resultas petroleras... como implicando que todos fuésemos como una bellas misses Venezuela, bellísimas pero tontas e inútiles. ¡Falsos predicadores todos! Lo que soy yo, voto por que Juan Bimba pueda sembrar sus propias resultas petroleras... así sea solo para que Juan Bimba aprenda.

20 de octubre de 2011

Maldito monopolio

La exposición de motivos de la "Ley de Costos y Precios Justos" establece:
"Los abusos flagrantes del poder monopólico en muchos sectores de la economía han originado que la base de acumulación de capital se materialice en los elevados márgenes de ganancia que implica el alza constante de precios sin ninguna razón más que la explotación directa e indirecta del pueblo.
Sabido es que las asimetrías de los agentes en la dinámica económica han derivado en precios altos y en daños incalculables a la economía de los consumidores.
El poder monopólico o monopsónico y la cartelización, se han constituido en la política aplicada, por los empresarios, para dominar el mercado, siendo ellos quienes fijan los precios y condiciones comerciales, que no se corresponde a referentes internacionales, ni obedecen a una estructura de costos justificable".
Y eso lo dicen los abusadores más flagrantes de lo que sin duda alguna es uno de los poderes más monopólicos que existe en país alguno... el control de una chequera repleta de resultas petroleras.
Y eso lo dicen quienes han ejercido el mayor poder asimétrico y causando daños incalculables a la economía de los consumidores actuales y futuros.
Y eso de cartelización lo dicen quienes usan a la OPEP para valorizar un recurso agotable que si obedeciesen a una estructura de costos de lo que ellos denominan justificable no valdría lo que hoy vale.
Y eso lo dicen quienes mediante sus políticas cambiarias y fiscales fijan los precios básicos y las condiciones comerciales en correspondencia con sus referentes ocurrencias.
A sabiendas que este tipo de leyes intervencionistas no funcionan, para nada, sólo empeoran todo, pregunto: ¿Cuánto cinismo, arrogancia o simple brutalidad es necesaria para decretarlas? ¿Quieren acabar con monopolios, como todos queremos? Entonces comiencen por donde hay que comenzar, lo cual es introduciendo severas limitaciones constitucionales a la cantidad de recursos distintos al de impuestos pagados por los ciudadanos, que pueda recibir y usar un gobierno.
Lo triste es que tampoco la oposición parece tener interés en liquidar el maldito monopolio que nos ahoga como nación, al solo parecer querer ejercerlo para sus propias mejores y más finas ocurrencias.
Después de todo artículo en el cual propongo que se le entregue las resultas del petróleo a los ciudadanos, para que sean estos quienes las siembren, recibo cientos de mensajes que comienzan con un "totalmente de acuerdo" y terminan con un "pero".
Y los "peros" son casi siempre relacionados con la importancia de construir la infraestructura necesaria para el país, o con la de brindarles una óptima educación a los venezolanos. Por supuesto estoy de acuerdo con ello... "pero", siempre que estén dadas las condiciones para que esto pueda ser aprovechado por el ciudadano. Mientras la infraestructura mental del venezolano sea producto de un monopolio malvado y disfuncional... no habrá infraestructura o educación en Venezuela que sirva.
Y, como siempre, quienes más sufrirán, son los pobres, a quienes los caciques de turno más les quitan, sin que se den cuenta.
El ministro Jorge Giordani declaró: "El presupuesto anual del país debe desvincularse del precio del petróleo... tienen que ser los ingresos, o sea, el valor agregado interno que produzca y que pague los impuestos". De acuerdo ministro, entréguenos entonces, YA, nuestras resultas petroleras. ¿O será que el ministro propone quedarse tanto con las perlas como con los espejitos?

13 de octubre de 2011

Cerebros lavaditos

Permítame comenzar con un párrafo del libro "La crestomatía de Mencken", de Henry Louis "H. L." Mencken, un gran periodista y ensayista americano, 1880-1956: 
"Aun cuando condene a los políticos de ser pícaros, vagabundos, fraudes y sinvergüenzas, a veces sospecho que, como los demás, espero demasiado de ellos. Aunque soy de naturaleza desconfiada, con frecuencia me encuentro considerándolos capaces, diligentes, sinceros e incluso honestos. Claramente eso es un pedido demasiado grande, especialmente considerando la forma en que llegan a ocupar los cargos públicos. Rara vez, excepto por casos verdaderamente milagrosos, llegan ahí por méritos propios, al menos en la democracia. Normalmente son elegidos por razones diferentes, la principal de ellas es simplemente su poder para impresionar y encantar a los intelectualmente menos favorecidos". 
Imagínense si a lo anterior le añadimos el hecho que además esperamos que el candidato a cacique tenga a su disposición una inmensa chequera con resultas petroleras con la cual respaldar sus promesas. Ya quisiera yo ver cómo H.L. Mencken hubiese definido, en un país con resultas petroleras centralizadas, a los "intelectualmente menos favorecidos". De repente ese calificativo tendría que abarcar hasta a un Dr. Arturo Uslar Pietri... puesto que ni ése sobre-dotado intelectual, planteó la posibilidad de una Venezuela donde fuesen los ciudadanos mismos los que efectuasen la siembra del petróleo que él mismo sugería. 
El que después de décadas de despilfarro de nuestras resultas petroleras, no exista un mayor reclamo por parte de toda la sociedad, muy en especial por parte de los pobres, para que éstas resultas les sean entregadas directamente a ellos, tiene que deberse a que básicamente toda la sociedad venezolana, se ha sometido a una especie de autolavado de cerebro. 
Después de más de cien artículos sugiriendo la entrega al ciudadano de las resultas petroleras no puedo sino quedar asombrado por la pobreza de los argumentos que esgrimen quienes me replican y apoyan la tesis que éstas deben seguir siendo administradas directamente por el gobierno. Según ellos, el problema se reduce a conseguirse un suficientemente buen gobierno... algo que, como ustedes entenderán, requiere de una impresionable impresionabilidad para poder creer ser algo que se pueda lograr. 
La semana pasada, en un comentario publicado a mi artículo "A la sexta va la vencida" se me interrogaba: "¿cómo cree usted que vamos a hacer, por ejemplo, las obras públicas necesarias para la vida colectiva, tales como hospitales, autopistas, puentes, colegios y universidades? En verdad, ¿cree usted que esa es la vía de progreso para una nación?". 
¿Cómo se le responde a alguien que, aún cuando el mundo está lleno de países no petroleros con hospitales, autopistas, puentes, colegios y universidades, no puede imaginarse a Venezuela lográndolo, sin entregarle nuestras resultas petroleras al cacique de turno? 
A cada rato me sugieren que todo tiene arreglo, si sólo las resultas petroleras se invierten en educación... y me pregunto... ¿Educación para un ciudadano sembrador del petróleo o educación para un ciudadano que espera recibir las cosechas de la siembra pública del petróleo? La diferencia entre esas dos carreras profesionales no podría ser más grande. 
¿Cómo se recompone un cerebro lavado? Quizás recordándole a cada venezolano que no fueron las resultas petroleras del cacique de turno las que se malgastaron, sino las suyas propias.

6 de octubre de 2011

¡A la Sexta va la vencida!

Cuenta la leyenda que en 1787 el mariscal duque Grigori Potemkin, para ganar puntos con la zarina Catalina la Grande, creó y pintó fachadas de idílicas aldeas, que desde lejos daban la impresión de un gran progreso y bienestar en la Crimea recién conquistada por él. Verdad o no, el hecho es que en nuestro país, abundan las fachadas Potemkin... y solo para comenzar, nuestra piñata petrolera pintada como democracia, es una de ellas. 
Necesitamos lograr que los venezolanos nos acerquemos a nuestras falsas fachadas y las toquemos para que entendamos una vez por todas, las mentiras en que hemos creído... todos nosotros, sin excepción. 
Una de las mejores maneras de lograr eso es repetir vez tras vez la pregunta que hace unas pocas semanas les sugerí hacerle a todo candidato que levante la mano con aspiraciones de convertirse en nuestro cacique de turno: 
"¿Quién cree usted que le puede dar un uso más adecuado a las resultas petroleras, cada venezolano usando 200 dólares mensuales, o usted usando 63.875.000.000 anuales? 
Si el aspirante a Gran Cacique responde: "¡Yo!", repregúntale... ¿Cómo es posible que usted menosprecie tanto al venezolano al mismo tiempo que le pide su voto de confianza? 
Si el aspirante a Gran Cacique responde: "¡Los ciudadanos!", repregúntale... ¿Entonces cómo es posible que no incluye usted en su propuesta de gobierno el darle al ciudadano venezolano el acceso directo a sus resultas petroleras? 
Amigos, periodistas venezolanos... ¿No les parece que la pregunta anterior se dirige al corazón de lo que es la esencia política de nuestro país? ¿Cuántas veces la han hecho? ¿Van a seguir permitiendo que los repartidores de las resultas petroleras, pobrecitos tan sacrificados ellos, se salgan con las suyas sin siquiera tener que responderla? 
Entre los de la Cuarta que están hartos de la Quinta repartiendo; los de la Cuarta que están temerosos que los de la Quinta puedan volver a ganar; los de la Quinta que están hartos del cómo la Quinta reparte de malo pero que se desviven por el que no regrese los de la Cuarta a repartir, y los que no quieren que ni la Quinta ni la Cuarta reparta, o sea los verdaderos Ni-Ni, se pueda construir una mayoría a favor de una Sexta donde las resultas petroleras le son entregadas al ciudadano, para que las siembre, como quiera, como necesite. 
Pregúntale a los de la Cuarta... ¿Por imposible que te parezca, si vuelve a ganar la Quinta, no preferirías votar antes a favor de que tu cuota parte de las resultas petroleras se te entregue directamente a ti, para que el cacique de turno de la Quinta no las despilfarre o, peor aún, las pueda usar en tu contra? 
Pregúntale a los de la Quinta... ¿Por imposible que te parezca, si la Cuarta regresa no preferirías votar antes a favor de que tu cuota parte de las resultas petroleras se te entregue directamente a ti, para que el cacique de turno de la Cuarta no las despilfarre o, peor aún, las pueda usar en tu contra? 
Pregúntale a los Ni-Ni... ¿Tú, a quien ni te gustó la Cuarta ni te gusta la Quinta, y que reconoces que quien quiera que triunfe se convertirá en un engreído e insoportable cacique a cuenta de sacarse el gordo de los gordos de la lotería de las resultas petroleras, no preferirías votar antes a favor de que se te entregue tu cuota parte de tales resultas, para así evitar que quien sea electo cacique de turno, o bien por la Cuarta o bien por la Quinta, o bien en nombre de una nueva utopía, no las despilfarre o, peor aún, las pueda usar en tu contra?