6 de diciembre de 2012

La mentira como verdad

¿Acepta usted estas semillas en forma de resultas petroleras, para que usted aprenda a sembrarlas en favor suyo, de sus descendientes y de su país, o prefiere que las entreguemos al Estado? 
La verdad es que jamás se nos hizo la pregunta, ni siquiera por cortesía, pero nuestras resultas petroleras, algunas veces pocas y otras muchísimas, como las de la última década, fueron gastadas íntegramente por gobiernos y asambleas en épocas de Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera, Jaime Lusinchi, Rafael Caldera y el cacique de turno... quedando el país además endeudado. 
¿En términos de nuestras posibilidades de haber logrado un desarrollo armonioso de la economía y de la democracia en nuestro país, desde 1974 hasta la fecha, qué calificación le darían, del 1 al 5, a las siguientes tres alternativas? 
1. Lo que pasó en Venezuela desde 1974 hasta la fecha. 
2. Que Pdvsa nunca hubiese sido nacionalizada y estatizada. 
3. Que desde 1974 las operaciones de Pdvsa no fueren gravadas por impuesto alguno, y todos sus dividendos hubiesen sido entregados a sus legítimos dueños, los ciudadanos venezolanos. 
No sé qué puntuación le daría yo a cada una de las alternativas. Aun la que he venido proponiendo por años, la tercera, no sacaría más de 4, puesto que un ingreso extraordinario no producido como el del petróleo, sin duda causa desajustes que resultan casi imposibles de dominar. 
Pero lo que sí es triste y vergonzoso, especialmente para mi generación profesional, esa que se inició en 1974, es el tener que contemplar, con basamento, la posibilidad de que Venezuela estuviese mejor de no haber nacionalizado el petróleo. No supimos manejar la riqueza petrolera, es más, la riqueza petrolera nos manejó a nosotros, y nos hizo mucho daño. 
Hoy en nuestro país es evidente que la mentira se ha instaurado como verdad, al ser financiada por nuestras resultas petroleras en manos del Estado. ¿Amigos no les provoca recuperar la verdad? 
Si cada elección presidencial incluyese una boleta donde el elector pudiese expresar qué porcentaje de sus resultas petroleras desearía entregar como impuesto al gobierno, 0, 20, 40, 60, 80 o 100% y luego se aplicase el promedio resultante, les aseguro que gobiernos y políticos nos tratarían a los ciudadanos, y a nuestras resultas, con mucho más respeto. 
Por los momentos, el día después de las elecciones, hasta la próxima campaña, para ellos sólo somos un gran estorbo, y eso en el mejor de los casos, y de esto solo somos responsables nosotros.