28 de octubre de 2010

PDVSA, cuidado con una traición a la patria

Me llegó una copia, en inglés, del prospecto preliminar para la emisión de 3.000 millones de dólares de bonos de Pdvsa para, a tasa de interés del tipo tarjeta de crédito de súper-maula, poder seguir invirtiendo en proyectos y gastos de desarrollo social… hasta que el balance de nuestra pobre Pdvsa aguante... o no aguante.
Entre los riesgos de Pdvsa y que los mismísimos rojos-rojitos consideran necesario divulgar a los inversionistas, a fines de dar cumplimiento a las diversas leyes de mercado leemos:
"El Artículo 5 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos nos impone compromisos sociales… Esos compromisos pueden afectar nuestra capacidad para colocar fondos adicionales en reserva para usos futuros, e indirectamente, a nuestros negocios comerciales. Dado que estamos controlados por el gobierno de Venezuela, no podemos asegurarles que en Venezuela el gobierno, en un futuro, no nos impondrá más compromisos significativos o que intervenga en nuestros negocios de una manera tal que afecte adversamente nuestras operaciones, flujo de caja y resultados financieros".
"El Gobierno nos requiere hacer contribuciones significativas para programas sociales, incluyendo transferencias a Fonden, así como se nos exige financiar proyectos específicos… El gobierno de Venezuela ha nacionalizado y sigue nacionalizando compañías…. No podemos asegurarles que el gobierno de Venezuela no nos requerirá incrementar nuestras contribuciones a programas sociales o comprar otros negocios. Cualquiera de esas acciones nos expondría al aumento en los costos, litigios, y pasivos contingentes, lo que tendría un efecto negativo significativo en nuestra condición financiera y en los resultados de las operaciones".
"No podemos asegurar que mantendremos nuestros actuales niveles de producción o generar suficiente flujo de caja o que tendremos acceso a suficientes inversiones, préstamos u otras alternativas financieras para mantener y darle servicio a nuestras actuales infraestructuras para poder continuar con nuestros actuales niveles de producción".
Puede que los directores y la alta gerencia de Pdvsa no puedan "asegurarnos" nada, pero por lo menos tienen la obligación de hacer absolutamente todo lo que esté a su alcance, y mucho más aún, para evitar que esas calamidades que indican como posibles ocurran… Pdvsa no es un mercalito cualquiera.
Señores miembros de la Junta Directiva de Pdvsa.
Olvídense de las leyes de los mercados de capitales, eso es lo de menos. Su verdadero problema es que si algo llegase a pasarle a Pdvsa, por ineptitud, desidia o por falta de coraje de ustedes para levantar a tiempo su voz de protesta y actuar en consonancia… nosotros, los verdaderos accionistas de Pdvsa, los ciudadanos venezolanos, los consideraremos a ustedes, individualmente, como traidores a la patria y actuaremos en consecuencia.
Si acaso no lo sabían antes, dense por muy notificados… y por supuesto hasta de manera retroactiva.
Y no nos vengan luego con las pistoladas que solo obedecían órdenes, ustedes saben bien que no es permitido obedecer órdenes que puedan resultar en una traición a la patria.
Les aseguro que yo, para el caso de que fuera director de Pdvsa, hubiese creído tener razones para emitir las advertencias que se indica en el referido prospecto, hace rato que hubiese muy ruidosamente renunciado.

21 de octubre de 2010

¡Quitémoslo ya!

Y con el título no me refiero al cacique de turno y que aun cuando comprendo que hayan quienes pueden estar tentados a cometer un serio acto de infidelidad democrática, ese no solucionaría mucho, a menos que logremos quitarnos ese yugo que significa la centralización de los resultas petroleras en las manos de unos pocos habladores de pazguatadas… de las repúblicas que sean.
Muchos artículos exponen el símil entre el rescate de los mineros en Chile y la necesidad de rescatar a los venezolanos. No es completamente aplicable. En Chile los mineros estaban ansiosos por retornar a la luz y al aire libre, mientras que en Venezuela, aún no conocemos lo que es un sistema de gobierno iluminado que permita respirar. Aquí lo que nos peleamos es solo sobre quién nombrar como jefe de turno en nuestra oscura mina, esperando sacarnos en la lotería uno que nos haga la vida algo más llevadera, hasta que llegue el próximo inútil.
Como nación tenemos un problema existencial cuando chillamos, cuando un cacique nos humilla usando nuestras resultas petroleras de manera grotesca, como contratando sin razón con un país lejano y para nada transparente y donde nadie podrá ir a reclamar algo, la construcción de 4.000 viviendas… y solo terminamos en sugerir un cambio de cacique.
En la semana, en una entrevista con la BBC, observamos a un inteligente y culto oposicionista quedar básicamente reducido a otro quítate-tú-para-ponerme-yo, al tratar de explicar lo de nuestro país, sin referenciar nuestra condición de país petrolero con las resultas colocadas en manos del cacique de turno. Mi respuesta hubiere sido:
"Afamado señor entrevistador inglés, si usted viviese en un país donde el 90 por ciento de unos fabulosos ingresos por exportación le entran directamente al gobierno, solo entonces usted tendría la posibilidad de comprender la imposibilidad de tener una democracia real, no obstante el número de elecciones… entonces usted tendría que acostumbrase a ver cosas como a su reina vestida en minifalda fabricada de palmas del color que al cacique le guste, bailandito, y una sociedad humillada observándola mudamente. Pero, mientras eso no ocurra, le garantizo que usted no tiene la menor idea de lo que pasa en Venezuela, ni podrá jamás entenderlo… así que no perdamos el tiempo. Buenas noches".
Ruego que algunos de los nuevos diputados a la Asamblea se dediquen a informarse sobre lo que es luz y aire libre, para entonces buscar una puerta esperanzadora para el futuro del país, para que no perdamos más tiempo buscando solo con urgencia puertas de salida de emergencia, vez tras vez tras vez.
La puerta de entrada al futuro consiste en librarnos de esa maldición de entregarle a los caciques el inmenso poder de nuestras resultas petroleras, sin que siquiera quede constancia de ello. El día que tales resultas, directamente o vía un fondo completamente aislado de la política, vayan a los ciudadanos, es cuando vamos a poder conocer sobre quiénes saben gobernar y quiénes no.
Políticos y politiqueros, los venezolanos ya llegamos al llegadero y simplemente no queremos confiarles más nuestras resultas petroleras. Si cumplen su función, encantados pagaremos los impuestos que nos correspondan.
Quitémonos la maldición de ser humillados, de la manera que sea, por unos gobernantes independientemente ricos y para quienes, una vez electos, solo somos una molestosa ladilla.
El Universal

14 de octubre de 2010

Una nación de humillados

No es que vayan a sentirse insultados, no los estoy llamando ignorantes, es solo obvio que ustedes los caciques no tienen la menor idea de cómo sembrar el petróleo, así que ahora nos toca a nosotros, los indios, aprender a sembrar. Por supuesto que a unos cuantos de nosotros se nos perderán las semillas, pero por lo menos las habremos comido y bebido sin haber tenido que arrastrarnos ante quien sea el cacique de turno. La verdad sea dicha, actualmente solo somos una nación de súbditos humillados y eso tiene que acabar.
Con solo tres integrantes de la reciente electa Asamblea que presenten una ley que obligue al Estado traspasar, vía un fondo, directamente a los venezolanos un porcentaje de las resultas petroleras, basta para comenzar a formalmente identificar quiénes tienen confianza en el pueblo y quiénes solo son otros vulgares quítate-tu-para-ponerme-yo.
En 1948 se implementó el 50-50 el "fifty-fifty" con el cual el Estado percibía lo mismo que las empresas de las resultas petroleras; y en 1976 el 0-100, o el "todito para el Estado, su cacique y sus caciquillos".
Dios quiera que en una fecha no demasiado lejana se inicie la transición hasta otro 50-50, ésta vez el 50 para el Estado y el 50 para los ciudadanos. Por supuesto, a la larga, con un 20% para el Estado por administrar la industria le debería bastar y sobrar.
Ya veré mi correo electrónico de nuevo inundarse con los chillidos de quienes con eso creen que atento en contra de la fibra moral del venezolano; acusándome de querer convertir a Venezuela en una sociedad de rentistas. ¿Más de lo que hoy somos? Si eso fuese cierto, lo que promuevo más bien podría calificarse como la independencia o la libertad de los rentistas.
Pero la verdad verdadera es que solo los caciques y sus caciquillos son los rentistas: y el pueblo solo es un receptor de las migajas que dejan aquellos, o, en traducción vulgar del significado real de las palabras de Juan Pablo Pérez Alfonzo, de los excrementos.
La realidad es que unas cuantas resultas petroleras entregadas en efectivo a los ciudadanos no alcanzarían para convertirlos en rentistas pero sí ayudarían a sacarlos del trance del "hay -más" y que hoy los tiene sentados en la orillas de las malas carreteras del país esperando los frutos de una cosecha, en vano.
Es absolutamente increíble como en África se está imponiendo el uso de los teléfonos celulares para todas las transacciones bancarias… y como oí alguien recientemente decir, por primera vez en la historia habrá más pobres que adinerados con acceso a servicios financieros. Qué maravilla el día que recibamos nuestras semillas por el celular y podamos dedicarnos a ser ciudadanos sembradores en lugar de ser los tontos tontos-útiles del cacique de turno.
Ese día, por ejemplo, podremos con un celular decidir libremente en qué preferimos gastar o invertir, en lugar de requerir de un carro para cobrar algo de las resultas petroleras que el cacique ha decidido entregar en gasolina regalada.
¿Entre tantos diputados, habrá tres que confíen más en nosotros los ciudadanos que en el Estado, y que se atrevan a buscar sacarnos del estado de humillación en que estamos empantanados, presentando esta propuesta o una similar?
Publíquese en la web la lista de los diputados venezolanos que no confían en los ciudadanos venezolanos. Para comenzar, todos se encuentran en ella, nuevos y viejos.