22 de marzo de 2012

¡Fuera IVA!

El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el BID y demás instituciones financieras multilaterales, las IFM, trabajan antes que nada para sus accionistas, los respectivos gobiernos de los países miembros. No hay nada mal con eso... es como es. Además por cuanto las IFM ayudan a los gobiernos a cumplir mejor sus funciones, nosotros los ciudadanos también con frecuencia nos beneficiamos de su labor. No obstante es importante que justamente como ciudadanos, nos recordemos que las IFM, al favorecer a sus accionistas, pueden a veces, sin quererlo, trabajar en contra de nuestros mejores intereses. 
La semana pasada en respuesta al artículo "Mi paraíso fiscal" recibí preguntas sobre los impuestos a la venta o al valor agregado, el IVA, por no haberlos mencionado. Sencillamente no los quiero en mi paraíso... y me hicieron recordar cuando durante los años 90 escribí artículos protestando el hecho que las IFM nos vendían la necesidad de impuestos como el IVA, sin considerar para nada el hecho que el gobierno ya se quedaba con nuestras resultas petroleras. 
Y ni hablar de eso a los actuales precios petroleros. Hoy, sólo la gasolina regalada, con la cual el actual gobierno que se dice revolucionario subsidia a quienes consumen gasolina, calculado a precios internacionales, representa de hecho un impuesto cobrado y gastado del casi 10 por ciento del PIB. 
Por supuesto, si yo fuese un político, un burócrata, disfrutando trabajando con reales ajenos, no tendría mucho en contra del IVA o impuestos sobre la venta... si así llueve que no escampe. Pero, como ciudadano, estos impuestos ni me gustan ni me convienen. 
No me gustan por cuanto son regresivos, lo cual, en un país donde ya el gobierno se queda con las resultas petroleras de los más pobres, equivalen a echarle sal a las heridas. 
No me convienen por cuanto la relación del pagador del impuesto y el ciudadano no queda establecida con claridad. Quien lo dude que me responda cuánto pagó el año pasado en IVA. 
Las IFM, entre otros, nos dicen que el IVA debe gustarnos, por cuanto es fácil para el fisco cobrarlos. No logro entender tal argumento por cuanto, intuitivamente, preferiría que al fisco le cueste cobrar los impuestos, en la esperanza que así los agradezcan y los cuiden más. 
Y el dinero es fungible. Si no le gusta como regalan nuestras resultas petroleras a otros países, considere que esos regalos igualito los puede usted estar pagando con el IVA. 
Así que: ¡Fuera los impuestos indirectos que no llevan impreso de manera precisa el nombre del contribuyente!... para que así nosotros los ciudadanos podamos reclamarle mejor al cacique y a sus caciquillos de turno, el buen uso de nuestros recursos. 
¿Y por qué el tema? Por la sencilla razón que necesitamos, y nos merecemos, darle un revolcón mucho más profundo a nuestro país que el que veo reflejado en los programas esbozados por la MUD. 
Si algo ha demostrado fehacientemente esta fallida revolución hecho teatro burlesco con altas y tristes posibilidades de ser novelado, es la necesidad de una verdadera revolución, una revolución que ponga al ciudadano al frente del país, y no una que se limite al cambio de caciques y baquianos. Las resultas petroleras, si verdaderamente son de los venezolanos, entonces que verdaderamente le lleguen a los venezolanos. Lo demás es cuento chimbo de quienes aspiran ser caciques adinerados... para así poder ayudar a su pueblo, tan bellos ellos. 
"Usted no paga impuestos - ellos agarran impuestos" Chris Rock 

15 de marzo de 2012

Mi paraíso fiscal

Mi paraíso fiscal no sería, como muchos podrían pensar, un país donde no se paga impuestos, sino un país con un sistema fiscal justo, transparente y eficiente; el cual, sin debilitar al ciudadano, logre generar los ingresos fiscales que permitan al Gobierno acometer lo que los ciudadanos consideren que debe acometer por cuenta de ellos... y más nada. 
Actualmente tal paraíso fiscal no existe en ninguna parte. De hecho, lo que predomina en el mundo son unos verdaderos infiernos fiscales kafkianos. Todo país que logre transformarse en un paraíso fiscal, tendrá todas las de ganar. 
Mi paraíso fiscal, se regiría por los siguientes dos principios: 
1. Toda persona tiene el derecho inalienable de contribuir con su país pagando impuestos, no importa cuán pobre sea. Además es inaceptable que la ciudadanía pueda ser odiosamente dividida, por políticos y burócratas interesados, en pagadores y no pagadores de impuestos. 
2. El Estado no debe percibir ingresos por concepto de cualquier otro impuesto que los pagados directamente por los ciudadanos en nombre propio. Es un derecho inalienable de los ciudadanos que sus gobiernos trabajen exclusivamente para ellos, sin que otros mecenas o interesados puedan introducir confusión en tal relación. 
En tal sentido, en ese paraíso fiscal, toda persona que recibe, así sea un solo bolívar en ingresos, por cualquier concepto, pagaría impuestos. El impuesto, por supuesto de índole progresivo, podría por ejemplo ubicarse entre el 10 y el 49 por ciento. Ni pensar que el Estado se quede con la mayor parte del ingreso de cualquier ciudadano, por adinerado que sea el contribuyente. 
Las empresas no serían gravadas con impuestos, por cuanto su función es la de crear trabajos y aumentar los ingresos gravables de los ciudadanos, algo que pueden lograr mejor sin distorsiones fiscales. Por supuesto, las empresas quedarían obligadas a enterar un impuesto por los dividendos pagados a quienes no se encuentren fiscalmente domiciliados en el país. 
Todo los demás ingresos que puedan ingresar al Estado, por ejemplo las provenientes de las resultas petroleras, aranceles netos y utilidades cambiarias, serán repartidos directamente entre los ciudadanos, en la medida que las realidades macroeconómicas así lo permitan, y formarán parte de sus correspondientes ingresos gravables. 
El ingreso fiscal recaudado por el Estado central sería automáticamente repartido según un situado constitucional bastante descentralizado, y el cual visualizo como en un 10 por ciento para las gobernaciones y un 40 por ciento a los municipios, distribuidos 90 por ciento en base de la población y 10 por ciento en base al territorio. Los municipios podrán además cobrar sus respectivos impuestos a las propiedades, residenciales. 
En casos de emergencia nacional, y contando con el voto favorable del 80 por ciento de los asambleístas, la Asamblea Nacional podrá igualmente decretar un impuesto sobre el valor de los activos financieros hasta por un máximo del 1 por ciento anual, hasta por períodos máximos de 3 años. 
¿Privatizaciones de servicios públicos? Por supuesto que sí, pero siempre adjudicándolos sobre la base de minimizar las tarifas para los usuarios y no, como suele ser, para maximizar el ingreso del Estado. 
¿Deuda pública? Ni un céntimo más que el 30 por ciento del PIB, y solo a largo plazo. 
Agradezco toda sugerencia que pueda hacer aún más paradisiaco mi paraíso fiscal.

8 de marzo de 2012

¿PDVSA II?

Las resultas petroleras entregadas directamente a los ciudadanos, en efectivo, en la medida que las realidades macroeconómicas del país así lo permita, aceitarían la economía. Hoy las resultas petroleras, entregadas en su totalidad al gobierno, sólo ahogan a la economía, al mismo tiempo que hacen de nuestra democracia una pobre y burda ficción. 
Se dio la noticia que Pdvsa le vendería a la Citic de la China un porcentaje de Petropiar, una de las empresas que operan en la Faja del Orinoco. Nada nuevo y extraño. Pero también se corrió el rumor que la Citic colocaría una parte de esas acciones en la bolsa de Hong Kong, lo que implicaría que cualquiera podría comprarlas... inclusive alguien de algún "malévolo" imperio. 
Por cuanto pocos han escrito tanto sobre el petróleo en Venezuela sin tener absolutamente nada que ver con ese sector, excepto como ciudadano de un país petrolero, mi bandeja comenzó a llenarse con preguntas ¿será privatizada Pdvsa?, algunas nerviosas y otras esperanzadas. 
Para evitar la confusión recordemos el artículo 12 de nuestra Constitución: "Los yacimientos mineros y de hidrocarburos, cualquiera que sea su naturaleza, existentes en el territorio nacional, bajo el lecho del mar territorial, en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental, pertenecen a la República, son bienes del dominio público y, por tanto, inalienables e imprescriptibles". 
En tal sentido, a menos que se reforme la Constitución, algo nada probable, Pdvsa tiene que ver con el negocio de extraer y comercializar el petróleo extraído y poco, o más bien nada, con el valor del petróleo no extraído. 
Pero además, supónganse que Pdvsa quiebre y deje un mono gigantesco... ¿creen ustedes que no podríamos entonces extraer un solo barril y venderlo y destinar esos fondos para importar la comida, la medicina y los espejitos que necesitamos hoy más que nunca? A menos que seamos invadidos por fuerzas extranjeras, o exista un cerrado bloqueo internacional que nos lo impida, por supuesto que podríamos hacer tal cosa. 
Es más, al ratico sería probable que tuviéramos nuestra Pdvsa II, si no necesariamente para extraer, por lo menos para comercializar nuestro petróleo extraído... por aquello de la OPEP. ¿Que se nos complicaría la vida? ¡Por supuesto! ¿A quién no se le complican los asuntos si una empresa como Pdvsa fuese decretada maula? Pero también las complicaciones pueden traer productividad... y hay que ver cómo a Pdvsa I eso hoy le hace falta. 
El valor de Pdvsa I, enrojada y endeudada, no debe actualmente ser gran cosa, así que de ese lado no podemos esperar unos altos ingresos. No obstante, gracias a Dios, nuestro petróleo bajo tierra sigue siendo, por los momentos, valioso y a salvo. 
Lo que sí debemos cuidar es que el valor de nuestro petróleo bajo tierra y mar, no se nos escape vía unos contratos de extracción innecesariamente onerosos. Las empresas extractoras podrían entonces ser vendidas a precios altos. No se olviden que creativos y sofisticados adelantadores de resultas petroleras para el Estado, siempre pululan buscándole las mil maneras para violar la intención de nuestra Constitución. 
No obstante, lo que más nos hace falta, es lograr poner a salvo de nuestros gobiernos nuestras resultas del petróleo extraído. Bertolt Brecht sostenía con razón: "Pobre aquél país que necesita de héroes". Igual estoy seguro que de conocer nuestra realidad él hubiese opinado: "Pobre aquél país que necesite de un sabiondo para sembrar su petróleo". 
Las resultas petroleras entregadas directamente a los ciudadanos, en efectivo, en la medida que las realidades macroeconómicas del país así lo permita, aceitarían la economía. Hoy las resultas petroleras, entregadas en su totalidad al gobierno, sólo ahogan a la economía, al mismo tiempo que hacen de nuestra democracia una pobre y burda ficción.
El Universal

A partial translation:
PDVSA II?
To avoid confusion let us remember Article 12 of our Constitution: " Mineral and hydrocarbon deposits of any nature that exist within the territory of the nation, beneath the territorial sea bed, within the exclusive economic zone and on the continental shelf, are the property of the Republic, are of public domain, and therefore inalienable and not transferable". 
In this regard, unless the Constitution is reformed, something not likely, PDVSA has to do with the business of extracting and selling oil extracted and little, or rather nothing, with the value of the oil not extracted. 
In addition, suppose PDVSA goes belly up and leaves monstrous unpaid debts behind… Do you think we could not then extract a single barrel and sell it and allocate those funds to import food, medicine we now need more than ever? Unless we are invaded by foreign forces, or there is a closed international blockade to prevent us, of course we could do such a thing.
Moreover, shortly thereafter we would probably have our PDVSA II, if not necessarily to extract oil, at least to market our extracted oil. Would life become complicated? Of course! Would it not complicate matters if a company like PDVSA was declared a bad debtor? But complications can inspire productivity ... and you can see how much PDVSA I lacks that today. 
The actual value of the red-PDVSA I, also in red because of its debt, should not be that high and so we should not expect it to provide us with much income from its liquidation. However, thank God, our oil underground remains, for the moment, valuable and safe. 
What we must take care of though is that the value of our oil underground and sea does not escape us by means of some unnecessarily onerous extraction contracts. As new extraction companies could be sold at very high prices, let us not forget those who offer governments to advance oil income to them, are always on the lookout for thousands of creative and sophisticated ways to violate the intentions of our Constitution. 
However, what we most need, is to place the value of our extracted oil, safely out of the reach of our governments. Bertold Brecht rightly argued: "Pity the country that needs heroes." I am sure that if Brecht had known our realities he would equally have said: "Pity a country that needs smartasses to seed its oil." 
The net oil revenues, delivered directly to the citizens, in cash, to the extent that macroeconomic realities of the country so permits, would oil our economy. Today those net oil revenues, delivered in their entirety to our governments, only strangle our economy while making a poor and clumsy fiction out of our democracy.

1 de marzo de 2012

Deben exponer mucho más su pellejo

Cuando observo el uso tanto más efectivo que alcaldes y gobernadores de la oposición logran darle a los recursos que se le asignan, lo atribuyo, ante nada, al hecho que no les queda otra, y al hecho que, francamente, la competencia no es muy reñida. Quienes gozan de la simpatía del cacique y tienen acceso a mayores recursos, simplemente pierden más el tiempo en repartirlos y en asegurar mantener la simpatía del cacique. 
Un problema de los contratos públicos asignados a dedo, es que las "comisiones" son exigidas en el momento de los desembolsos, por adelantado, y no en el momento de concluirse las obras. De sólo lograr asegurar que las corruptas comisiones se pagasen una vez ejecutado el proyecto, las comisiones seguirían por supuesto siendo corruptas, pero por lo menos sería una corrupción más productiva. ¿Debe acaso la Ley contemplar: "La pena de cárcel por corrupción, cuando está relacionado con una obra se haya ejecutado en el tiempo y con el costo previsto, será reducida cuatro quintas partes."? 
Si los venezolanos hubiéremos recibido nuestras resultas petroleras en efectivo y las hubiésemos entregado a un administrador financiero con una capacidad de administrar recursos ingentes tan pobre como la que le hemos observado a nuestros gobiernos, desde la era del petróleo dorado iniciado en 1974, hace tiempo que le hubiésemos retirado el mandato de gestión, reservándonos además el derecho de demandarlos por desfalco. Francamente, nuestra costumbre de confiar al Estado el manejo de las nuestras resultas, sin cuestionar ese arreglo tan dudoso, es indicativo de que algún tornillo importante nos hace falta. 
Los países desarrollados atraviesan actualmente una gigantesca crisis bancaria que ha llevado a discutir sobre la importancia que bancos y banqueros expongan más de su propio pellejo. Y eso es algo sobre lo que también debemos pensar mucho más en Venezuela. No podemos permitirnos el lujo que nuestros burócratas sean unos fallidos administradores, y nada les pasa. ¿Cuándo vamos a inhabilitar un funcionario público por el sólo hecho de ser un mal funcionario público? En términos reales eso puede ser mucho más importante que inhabilitarlo por corrupto. 
Lo anterior requiere que nosotros, las víctimas, sepamos mantener una constante vigilancia crítica de las autoridades... lo que requiere abandonar nuestra boba costumbre de dejarnos alumbrar hasta la ceguera por la autoridad, tanto cuando esta se basa en colores políticos, como en méritos documentados, olvidándonos que el papel aguanta todo. 
Buscando explicarle a un grupo de profesionales escépticos lo idiota de las regulaciones financieras producidas por la inteligencia más meritoria del mundo, me sirvió mucho un libro de Edward Dolnick titulado "The forger´s spell" 2008, algo así como "El embrujo del falsificador" 
El libro que trata sobre como un falsificador logro engañar a todo el mundo con unos mediocres cuadros falsos de Johannes Vermeer, cita a Francis Fukuyama citando a Patrick Moynihan opinando "Hay algunos errores que requiere de un Ph.D. para hacer". Igual nos recuerda el comentario de George Orwell: "Uno debe pertenecer a la inteligencia para creer tales cosas: ningún hombre ordinario podría ser tan estúpido." 
Nosotros, los del poblado Venezuela que no logra ser país, bobamente caímos en las muy tristes circunstancias actuales. No permitamos ahora que, como unos neo-bobos, sólo nos den una vuelta y de nuevo nos lleven al mismísimo punto de salida.