2 de junio de 2005

Radicalmente racional

Estoy harto de aquellos radicales, de lado y lado, que lanzan sus engolosinados ataques al detectar cualquier debilidad en su enemigo, sin importarles un bledo si con ello incendian al país. Con sus estúpidas solidaridades automáticas y esas risitas tras las cuales no logran ocultar su gozo con las buenísimas-malas-nuevas sólo logran cohesionar más… a sus enemigos…como una pega-loca. 
Por supuesto, la mayoría de las incontinencias de la oposición, son causadas por las soberanas tientas, que con capote y muleta les lanza cada domingo ese toreador, que tantos rabos y orejas ha cortado en las últimas temporadas. Por cierto, como nota curiosa, algunos de los últimos lances de ese torero, podrían ser demasiado revolucionarios incluso para su propia fanaticada. 
No obstante, a sabiendas de que el país necesita construir puentes de entendimiento montados sobre unos sólidos pilotes de meas-culpas, dejemos al lado la discusión sobre el radicalismo-tienta y el radicalismo-respondón… y apelemos a un radicalismo-racional. 
Hoy PDVSA enfrenta una situación grave, no tanto por la merma en la producción, ya que todos sabemos el pobre uso que siempre se le ha da a lo extraído, sino por el hecho de que por cada día que pasa, más se parece a una guarida a la que sólo tienen acceso quienes, de verdad o de mentira, han jurado lealtad a una revolución de pacotilla. 
Para salvar a PDVSA es indispensable diluir la pega-loca y para ello es necesario que se comprenda que la tragedia actual no implica la maravilla del ayer, por lo que las críticas a la vieja PDVSA siguen vigentes. Igualmente hay que acordar qué hacer con su Ex-Gente y en tal sentido propongo el uso de la siguiente matriz: en el eje vertical, Culpable/Inocente (que cada quien decida qué rayos significa) y, en el eje horizontal, Necesario/No Necesario, de acuerdo a si antes hacían algo indispensable en PDVSA, o sobraban como consecuencia de la trágica reestructuración, que centralizó los poderes y acabó con las filiales.
Al grupo Inocente/No Necesario (¿la mayoría?) hay que indemnizarlos correctamente, ajustando por todos los retrasos en el pago. Al grupo Inocente/Necesario hay que abrirles la puerta a PDVSA y rogarles que regresen. Estos, por haber escarmentado historia en carne propia, conformarán la mejor línea de defensa para evitar que ésta se repita. Finalmente, ¿con los culpables?, decidan Ustedes, pero ni son muchos, ni creo que incluya indispensables.
Caracas, El Universal, 2 de Junio de 2005