15 de julio de 2010

¡Súbase! ¡2.500 por ciento!

Si fuese un candidato a la Asamblea, defendería una propuesta de aumentar los precios de la gasolina al nivel al cual se comercializa internacionalmente, en poco tiempo… algo así como un 2.500 por ciento en dos años.
Por supuesto me dirán que con esa propuesta jamás sería elegido asambleísta, a lo cual solo les respondo que no me interesa para nada ser asambleísta si no es para corregir lo que se debe corregir.
¿Qué hay mejores momentos políticos para corregir lo de la gasolina? ¡Mentira!, el mejor momento para corregir una horrible aberración es… ¡ya!
El recurso natural no renovable más valioso de nuestro país lo despreciamos profundamente, regalándolo a un precio menor que el agua. Noruega, otro país petrolero que sabe más de valorizar lo suyo, vende la gasolina cien veces (100) veces más cara que Venezuela.
¿Cómo podemos esperar tener un transporte público que funcione cuando éste tiene que competir con un transporte privado con gasolina regalada?
¿Cómo podemos hablar de justicia social si regalando la gasolina se roba el 10% del PIB a los más pobres de los pobres, traspasándolo a quienes no han hecho ningún merecimiento distinto al de ser simples compradores de gasolina?
¿Cómo podemos hablar de responsabilidad ambiental para con el planeta del cual todos somos indígenas?
¿Cómo nos permitimos ser el hazmerreír de todo un mundo que considera lo de regalar la gasolina como otro primitivo excentricismo tropical?... "¡Papá míralos como andan desnudos y sucios!".
¿Qué la comitiva del cacique de turno ya roba y desperdicia suficiente? ¡Por supuesto! ¿Pero qué tipo de excusa es esa para no arreglar lo que se debe arreglar? Qué ponga la gasolina a Bs. 2 por litro y veremos si se le permite al cacique hacer tan fácilmente lo que-le-de-la-gana con esos recursos.
Si la oposición quiere ser una alternativa real tiene que ser algo muy distinto a una más educada, elegante y sofisticada continuación de lo mismo.
No hay absolutamente nada en nuestra Constitución que sugiere permitirle al cacique de turno el regalar la gasolina, hasta fuera del presupuesto, y, si es por eso… ¿por qué no nos regala las pepitas de oro que se extraen también… o los lingotes de aluminio?
Y que no nos vengan los asambleístas que tienen la responsabilidad de ejercer el control sobre el Gobierno y la administración pública nacional con el que no saben… por cuanto cada vez que llenan sus tanques de gasolina ellos mismos participan en el reparto del botín petrolero.
Y que no nos vengan los políticos con que las encuestas indican que más de un 70% de la población no quiere un aumento en el precio de la gasolina… eso no es excusa de nada… y un cacique sin el liderazgo suficiente como para poder corregir tal malvado crimen económico contra Venezuela simplemente debería entregar el plumaje y renunciar.
¡Que vivan los contrabandistas de extracción! ¡Son de-facto los defensores suplentes del valor de nuestro petróleo!
Desde el extremo del centro les reclamo a los venezolanos que celebren el día del petróleo, en señal de agradecimiento por esa riqueza natural que la providencia nos ha legado… para ver si así finalmente aprendemos a respetar lo nuestro.
El día que los venezolanos voten por quién creen le hará mejor al país, en lugar de votar por quién creen más los favorecerá en la repartidera de las resultas petroleras… ese día Venezuela comenzará a ir lejos.