Existe algo que se conoce como la Iniciativa de Transparencia para la Industria Extractiva (EITI por sus siglas en inglés). Es una coalición de gobiernos, sociedad civil, empresas y organizaciones como el Banco Mundial, que promueve la transparencia y la rendición de cuentas respecto de los ingresos provenientes de la explotación de los recursos naturales, todo con el propósito de ayudar al desarrollo sostenible y a la reducción de la pobreza. Este mes, en Noruega, EITI sostendrá su tercera plenaria y ya hay como 20 países que apoyan e implementan sus programas. En nuestro continente están afiliados Trinidad y Tobago, Perú y Bolivia.
Las razones por las cuales los ingresos del petróleo y otros similares con frecuencia no logran traducirse en beneficios para sus países, “la maldición de recursos”, son muchas, pero una de ellas es obviamente el que los ciudadanos nunca están debidamente informados, sospechamos que adrede. Por ejemplo hoy, en pleno Siglo XXI, con todas las tecnologías de información a nuestra disposición, cuando podríamos y deberíamos conocer a instante todos los resultados de “nuestra” industria petrolera, la información que se nos entrega es tan pobre que da vergüenza. Como ningún gobierno tiene derecho de exigirnos actos de fe sobre el estado real de nuestra industria petrolera, los principios que defiende EITI son de interés vital para nosotros.
Pues resulta entonces que “La Negra” propuesta por Manuel Rosales, aparte de que por fin alguien demuestra tener confianza en el venezolano a pie; que por fin se le da un sentido concreto a lo de la democracia participativa; que por fin se comienza a reducir esa concentración de recursos en las pocas manos del gobierno que tanto mal nos ha causado; también nos sorprende muy gratamente aceptando el espíritu de EITI, por cuanto una promesa de entregar el 20% del ingreso neto del petróleo, por necesidad implica ser muy transparente con respecto a cual es el 100% de ese ingreso.
Hay quienes andan acusando “La Negra” de ser populista. Por Dios, si populismo es creer en la capacidad de nuestros compatriotas, pues que viva el populismo. Lo que si rogamos es que “La Negra” sea bien popular y que genere los votos que se merece, para que nos ayude desterrar por siempre ese argumento de que los “venezolanos solo se lo beberían en ron” que tanto han usado nuestros gobernantes, para bebérselos ellos en champaña.
El Universal