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17 de octubre de 2013

Gestando patria

¿Puede haber patria sin compatriotas que se respeten y confíen entre sí? ¡No! En otras palabras, es posible que en toda nuestra historia, Venezuela jamás haya estado tan alejada de ser la patria de alguien como lo está hoy.
"Quítense ustedes aspirantes a caciques de turno, y pongámonos todos a sembrar, cada quien, su cuota de resultas petroleras"... Esa es la única manera de gestar una nación y una patria, en un país con las características de Venezuela con sus valiosos recursos naturales.
¿Cómo lograrlo? Por supuesto tiene que ser de una manera que se sienta realizable, dentro de un plazo que motive la acción. Esa continuamente repetida mantra del "primero necesitamos de tres generaciones de educación", no solo suena demasiado a maestros solicitando enchufes, sino además paraliza. Todos sabemos, intuitivamente, que para sembrar bien las resultas petroleras, no hay otra manera que la de aprender haciendo.
Y les apuesto, 100 a 1, que los ciudadanos venezolanos aprenderían muchísimo más rápido darle un buen uso a sus propias resultas petroleras, que los caciques a las resultas petroleras de todos los venezolanos. ¡Páguenme! Ya tenemos suficientes evidencias de que gané tal apuesta. Basta con la gasolina regalada, y los dólares dizque regalados.
Hoy les ofrezco una plataforma para gestar nuestra patria... con la esperanza de que algunos jóvenes la hagan suya y la mejoren.
El 31 de julio de 2014, a los 100 años de iniciarse la extracción comercial en Venezuela con el pozo Zumaque I, decretaremos lo que increíblemente no se ha decretado antes, en este país tan vergonzosamente malagradecido de los recursos que la providencia depositó en sus entrañas... El Día del Petróleo.

Y ese mismo día anunciamos que, en el lapso de un año, estaremos técnicamente en capacidad de operar un sistema mediante el cual podamos depositarle, el primer minuto de cada mes, a cada ciudadano venezolano, hijo de padres venezolanos por nacimiento, su cuota parte de sus resultas petroleras.
Y el 31 de julio de 2015, comenzaremos activamente a gestar patria y nación, depositando el 10 por ciento de las resultas en las cuentas de los sembradores, incrementando ese porcentaje en un 10 por ciento cada año, hasta llegar a repartir el 100 por ciento, el 31 de julio de 2025.
Y el 31 de julio de 2025, celebraríamos entonces solemnes Misas de Acción de Gracias, por haberse liberado el país de la principal fuente de corrupción material y espiritual, la excesiva concentración de recursos y poderes no sudados en el Estado y sus caciques.
Ese día habremos logrado que una patria y una nación, sustituyan lo que actualmente solo es un negocio de otros... de esos quienes solo se sirven del servicio público, o de esos quienes se sirven de manera privada del petróleo.
Esas resultas petroleras repartidas de tal manera, aceitarán los motores económicos del país, en lugar de, como hoy, enchumbarlos.
¡No más (su)misiones! ¡Gestemos patria! El petróleo, ni de un Estado ni de algunos pocos... de todos. 
PS. No soy hijo de padres venezolanos por nacimiento... ¡pero mis hijas sí!

17 de diciembre de 2009

Por una Constitución curada de espantos

Se discute sobre la necesaria separación de poderes entre el Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo, cuando sabemos que la más importante y urgente separación de poderes en Venezuela es el separarle la chequera petrolera al gobierno; lo cual en esencia resulta contra-natura para cualquier político dispensador de favores por votos; y por lo cual a los ciudadanos probablemente no nos queda más remedio que tomar la constitución en nuestras propias manos.

He ahí el reto. Por cuanto el objetivo primordial de una constitución es el de buscar construir una defensa que le sirva a los ciudadanos ante los embates de un poderoso Estado… ¿cómo es que los ciudadanos le dejamos esa responsabilidad de redactar la constitución a los políticos? ¿Cuánto tiempo se discutió en la última constituyente lo que resulta de los más importante en un país con recursos naturales… el quién debe sembrar las resultas del petróleo? ¡Correcto! ¡Ni un solo segundo!

Mis esperanzas actualmente se centran en que por la vía de una curación de espantos, una especie de electroshock social, lleguemos a convencernos que nuestras mejores y probablemente únicas posibilidades de conseguir a nuestro país donde queremos conseguirlo, es el de nombrar a cada ciudadano su propio ministro de planificación y para él mismo decidir el qué hacer con los 2 a 3 mil dólares anuales que debería poder recibir en resultas petroleras. Por supuesto, en dinero efectivo… no en gasolina regalada o en cupos de Recadi… perdón, quise decir Cadivi.

En Alaska, existe un fondo permanente alimentado por el petróleo y el gas que le paga un dividendo anual a todos los ciudadanos; en el 2009 el dividendo fue de US$ 1.305 a cada uno. En 1999, el gobierno de Alaska, según ellos, necesitado de dinero, el petróleo se cotizaba entonces en solo US$ 9 por barril, le pregunto a los ciudadanos si podría usar algo del dinero del fondo… y el 84% de los ciudadanos le respondieron con un rotundo ¡NO! En otras palabras, los ciudadanos de Alaska lanzaron una inmensa trompetilla a sus políticos.

Pero en Venezuela por el contrario, son los políticos que le lanzan trompetillas a los ciudadanos por cuanto jamás se le ha consultado a ellos sobre si quisieran recibir por lo menos algo de las resultas petroleras directamente. ¿No constituiría esa sola pregunta la madre de todos los referendos revocatorios?

Solicitemos entonces que a cada venezolano se le pregunte, primero ¿cuánto de las resultas petroleras, o, 20, 40, 60, 80 o 100% deberían ser depositadas en un fondo permanente?, y luego ¿de ese fondo cuánto, por ejemplo 4 o 5%, cree usted que debe ser repartido en dividendos anuales a los ciudadanos? Y luego apliquemos el promedio de las cifras que hayan indicado los ciudadanos constituyentes.

Amigos, capitalicemos todos los antiguos y recientes espantos para tumbar ese muro de Berlín criollo que representa el entregarle las resultas petroleras al cacique de turno y que nos impide acceder a una verdadera democracia y desarrollar la capacidad de ser buenos sembradores de petróleo. ¿Qué algunos usarán el dividendo que reciben muy mal? Perfecto… de los males ejemplos también se aprende.

Repito, el hacer de todo venezolano un receptor de un dividendo petrolero es quizás la única manera para que en este siglo XXI logremos reconstruir la unidad en nuestra tan desunida y desdibujada Venezuela.

El Universal

4 de junio de 2009

¡Listo!… en el primer nanosegundo del mes

El hecho que el Gran Hacendado de turno expresase así fuese solo una posible intención de debatir con unos intelectuales extranjeros, mientras que jamás se digna a hacerlo con los ciudadanos venezolanos, me revolvió el alma. A continuación me permito citarles de "Acordes extraños" un artículo escrito por el periodista y poeta cubano Raúl Rivero y que fuese publicado en El Mundo de España en abril de 2009. 
"Aunque se anuncian músicas nuevas, los cubanos tienen que seguir en el baile, solos en el salón, con la más fea. Y la más fea es la dictadura. Es una mala costumbre. Una falta elemental de urbanidad que los totalitarios han trasmitido a los demócratas. Los cubanos no cuentan. Se les organiza la vida, se decide hasta el color y la madera que se utilizará para fabricar sus ataúdes, pero ellos no tienen la oportunidad ni de decir «esta muerte es mía»… Los que llevan medio siglo en la sala de baile no necesitan expertos ni maestros de danza. No añoran nuevos músicos. Ni asumen el color de otras cadencias. Quieren que se vaya la orquesta y que se enciendan las luces". 
Yo, un venezolano que con algo más de medio siglo acumulando deseos por lo mejor de mi país igualmente quiero que se "vaya la orquesta y que se enciendan las luces", para debatir lo que antes de nada debemos debatir en Venezuela… ¿El quién debe ser el sembrador de las resultas petroleras, los Grandes Hacendados de turno con sus respectivos aparatajes gubernamentales o los ciudadanos? 
Si las resultas petroleras son las semillas que hemos de sembrar, entonces éstas no representan los peces como nos quieren hacer creer quienes quieren seguir usufructuándolas, sino en verdad son nuestras cañas de pescar. 
A mí no me cabe la menor duda que somos los ciudadanos quienes debemos recibir esas cañas de pescar que representan las resultas petroleras, para así tener la posibilidad de aprender a pescar… como tampoco me cabe la menor duda que tenemos que quitarle al gobierno esas cañas de pescar para evitar que sean usadas como látigos, así como para evitar el tener una ciudadanía sentada con expectativas esperando por los pescados… como tampoco me cabe la menor duda que desde el principio debemos entregarle las cañas de pescar a los ciudadanos para que a nuestro país no se le vaya la vida con sus ciudadanos peleándose entre sí por ellas.
Imagínense a las resultas petroleras, o sea lo que queda después de haber efectuado todos los apartados necesarios para acometer las inversiones sin tener que hipotecar el petróleo, siendo depositadas en un fondo de los ciudadanos… y del cual una Junta de siete miembros elegida por los ciudadanos decide cuánto se debe repartir considerando las variables macroeconómicas y el deseo de brindarle una mayor estabilidad al país… y luego ese monto, en el primer nanosegundo de cada mes, es repartido por igual entre los ciudadanos abonando las tarjetas de débito que previamente se le ha entregado a todos ellos. 
A partir de ese nanosegundo ningún ciudadano tiene porqué albergar expectativas petroleras con respecto a sus gobiernos; a partir de ahí ningún gobierno tiene razón de ocuparse de la repartición que corrompe y por lo tanto puede gobernar como un gobierno normal; a partir de ahí los ciudadanos podrán buscar cómo manejar las tantas otras dificultades implícitas en ser un país petrolero. 
Las resultas del petróleo son una bendición que las hemos convertido en maldición permitiendo que las decisiones sobre su uso recaigan en el Gran Hacendado de turno… sea éste quien sea, amarillo, azul o rojo. Necesitamos que se prenda la luz que ilumine esta triste realidad venezolana y sobre la cual jamás se debate. 
Gran Hacendado de turno, así como cualquier otro aspirante a ese cargombur, no sean cobardes y atrévanse responder… ¿Quiénes creen ustedes que pueda maneja mejor las resultas petroleras, ustedes decidiendo sobre 4.000.000.000 dólares mensuales que no son suyos o cada uno de sus ciudadanos decidiendo sobre los 160 dólares suyos? ¿Ustedes? ¿Es esa la confianza que ustedes les tienen a sus compatriotas? En ese caso permítame expresar mis serias dudas sobre sus propias capacidades para administrar sus propios 160 dólares mensuales. Mejor se las entregamos a sus mamás.

6 de noviembre de 2008

¡Independencia!

En mucho sentido hoy somos tan dependientes del cacique de turno que hemos elegido, como antes lo eran nuestros antecesores del Rey de España que algunos pocos por allá coronaron. Tanto el Rey, antes, como el cacique de turno, hoy, controlan el poder que surge de las riquezas naturales de nuestro país.
En tal sentido nosotros los ciudadanos venezolanos necesitamos iniciar una nueva guerra de independencia, la cual esta vez no puede tener otro objetivo que el hacer al petróleo verdaderamente nuestro, por primera vez.
Conseguir a los neo-independistas no es tarea fácil por cuanto si revisamos lo que debería ser una fuente natural de instintos de libertad, las universidades, observamos con horror que más bien parecen antros para la defensa de los poderes reinantes o aspirantes y en ellas ni siquiera se discute sobre quién debe ser el sembrador del petróleo, el ciudadano o el Estado.
Conseguir los medios de comunicación que quieran cooperar en divulgar nuestro mensaje tampoco parece ser tarea fácil por cuanto a la mayoría de los medios lo único que les parece interesar es o quedar bien con el cacique de turno o nominar su propio cacique, para así conseguir sus favorcillos.
Conseguir avivar el fuego independista no es fácil por cuanto la población no se ha dado cuenta de la magnitud del poder real que surge del solo manejo de las resultas petroleras y por lo que muchos de ellos se dan por bien servidos recibiendo sus migajas petroleras. Tal ignorancia resulta, entre otros, del truco que usan los apropiadores-indebidos, el de regalar la gasolina en el mercado local para que nadie se dé cuenta de lo que vale.
Ciudadanos venezolanos en rebeldía, pintemos las paredes con mensajes alusivos a cuanto significa haber liquidado para siempre el petróleo extraído durante los últimos cinco años, calculado a su valor real internacional, por cada uno de los venezolanos.
Ciudadanos venezolanos en rebeldía, entreguemos en cada gasolinera la información sobre cuánto el cacique de turno le regala a un propietario de vehículo cada vez que llena el tanque, comprando su conciencia, haciéndolo cómplice en el saqueo.
Ciudadanos venezolanos en rebeldía, pregúntenle a padres o hijos, maestros, colegas en el trabajo o simplemente a sus vecinos sobre quién debe sembrar el petróleo, el ciudadano o el Estado. Si les responden "el Estado" pregúntenles sobre el porqué ellos no se sienten capaces de hacerse responsables de sus propias resultas petroleras y prefieren entregárselas al cacique. ¿Puede un tan sumiso ser independiente?

3 de julio de 2008

El mensaje petropolitano

Si un mensaje logra captar el interés de la audiencia su retransmisión está garantizada. Si un ciudadano durante una semana conversa con 10 compatriotas sobre algo y cinco de estos luego hacen lo mismo, con resultados similares, entonces, en diez semanas, se habrá logrado transmitir más de 48 millones de mensajes.

Una conversada del petropolitano Per Kurowski, cédula de identidad número 1.799.580

1. ¿Amigo, sabes que el petróleo después de cubiertos los costos de extracción y las necesidades de inversión generan algo así como 350 dólares por mes por cada uno de los 26 millones de venezolanos?

2. ¿Entiendes que el Estado agarra la totalidad del valor de esos 26 millones de veces 350 dólares mensuales, devolviendo algo de ese monto a quienes tienen un carro, o sea esa herramienta que en nuestro loco país se ha decidido es necesaria para cobrar un dividendo petrolero?

3. ¿Aparte que nosotros ya lo sabemos por cuenta propia, sabes que no hay ni un solo tratado o estudio en el mundo que sostiene que la centralización de las resultas petroleras produce un mejor resultado económico para un país?

4. ¿Estás consciente que por agarrarse esos ingresos el Estado se hace fabulosamente rico sin la ayuda nuestra y eso desequilibra a la sociedad convirtiendo al Estado en un arrogante engreído y nos reduce a los ciudadanos a ser para el cacique de turno unos simples chupamedias, o hasta un estorbo?

5. Pues bien, nosotros, los petropolitanos, somos un grupo de venezolanos que después de casi 100 años de haberle permitido al Estado agarrarse las resultas petroleras, con tan pobres resultados, consideramos que ya llegó la hora para ejecutar el único acto de verdadero significado revolucionario en nuestro país, el de entregar las resultas del petróleo directamente a los ciudadanos.

6. Nosotros, los petropolitanos, estamos 100% seguros que si logramos generar una suficiente presión del soberano podemos vía un referéndum obligar a modificar nuestra Constitución para conseguir lo anterior así sea en contra de la oposición de todos los políticos quítatetú-paraponermeyos, quienes sólo buscan ponerle la mano a las resultas, vendiéndonos una y otra vez su cuento de "ahora sí sabemos".

7. Nosotros, los petropolitanos, estamos 100% seguros que se puede lograr la distribución de las resultas mediante un sistema completamente transparente y del cual no cabría ni la más mínima objeción social.

8. Nosotros, los petropolitanos estamos 100% seguros que con el transcurrir del tiempo las resultas del petróleo, manejadas directamente por los ciudadanos producirán resultados inmensamente mejores para el país que seguir con el sistema actual.

9. Puede que un ciudadano desperdicie, una, dos, o hasta 100 resultas mensuales, pero aceptamos que esa es la única manera como un ciudadano, o su hijo puedan aprender asumir su responsabilidad. 10. Amigo, ayude a nuestro grupo de petropolitanos a convertir a los venezolanos en los mejores sembradores de petróleo del mundo.

Y yo... cédula… teléfono… @... dejo aquí una constancia por escrito de haber recibido el mensaje, de gustarme su contenido y del compromiso con mis petropolitanos para retransmitirlo, hasta mucho mejor que Kurowski, ayudando así a lograr el objetivo final de una patria mejor.
El Universal
Noticiero Digital

22 de mayo de 2008

¡Repartamos con confianza la confianza!

Imagínense dos países, uno en el cual cada uno de los 26 millones de ciudadanos reciben de 200 a 400 dólares mensuales por concepto de su participación en las resultas de liquidar el petróleo y otro en el cual todos esos ciudadanos, entre quienes hay muchos que no tienen nada de nada, le entregan todas esas resultas a un cacique para que se los siembre y administre. ¿Cuál de los dos países tiene los ciudadanos más cuerdos y responsables?

Ustedes saben que desde unos meses acá he osado proponer que después que Pdvsa haya satisfecho sus requerimientos de inversión se repartan todas las resultas del petróleo directamente entre los ciudadanos venezolanos, en partes iguales, en efectivo y sin condiciones. Por supuesto que esa idea no es fácilmente asimilable por unas mentes domesticadas para de forma paradigmática creer que el repartir dinero es malo y que exponerse a tales tentaciones, llevaría al país al derrumbe moral... igual como yo también una vez lo pensaba.

Lo triste para mí no ha sido tanto el que no me hayan aceptado la propuesta de inmediato gritando vivas y sacándome en hombros como el gran descubridor del desnudo rey, sino que tantas de las respuestas que he recibido evidencian la profunda desconfianza que existe en el país, entre todos sus ciudadanos. El 99% de los que se oponen y en eso no se diferencian si son chavistas o se consideran de oposición, lo hacen explícitamente sobre la base de que "el venezolano es una mierda y no se merece esa confianza". Algunos hablan de "los ricos aprovechadores de mierda" y otros de "los pobres aprovechadores de mierda".

Una nación es un conjunto de personas que viven en un mismo territorio, comparten una serie de elementos comunes y están gobernados por una misma estructura política. En tal sentido les hago la siguiente pregunta: ¿Puede existir una nación si el principal de esos elementos en común es la desconfianza entre los ciudadanos compatriotas? ¡Difícil! Que tontería el discutir referéndum autonómicos, en un país donde cada ciudadano se comporta como un ente autonómico.

Pocos pueblos se ufanan de manera tan exagerada y hasta cursi sobre su nacionalidad como lo hace el venezolano, lo cual revela su angustia de no pertenecer a una verdadera nación, a menos que alguien sinceramente crea que nuestro "sálvense quien pueda" califique como tal. Por los caminos que vamos en algún momento nuestra Venezuela está condenada a desaparecer en las arenas movedizas de la desunión y lo cual es una tragedia para todos quienes recordamos haber vivido en una nación donde la principal fuente de orgullo era justamente el ser compatriota de los venezolanos.

Las resultas del petróleo, especialmente durante una época de altos precios, hacen del ciudadano para el gobierno de turno, un molestoso innecesario; mientras que la centralización de las resultas petroleras en el Estado, convierte a todos los ciudadanos en competidores por la tajada. Todo ello conspira en contra de la unidad nacional, por lo que antes de perder tiempo buscando un gobierno en quien confiar, lo que necesitamos es recuperar la confianza entre nosotros los ciudadanos.

En tal sentido, para salvar nuestra nación, sugiero que nos entreguemos a cada quien una parte igual de las resultas del petróleo, como símbolo de amistad y confianza. Con ello lograríamos también que el gobierno gobierne para nosotros, con los recursos que nosotros aceptemos pagarles en impuestos.

Aparte de dejar el petróleo en el subsuelo para siempre, tal alternativa parece ser la única manera de como lograr eliminar de entre todos nosotros, a nosotros los "aprovechadores de mierda", seamos ricos o pobres.

El Universal
Noticiero Digital

13 de septiembre de 2007

Supongamos

Supongamos que el gobierno de Venezuela nos hubiera entregado, a cada uno de los venezolanos, nuestro cheque anual proveniente de los fondos que sobran de los ingresos petroleros después de asegurar que PDVSA tenga suficiente con qué cubrir todos sus gastos y necesidades de inversión y que este año debería ser como unos dos mil dólares.

Supongamos entonces que al presidente de turno se le ocurra pedir que cada uno de nosotros le devolvamos unos 350 dólares para que pueda seguir subsidiando con gasolina regalada unos 3.000 dólares anuales por vehículo.

Supongamos entonces que al presidente de turno se le ocurra pedir que cada uno de nosotros le devolvamos unos 200 dólares para que pueda seguir regalándole dinero a otros países, para hacerse publicidad a su propio nombre.

Supongamos entonces que al presidente de turno se le ocurra pedir que cada uno de nosotros le devolvamos al Estado unos 100 dólares para comprar armas, como aquellos instrumentos de la muerte Kalashnikov que son entregados a algunos de nuestros vecinos, sin siquiera saber quiénes son ni mucho menos haber asegurado que estén mentalmente aptos para portar cualquier tipo de arma, así sea una china.

Supongamos entonces que al presidente de turno se le ocurra pedirnos que le devolvamos al Estado el resto de nuestro dinero, los 1.350 dólares, para hacer con esos recursos lo que se le ocurra.

Y supongamos que fuésemos hacerle caso… ¿qué diría esto de nosotros los venezolanos? ¿Que somos idiotas?

Está en los planes actuales de Venezuela producir unos 5 millones de barriles diarios de petróleo y que de obtener neto 60 dólares por barril representaría unos 4.200 dólares anuales para cada uno de los 26 millones de venezolanos.

Supongamos entonces que al presidente de turno se le ocurre introducir una propuestilla de constitución donde nos pide ratificar nuestra voluntad de entregarle todo nuestro dinero directamente al Estado, para ahorrarse la molestia de tener que pedir.

Supongamos entonces que esa propuestilla propone además que, para permitirle al presidente poder disponer de todos los fondos sin tener que pedirle permiso a nadie, se sitúe todas “las reservas internacionales de la República… bajo la administración del Presidente”.

Supongamos entonces que esa propuestilla, para facilitarle la vida al presidente para el caso que los fondos no le alcancen para sus ocurrencias, le quita la autonomía al Banco Central de Venezuela y coloca la maquinita de imprimir dinero bajo el control directo del administrador de la Hacienda Pública, o sea, él mismo.

Supongamos entonces que tras nueve años con este presidente de turno ya sabemos a ciencia cierta que él se considera a sí mismo no sólo el administrador de la Hacienda Pública sino más bien el dueño de la Hacienda Bolivariana de Venezuela.

Y supongamos entonces que fuésemos a aprobarle al ocurrente su propuestilla constitucional ¿qué diría esto de nosotros los venezolanos? ¡Exactamente! ¿Dónde nos recluyen?

Amigos, a nuestra querida Venezuela no la podemos reencontrar en la senda donde la perdimos sino que tenemos que buscarla donde queremos que llegue a encontrarse y, para ello, por favor, no le demos el gusto a quienes disfrutan, gozan y ganan con que nos odiemos.

12 de agosto de 2004

Salga sapo o salga rana

NO ES QUE EL QUINCE de agosto, el día del Referendo, no sea importante, podría incluso ser recordado como el final del principio, pero, a la hora de la verdad, es el dieciséis la fecha que vale. Salga sapo o salga rana, el que sea, tendrá que ver cómo se las arregla para que nuestro triunfo no se convierta en nuestra derrota... en poco tiempo.
Los actuales medios tecnológicos no permiten que la historia se re-escriba con mucha facilidad así que, aun cuando a muchos de nuestros actuales protagonistas puede que les importe un bledo, desde ya les advierto al sapo o a la rana, que este cronista, así como la mayoría de mis colegas, serán implacables con quienes no ayuden a evitar que nuestro país se desmadre.
Gane el sapo o gane la rana, manejar la victoria es más difícil que manejar la derrota. Mientras que la realidad política exige conseguir algo que entregarle a los derrotados, en un rápido gesto de conciliación, de seguro los propios andarán, en el mejor de los casos, buscando la champaña y, en el peor escenario, queriendo venganzas.
¿Qué dote puede entregar el ganador a la oposición, sin que los suyos se le rebelen? Por supuesto que no podrá ofrecer 50 sabrosas embajadas a los cincuenta opositores más destacados, no sólo por cuanto pocos de ellos estarían dispuestos a suicidarse recibiéndolas pero, ante nada, porque en las actuales circunstancias la dote requiere tener un profundo significado, casi espiritual, para todo el país.
A mí sólo se me ocurre una... ¡Pdvsa! Nada puede atentar más contra la unidad del país, que seguir manteniendo a Pdvsa como un coto privado. Por el otro lado, un buen camino hacia una paz social, sería permitir que la luz del sol, esa luz que desinfecta y sana heridas, le llegue a nuestra empresa petrolera. Con sólo un poco de voluntad sería posible desarrollar mecanismos, que permitan acercar al ciudadano a esa industria, que intuye tan vital para su país, pero que al mismo tiempo, cruelmente, debe generar muy pocos empleos directos.
Si me tocara manejar el triunfo, estaría pensando en la posibilidad de que las autoridades de Pdvsa también fuesen electas... claro que con una debida representación proporcional... claro que con unos procesos de revocación de mandato más ágiles y menos dolorosos que el parto actual.
Amigos, por enésima vez, en Pdvsa no hay nada que requiera de tanta confidencialidad.
¡Dios bendiga y ampare a nuestro querido país!


17 de junio de 2004

Un acuerdo petrolero

"Sin duda, a este país para quererlo hay que verlo con el corazón, no con la razón porque hay tantas razones para luchar por él, como para abandonarlo. Aquí ser valiente en la defensa de sus intereses se paga muy caro porque muchos se venden por menos de nada". Así expresaban su angustia ciudadanos de otro país latinoamericano esta semana en la prensa. Sentí que estamos en las mismas. 
Pase lo que pase en los próximos procesos democráticos, si queremos recuperar el sueño de una nación y que la reconciliación no tome el camino de la humillación, ni la justicia el de la persecución, requerimos de un acuerdo nacional. Para lograrlo, necesitamos callar a quienes, intoxicados con destilados consensuales ajenos, ya sean de Miami o de La Habana, vociferan tanto que impiden que el resto del país nos oigamos unos a otros. 
El petróleo es, sin duda, uno de los asuntos más delicados para nuestro consenso. Habiendo escrito mucho sobre el tema, criticado tanto a la vieja como a la nueva Pdvsa y por jamás haber estado económicamente vinculado con la industria petrolera, me siento con todo el derecho moral de presentar ideas y de criticar a quienes busquen aprovecharse de la confusión. 
Tanto la exploración como la producción petrolera del país (perdón debí decir extracción) debe permanecer cien por ciento en manos de Pdvsa que, hasta la fecha y apoyada por la OPEP, ha logrado generar excelentes ingresos para Venezuela. 
Todas las demás actividades de Pdvsa deberían ser delegadas al sector privado, por cuanto Pdvsa malgasta en ellas los ingresos antes generados. 
Pdvsa, exploradora y productora, necesita de mucha transparencia y de evitar caer en manos de agendas privadas de mérito o sin meritocracias internas. Por cuanto Pdvsa y el Ejecutivo siempre estarán tentados a conspirar a espaldas de la nación, debemos insertar en ella un Ombudsman, que represente los intereses del resto de la sociedad. 
El mal uso que los gobiernos le han dado a los ingresos petroleros durante los últimos 30 años, constituye "La Vergüenza Nacional". Necesitamos transferir recursos para saldar la deuda pública pero, una vez logrado esto, el Estado debe ceder a los ciudadanos una porción de los ingresos petroleros para que sean administrados directamente por ellos en intereses sociales, como la educación. 
Finalmente, un gobierno que no logre aumentar el precio de la gasolina a lo que recibe por ella en el exterior, no tiene el derecho de llamarse gobierno, ni será sostenible.
El Universal

7 de junio de 2001

El referéndum petrolero

¿Estaría Usted de acuerdo con que la República Bolivariana de Venezuela firmara un contrato petrolero con los Estados Unidos de América (EEUU) en las siguentes condiciones?

* EEUU se obliga durante 50 años a partir de hoy a comprar y Venezuela se obliga a vender tres millones de barriles diarios de petróleo, de unas características venezolanas. El precio referencial (PR) será de US$25 por barril, indexado por la inflación de EEUU, más o menos un ajuste equivalente al 50% de la diferencia que exista entre el PR y el precio del mercado spot.

* Como contraprestación, Venezuela mantendrá además, a la disposición preferencial de EEUU, una cantidad adicional de 2 millones de barriles diarios, que pueden ser comprados por ese país a precios del mercado spot, siempre y cuando exista una emergencia que haga que tales precios superan el PR, en un 100%.

* Para asegurarle a EEUU el que Venezuela esté siempre en posición de cumplir con sus obligaciones de suministro, Venezuela acepta no contraer, bajo ningún pretexto, nuevo endeudamiento público para que no se descuente por adelantado la renta petrolera por recibir en 50 años y se despalillen tales ingresos en 50 días.

* Para asegurar el aplauso entusiasta del mundo ambientalista, Venezuela dedicará un 3% del ingreso petrolero a sembrar de árboles nuestro país y así dejar capturado el carbón que emite el petróleo.

* Para asegurarle a la ciudadanía venezolana su justa participación en la renta, (y que voten un SI), un 30% del ingreso petrolero bruto venezolano, deberá ser repartido directamente y por igual a cada venezolano. Tal reparto puede ser en efectivo o en tickets utilizables para servicios de salud y educación.

¿Sí o no?

De ganar el SI en un referéndum hipotético, como el antes descrito, Venezuela tendría una estabilidad macroeconómica, que le permitiría formular un verdadero plan de desarrollo y EEUU un mayor y más seguro abastecimiento energético, además de no tener que estudiar la alternativa de ampliar los límites de cobertura geográfica de planes como el de Colombia.

Pero mientras el mercado natural para nuestro petróleo, Estados Unidos de América, no sea capaz de valorar sus intereses por un período más largo que el trimestre en curso, prohíba el uso de la orimulsión para favorecer el carbón, no le importe que el petróleo caiga a 7 dólares por barril y prefiera crear costosas reservas estratégicas enterrando crudo o explotando áreas ambientalmente delicadas, entonces a cualquier Presidente venezolano, que desee defender a su país y que busque que el petróleo valga más que un miserable costo marginal de extracción, no le queda más remedio que fortalecer la OPEP y buscar alternativas en otros meridianos, así sea sólo para provocar celos.

Según entiendo, de esto es que se trata la geopolítica y es por ello que creo que a los Estados Unidos no les vendría mal estudiar algo sobre realpolitik especialmente cuando hace como 40 años, en una isla caribeña, reprobaron feamente la materia.

Posdata. Como alternativa también he sugerido la posibilidad que para fijar el PR se use el precio de mercado promedio de los últimos 5 años para así disminuir la volatilidad que hace daño tanto a los extractores como a los consumidores de petróleo.

Posdata. Habiendo observado el descarado despilfarro durante los últimos 15 años de unos increíbles ingresos petroleros, hoy exigiría que se le entregase a la ciudadanía por lo menos el 90% de las resultas petroleras... en efectivo... en dólares.