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17 de enero de 2016

Asamblea Nacional aúpen el aumento del precio de la gasolina, pero que los bolívares se entreguen a los ciudadanos.

Yuval Noah Harari en "Sapiens, una breve historia de la humanidad", 2015 escribe: "Bajo las circunstancias adecuadas los mitos pueden cambiar rápidamente. En 1789 la población francesa cambió casi en un día, de creer en el mito del derecho divino de los reyes a creer en el mito de la soberanía del pueblo".

¿Porqué no aprovechamos las circunstancias tan adecuadas para dejarnos de creer en el mito del derecho divino de los gobiernos para decidir sobre las resultas petroleras legadas a Venezuela por la providencia, y le entregamos ese derecho directamente a los ciudadanos?
El Presidente Maduro le informo a la Asamblea Nacional sobre la necesidad de aumentar el precio de la gasolina comercializada en Venezuela… ése que de hace tiempo ni remotamente cubre ni siquiera los costos de su distribución…por cuanto “es una distorsión”. Es mucho más que eso. Representa un crimen económico de lesa humanidad. Los actuales revolucionarios de pacotilla, por miedosos y faltos de confianza, no se atrevieron hacer un solo aumento durante 17 años.
Pero miedo a protestas sí deberían tener, si de repente el país llegase a sospechar que los bolívares que obtengan de tal aumento, se estuviesen yendo por los desaguaderos de la ineficiencia, como Fondos de Misiones y Grandes Misiones, o en una vulgar corrupción.
Es el momento para que la Asamblea Nacional apoye un considerable aumento en el precio de la gasolina. Eso si, siempre y cuanto todos los bolívares resultantes se repartan entre todos los venezolanos en partes iguales, para así permitir que el valor de la gasolina quemada en contaminantes colas venezolanas, al fin se pueda traducir en alimentos, medicinas o en lo-que-me-da-la-gana-y-lo-necesito.
Pero el gobierno tampoco tiene porque quejarse. A mayor el aumento del precios, mayor será la reducción del consumo y del contrabando de extracción, y con lo cual mayores pueden ser las exportaciones de petróleo a quienes nos pagan. Y nadie puede dudar que todo dólar de ingreso adicional, es de vital importancia para Venezuela lograr mantener la cabeza sobre el agua, hasta que aprenda nadar sin el petróleo a precios altísimos.
Y cuando el país se de cuenta de cuán bien puede funcionar la entrega directa de recursos a los ciudadanos, entraríamos a un proceso verdaderamente revolucionario. Ése de librarnos para siempre de todas esas revoluciones chimbas que solo buscan imponernos caciques-relevistas, provenientes de ese sobrepoblado bullpen de quítate-tú-pa-ponerme-yos con que cuenta Venezuela.
La revolución de responsabilizar al ciudadano en lugar de encargar al cacique y sus caciquillos, sería la verdadera salida... ésa que significaría mucho más que un simple escape de lo bochornosamente malo… ésa que significaría una gran entrada a un mejor y gran futuro para Venezuela.

Noticiero Digital 

17 de diciembre de 2015

Si yo fuese uno de los 112, o uno de los 55 diputados

Eso de ser gobierno u oposición no va conmigo. Cada uno de los diputados elegidos tiene una responsabilidad personal ante el país.
En tal sentido, de ser un diputado en la Asamblea de la Venezuela actual, uno de los 112 o uno de los 55, no dudaría un segundo en proponer, el 5 de Enero de 2016 lo siguiente: 
Hacer de tripas corazón para encontrar como poner a funcionar unos cuantos miles de autobuses más, y simultáneamente incrementar algo así como unas 500 veces el precio de la gasolina y del diesel. 
Todos los bolívares adicionales así obtenidos, serían repartidos por igual entre todos los venezolanos registrados en el Registro Electoral y entre todos los niños atendiendo cualquier colegio venezolano. Tales pagos podrían por ejemplo ejecutarse mediante depósitos en tarjetas de debito (en el caso de los niños en tarjetas a nombre de sus mamás).
Con esos ingresos se ayudaría a los venezolanos sobrevivir los ajustes resultantes de eliminar el perverso control de cambio que lo único que alimenta de verdad, es la corrupción.
Y de seguro el menor consumo y bachaqueo de la gasolina y el diesel pondría, a la disposición del gobierno, quizás unos 300.000 barriles diarios adicionales, los cuales podrían ser exportados adonde nos pagan de verdad verdad, aún sea a los actuales precios bajos.
Y esos 300.000 a US$ 30 por barril = US$ 9.000.000 los inyectaría diariamente al libre mercado cambiario.
Y si los que tienen carros que aún funcionan se me quejan, les ofrecería la posibilidad de reexportar (bachaquear) sus vehículos adonde quieran, y vender las divisas así obtenidas a la tasa más alta que consigan… todo sin trabas algunas.
Pero no soy uno de los 112, o uno de los 55 diputados… por vivir fuera de Venezuela en estos momentos, ni siquiera tuve derecho a votar por esos legisladores.
El que crea que la difícil situación económica de Venezuela pueda mejorar sin pasar por un muy pero muy fuerte aumento en el precio de la gasolina, no sabe de economía.
El que crea que las difíciles circunstancias económicas por las cuales están atravesando muchos de nuestros compatriotas no requiere de un muy pero muy fuerte aumento en el precio de la gasolina, no sabe de justicia social.
Regalar la gasolina como hace Venezuela en la actualidad es un crimen económico (y ecológico) de lesa humanidad.
Y por supuesto exigiría que se acaben todos los arreglitos entre amiguitos, y que todo el petróleo que se exporte, se venda a quien mas nos ofrece pagar, de contado.
Y por supuesto firmaria apoyando las Amnistías y los Referendos que me pongan por delante... pero mi responsabilidad principal es con los que no tienen con que.
PS:




Noticiero Digital

10 de diciembre de 2015

Es irrelevante que Maduro sea Presidente. La oposición, la MUD, el 6D, recibió un inmenso mandato de sacar el país adelante

Así que a la MUD simplemente no tiene el derecho de ponerse a guabinear y considerar los costos políticos de las propuestas y acciones necesarias.
En tal sentido la MUD debería agarrar el toro por los cachos y sugerir al país comenzar eliminar las distorsiones producidas por el dizque sistema cambiario; y sugerir amortiguar los principales costos sociales de aquello, usando los ingresos derivados de aumentar sustancialmente los precios de la gasolina.
En lo personal, ruego que el ingreso que puede producir aumentar el precio de la gasolina a su valor real de mercado mundial, le sea entregado a todos los ciudadanos venezolanos por igual, en efectivo, siguiendo los ejemplos de una Finlandia que también busca librarse de quienes parten y reparten para quedarse con la mayor parte.

Aqui mas detalles

22 de agosto de 2013

Maduro ¿Y nuestros 100.000 dólares?

En la semana, con un soez espectáculo en la Asamblea, se dio uno de los más deprimentes hechos en nuestra vida republicana. Y no me refiero tanto a la vulgar verborrea de quien obviamente anda enfermo, sino a la falta de toda la bancada oficialista de mandarlo a callar en nombre de sus propias dignidades como diputados. Si estos son los diputados nuevos, que han de representar a los hombres “nuevos”, que Dios nos guarde.
Pero, por el otro lado, todos esos diputados nuevos, no son al fin sino como somos todos los demás, unos pobres subyugados que, como débiles seres humanos, nos callamos y nos doblegamos ante la voluntad de quien sustenta tanto poder, como el que reside en esa chequera que contiene todas nuestras resultas petroleras.
Y mis tantos esfuerzos en buscar que los de la clase media cuestionen el mal uso que se le da a nuestras resultas petroleras, y hacer que ellos exijan que éstas les sean entregadas, pueden haber resultado vanos al estrellarse contra esa mala conciencia, que debería haber, de saberse ser quienes más se beneficiaron con la gasolina regalada, los puesticos de trabajitos en la burocracia oficial, y los baratos viajecitos a Paris con dólares preferenciales. 
Y en tal sentido, a quienes verdaderamente debería llamar, a bajar de los cerros, y venirse de los campos, a reclamar SU dinero, en nombre de todos nosotros, es a los pobres de Venezuela.
Y no me refiero a que los pobres bajen y asalten al country club y sus vecindarios, algo con lo cual los políticos siempre han aterrorizado a los pudientes y a la clase media que puede ocurrir, si es que los políticos no les manejan los conflictos; sino que me refiero a que los pobres vayan a Miraflores y a Pdvsa, que son los sitios donde verdaderamente se encuentra el dinero y el poder del país.
2.500 dólares (mínimo), por ciudadano, durante los últimos 10 años, dan lugar para que una familia de cinco miembros fácilmente pueda gritar: “Maduro, en misioncitas y otras gentilezas, la revolución nos entrego un máximo de 25.000 dólares. ¿Donde están nuestros otros 100.000?”
Y que entonces Maduro les explique a esa familia cuánto de esos 100.000 dólares se fue a Cuba, cuánto a Nicaragua, cuánto a Bolivia, cuánto en gasolina regalada, cuánto en cargos burocráticos innecesarios, cuánto en viajecitos presidenciales, cuánto en dólares preferenciales para cachivaches y viajecitos al exterior, y cuánto se le fue en la podredumbre de esa corrupción que es imposible evitar cuando demasiado dinero y poder pasa por demasiado pocas manos. 
¡Suerte Nicolás Maduro! Ni con la ayuda de unos cuantos pajaritos, ni pasándote unas cuantas noches más en el Cuartel de la Montaña consultando, le podrás responder a los pobres, esa pregunta que tanto merecen que se les responda.
Dejémonos de averiguar tanto sobre la inevitable corrupción y hagamos algo verdadero al respecto. Democraticemos por completo la corrupción, y entreguémosle a cada ciudadano su cuota parte de las resultas petroleras, en efectivo, en dólares.
PS. Si hay diputados oficialistas que protestaron el tan soez incidente referido, ahí mismo, en la Asamblea, en su momento, permítamelo saber, para así excluirlos de la lista de quienes con su silencio, o hasta con sus risas, avergonzaron nuestra patria ante todo el mundo.

6 de enero de 2011

Parásitos honrosos

En Venezuela nadie puede dudar que las resultas petroleras se encuentran manejadas por el cacique y por algunos de sus indios de confianza de una manera extraordinariamente privada. Oír por lo tanto al cacique y sus indios de confianza despotricar sobre privatizaciones nos causaría muchísima gracia, si no fuese por las lágrimas de rabia que estorban.
De que los venezolanos somos parásitos del petróleo como sostenía Arturo Uslar Pietri y tantos otros… pues ¡No! Son los políticos, los gobiernos y ante nada nuestros caciques quienes son los grandes parásitos primarios del petróleo, nosotros somos unos simples parásitos secundarios de los repartidores del petróleo. Ojalá todos pudiésemos ser parásitos petroleros, por cuanto recibir un cheque mensual causaría mucho menos distorsión del carácter nacional del venezolano que su continua búsqueda de cómo posicionarse ante el gobierno para que le toque algo más su cuota parte de resultas petroleras.
Por cuanto hay quienes siempre se entusiasman al oír la palabra privatización, de entrada dejo muy claro que bajo ninguna circunstancia estoy sugiriendo privatizar nuestro petróleo. No lo hago por cuanto tenga una aversión a las privatizaciones, todo lo contrario, las apoyo enteramente, cuando son bien hechas; lo hago por la sencilla razón que si el valor del petróleo no estuviese protegido por la OPEP su precio de mercado sería el del costo marginal de extracción mundial y eso jamás puede ser del interés de quien está sacrificando un recurso no renovable para siempre. Para quienes desconocen el detalle permítame recordarles que la permanencia en la OPEP es incompatible con una industria petrolera privada, por aquello de las prohibiciones de los carteles. Para quienes desconocen el detalle permítame recordarles que aun con la OPEP defendiendo el valor del petróleo, los fiscos europeos captan hoy en día más del precio de la gasolina que se vende en Europa que lo que capta quien la sacrifica para siempre… imagínense lo que fuese sin la OPEP.
Espero que algún día en Venezuela se dé un verdadero debate sobre quién debe ser el sembrador de las resultas petroleras, el Estado o los ciudadanos. Espero que en la nueva Asamblea hay quienes hagan de la necesidad de mantener alejadas las manos privadas de los políticos de las resultas petroleras y asegurar la participación ciudadana en ellas su leitmotiv, si no sólo habrá sido otra de las tantas quítate-tú-para-ponerme-yo asambleas de nuestra historia.
Ser un parásito petrolero es muy honroso para un ciudadano de un país bendecido por la providencia… y su responsabilidad está en aprender a pescar lo mejor que puede con esa carnada. Ser parásito de gobierno con o sin recursos petroleros, es una deshonra y una irresponsabilidad donde lo pongan. Comencemos a celebrar el día del petróleo y, en nuestras iglesias, a dar nuestras debidas gracias.
PS. Termino esto sin conocer sobre el inicio de la nueva Asamblea… por lo que en este momento no hago sino rogar que los nuevos asambleístas no hagan absolutamente nada que pueda legitimar lo completamente ilegítimo de la anterior Asamblea. Para comenzar ruego que exijan absolutamente todas las informaciones necesarias para analizar todos los endeudamientos directos e indirectos sufridos por el país… y para de ser necesario, como muy probablemente lo será, declarar estos como odiosos y no reconocidos.

11 de noviembre de 2010

¡Sitiados, a sitiar a los sitiadores!

"La humanidad se encuentra en una encrucijada. Una vía lleva a la desesperación y la absoluta falta de esperanza. La otra, a su total extinción. Oremos por la sabiduría de saber elegir correctamente". 
Lo anterior es el inicio de un discurso dado en 1979 a unos graduandos por el cineasta estadounidense Woody Allen. Lamentablemente lo dicho en el discurso se siente demasiado aplicable a la realidad de nuestro país donde el Gobierno, ubicado sobre el borde del abismo, insiste en querer dar pasos adelante. 
Todos conocemos que Venezuela se encuentra en una situación totalmente insostenible, agravada por el hecho de que no sea fácil ver de dónde sostenernos. Llegado el momento en enero de instaurarse la nueva Asamblea, todos los diputados electos se enfrentarán con la responsabilidad de no caer en la trampa de jugar a la normalidad sin asegurar la existencia de la normalidad requerida. 
Vuelvo a insistir. Si un Diputado en enero levantase la mano, así sea para pedir un café, sin haber logrado asegurar, siquiera el derecho a pedir café, un derecho que por los vientos que soplan no parece que lo tuviere, en ese momento habrá comenzado irrevocablemente a traicionar su misión, y traición no se paga con amor. 
Vuelvo a insistir. Oír a diputados electos hablar sobre legislar cuando la legislación toda, Constitución incluida, es tan violada, asusta y entristece. Diputados, les ruego, hagan lo que hagan, no legitimen lo que no es legítimo. 
Vuelvo a insistir. La única manera de lograr una puerta de entrada a un futuro mejor y no conformarse con buscar sólo una puerta de salida de emergencia, es comenzar conversar sobre la posibilidad de traspasar las resultas petroleras a los ciudadanos, parcial o totalmente, directa o indirectamente vía un fondo totalmente aislado de todas las consideraciones políticas de corto plazo. 
Basta una ojeada a la Constitución para de inmediato percatarse que el gobierno de-facto ha suspendido muchas de las garantías constitucionales, y por lo cual, de hecho, le ha impuesto al país un estado de sitio ilegítimo. Responder a ese ilegítimo estado de sitio, debe sin duda ser la primera responsabilidad de todo asambleísta elegido según el artículo 201 de la Constitución, para ser "representantes del pueblo y de los estados en su conjunto, no sujetos o sujetas a mandatos ni instrucciones, sino sólo a su conciencia". 
Por cuanto una riesgosa desobediencia civil organizada, a veces termina siendo la única posibilidad para los pasajeros de lograr parar a uno de esos choferes desenfrenados que en uno de esos tantos autobuses con frenos dudosos atentan contra la vida de venezolanos, hay que planificar unas acciones… y los parlamentarios deben, por supuesto, dar el ejemplo planificando las suyas. 
Para comenzar, ante las tantas declaraciones relativas a que sus opiniones serán ignoradas, sugiero que ni uno solo de los nuevos parlamentarios acepte acudir a la apertura del Congreso en enero del 2011, si no se le permite dirigirse ahí en la compañía de todos quienes votaron por él; y quienes tienen todo el derecho constitucional de expresar públicamente, tanto su apoyo como su firme voluntad de someter al diputado electo a una estricta rendición de cuentas. 
Vamos diputados… ¡A sitiar a los sitiadores! ¡Muéstrennos el camino! 

14 de octubre de 2010

Una nación de humillados

No es que vayan a sentirse insultados, no los estoy llamando ignorantes, es solo obvio que ustedes los caciques no tienen la menor idea de cómo sembrar el petróleo, así que ahora nos toca a nosotros, los indios, aprender a sembrar. Por supuesto que a unos cuantos de nosotros se nos perderán las semillas, pero por lo menos las habremos comido y bebido sin haber tenido que arrastrarnos ante quien sea el cacique de turno. La verdad sea dicha, actualmente solo somos una nación de súbditos humillados y eso tiene que acabar.
Con solo tres integrantes de la reciente electa Asamblea que presenten una ley que obligue al Estado traspasar, vía un fondo, directamente a los venezolanos un porcentaje de las resultas petroleras, basta para comenzar a formalmente identificar quiénes tienen confianza en el pueblo y quiénes solo son otros vulgares quítate-tu-para-ponerme-yo.
En 1948 se implementó el 50-50 el "fifty-fifty" con el cual el Estado percibía lo mismo que las empresas de las resultas petroleras; y en 1976 el 0-100, o el "todito para el Estado, su cacique y sus caciquillos".
Dios quiera que en una fecha no demasiado lejana se inicie la transición hasta otro 50-50, ésta vez el 50 para el Estado y el 50 para los ciudadanos. Por supuesto, a la larga, con un 20% para el Estado por administrar la industria le debería bastar y sobrar.
Ya veré mi correo electrónico de nuevo inundarse con los chillidos de quienes con eso creen que atento en contra de la fibra moral del venezolano; acusándome de querer convertir a Venezuela en una sociedad de rentistas. ¿Más de lo que hoy somos? Si eso fuese cierto, lo que promuevo más bien podría calificarse como la independencia o la libertad de los rentistas.
Pero la verdad verdadera es que solo los caciques y sus caciquillos son los rentistas: y el pueblo solo es un receptor de las migajas que dejan aquellos, o, en traducción vulgar del significado real de las palabras de Juan Pablo Pérez Alfonzo, de los excrementos.
La realidad es que unas cuantas resultas petroleras entregadas en efectivo a los ciudadanos no alcanzarían para convertirlos en rentistas pero sí ayudarían a sacarlos del trance del "hay -más" y que hoy los tiene sentados en la orillas de las malas carreteras del país esperando los frutos de una cosecha, en vano.
Es absolutamente increíble como en África se está imponiendo el uso de los teléfonos celulares para todas las transacciones bancarias… y como oí alguien recientemente decir, por primera vez en la historia habrá más pobres que adinerados con acceso a servicios financieros. Qué maravilla el día que recibamos nuestras semillas por el celular y podamos dedicarnos a ser ciudadanos sembradores en lugar de ser los tontos tontos-útiles del cacique de turno.
Ese día, por ejemplo, podremos con un celular decidir libremente en qué preferimos gastar o invertir, en lugar de requerir de un carro para cobrar algo de las resultas petroleras que el cacique ha decidido entregar en gasolina regalada.
¿Entre tantos diputados, habrá tres que confíen más en nosotros los ciudadanos que en el Estado, y que se atrevan a buscar sacarnos del estado de humillación en que estamos empantanados, presentando esta propuesta o una similar?
Publíquese en la web la lista de los diputados venezolanos que no confían en los ciudadanos venezolanos. Para comenzar, todos se encuentran en ella, nuevos y viejos.

22 de abril de 2010

¡Saber es poder!

Molesta horrores cuando políticos, aspirantes a políticos y egos mediáticos, se llenan la boca hablando en tono de mucha importancia sobre la necesidad de políticas públicas o políticas de Estado, sólo para luego proceder a discutir un problema banal. La principal política pública y de Estado que necesitamos en este pobre rico país petrolero es sobre el cómo manejar mejor nuestras resultas petroleras… ¿Quién lo duda?

La "maldición petrolera", aquella que permite algunos correctamente calificar como excremento del diablo, el recurso legado a nuestro terruño por la providencia, se deriva principalmente de tres grandes problemas.

El problema político y social que se genera cuando un Estado recibe directamente las resultas por lo que los gobernantes terminan gobernando un Estado independientemente rico donde los ciudadanos son más bien una molestia,… y los ciudadanos se crean, sin razón, inmensas expectativas de ser receptores de bienes del gobierno en lugar de ser productores de bienes para el país.

El problema económico que ocurre cuando los ingresos petroleros obtenidos son demasiado elevados con respecto a la economía nacional y mantienen el valor de la divisa local demasiado elevada como para permitir que los demás servicios y productos transables producidos en el país puedan competir en los mercados internacionales.

El problema financiero derivado por la alta volatilidad de los ingresos petroleros, potenciado por la igualmente volátil capacidad de endeudamiento, y que mantiene el país en un sube y baja que marearía al mejor marinero.

Ruego que la próxima Asamblea, en lugar de expertos en asuntos comunales, como asfaltado de calles, esté representado por personas con voluntad y capacidad de enfrentar, con humildad, la maldición petrolera. Digo "con humildad" por cuanto igualmente estoy harto de los quítate-tu-para-ponerme-yo con sus engaños.

¿Dónde debería comenzar la Asamblea? Leyendo ese reporte vital, transparente e inteligible sobre lo que significa el petróleo para Venezuela, pero que jamás se ha producido por cuanto hay tanto interés vital en que no se conozca.

Ése reporte contendría datos sobre las resultas petroleras, brutas y netas, durante los últimos 50 años. Las resultas brutas incluye la contabilización de las esfumadas, por ejemplo vía el regalo de la gasolina, valorizadas a su precio de mercado internacional, así como ese endeudamiento público externo que se origina solo por ser un país petrolero.

Ése reporte analizaría los datos calculando: dólares de resultas por ciudadano, porcentaje del PIB del país, y cuánto representan estos de los ingresos fiscales del Estado central, de los estados y de los municipios.

El solo saber lo anterior nos daría más poder para defender al país de invasores, externos e internos, que todas las fuerzas juntas que carnavalescamente se han paseado por Los Próceres desde su fundación en 1956. Ojalá elijamos asambleístas, del lado que sea, que quieran trabajar para darnos a los ciudadanos la información con qué defendernos, ante nada del propio Estado y de ellos mismos, así como para asegurar que nuestras resultas petroleras se siembren mejor. Y Dios quiera que tengamos medios de información que reproduzcan tal información.

Hoy vivimos un absoluto oscurantismo, por cuanto éstos fraudulentos revolucionarios lo requieren de fondo, para ver si así logran brillar así sea un poquito.

26 de julio de 2007

Del derrame y su tapón

Quienes compran 50 litros de gasolina en Venezuela, de esa que valiendo Bs 1.500 por litro se vende en solo 100 reciben de hugo chávez, se ese quien se dice el socialista del nuevo siglo, a nombre de su "Misión Cochecito", un cheque de Bs.70.000… tamaño asocialismo. Con razón que en sólo dos años hay 750.000 sedientos carros nuevos acudiendo a ese oasis donde se derrama la riqueza de nuestro país.

Estoy seguro que el día que logremos imponer una ley que fije como el precio mínimo de la gasolina lo que se puede obtener por ella en el mercado internacional, habremos alcanzado un importante hito en el camino de ser un mejor país. En ese sentido y perdonen el abuso, esta semana seguiré insistiendo sobre el que como nación necesitamos y merecemos vender la gasolina a Bs 1.500 por litro.

Mis recientes artículos sobre el tema publicados en El Universal fueron debatidos en Noticiero Digital y la mayoría de las objeciones fueron de naturaleza económica… "Señor Kurowski a usted se la ha olvidado los efectos que pueda tener ello sobre el costo del transporte público" y las políticas… "Señor Kurowski usted está loco o conspirando, el país no aguantaría tal aumento y explotaría".

Por supuesto que no me he "olvidado" de los efectos secundarios de un aumento de la gasolina, algunos de los cuales pueden ser inteligentemente neutralizados y con respecto a las dificultades políticas más bien las visualizo como una tremenda oportunidad para solucionar mucho más que lo de la gasolina. Permítame explicar.

Si la juventud y la oposición de verdad ponen el dedo en la llaga sobre lo "asocial" que representa el regalar la gasolina, sin que siquiera se deje registro del costo de ese subsidio y al mismo tiempo las realidades de PDVSA obligan buscar disminuir el consumo nacional, sin duda que el chávez estará muy presionado a que se aumente su precio. Pero, como resulta que ese quien aspira tener un liderazgo mundial e invierte fortunas de nuestro dinero en promocionarlo, hoy carece del suficiente liderazgo en su propio país, el problema político antes que nuestro, es suyo.

A mí no me toca negociar y hasta puede ser que no sirvo para ello pero como un ciudadano que acepta que se debe aumentar la gasolina y al mismo tiempo está muy renuente a darle a chávez más recursos, estoy seguro que existen soluciones.

Por ejemplo que se aumente la gasolina a Bs 1.500; que PDVSA se quede con lo necesario para cubrir sus costos directos, por ejemplo Bs 300 y que el saldo de Bs 1.200 por litro sea depositado íntegramente en una cuenta "Tapón" (para parar el derrame) en un banco privado de confianza (hay pocos) manteniendo el saldo y todos los movimientos de esa cuenta a la vista de los venezolanos.

La movilización de la cuenta "Tapón" estaría inicialmente a cargo de una comisión integrada por personas conocedoras de problemas de transporte y nombradas de mutuo acuerdo oposición, ni-ni y gobierno. La Tapón pudiese por ejemplo compensar un cierto porcentaje, decreciente en el tiempo, de toda factura de transporte asociada a los productos de consumo masivo. Solo para que tengan una idea de la capacidad económica de la Tapón, ella podría despachar a los municipios más de 200 autobuses de 100.000 dólares cada uno, cada día y aun cuando el consumo de gasolina baje bastante.

Por supuesto, ese día que de nuevo tengamos una Asamblea legítima se legislaría de manera más permanente sobre el uso de la cuenta Tapón aun cuando el principio fundamental debe ser que esos son recursos de los ciudadanos y que deberían ser devueltos a los ciudadanos antes de permitir que los gobiernos le pongan la mano a ese mango bajito.

De nuevo, no me opongo a dar subsidios con el propósito de lograr una meta social, pero jamás me oirán aceptar un subsidio equivalente al 10% del PIB sólo para que la gasolina sea barata, mucho menos en un país petrolero en donde está en nuestro interés nacional el que ese recurso no renovable siempre sea valioso.

Por favor, no le demos el gusto a quienes disfrutan, gozan y ganan con que nos odiemos.


El Universal