26 de diciembre de 2013

Acabemos con los falsos San Nicoláses

Si de una manera u otra se regala petróleo a otros países, o mediante la política cambiaria se abarata artificialmente las ofertas agrícolas, industriales y turísticas de otros que compiten con las nuestras, se está cometiendo injusticias con la familia venezolana, las cuales deben acabar.
Pero, si en Venezuela se está favoreciendo a unos ciudadanos más que a otros, por ejemplo al regalar gasolina, o al entregar dólares ganga a los que hacen turismo en el exterior, o dólares ganga para la compra de whisky de tantos años que sólo algunos la pueden comprar, se está cometiendo injusticias dentro de la familia venezolana... y eso es peor. Así que, oposición, aun cuando quiero tanto la gimnasia como la magnesia, por favor, no me confundan la gimnasia con la magnesia.
Qué diría un niño si alguien entrase en su clóset, le sacase un juguete, y luego se le apareciese vestido de San Nicolás, diciéndole... "si te has portado bien"... (sea eso habiéndose vestido de azul, rojo o amarillo, de acuerdo a los requerimientos de turno), "aquí te traigo un regalo"... y procede a entregarle su mismo juguete.
Y qué diríamos de ese niñito, cuando a sabiendas que ese juguete ya antes era de él, aún así pone su rodilla en tierra y exclama "Gracias San Nicolás... qué grande es Usted". Por supuesto diríamos que da lástima. Cualquier observador externo, objetivo, igualmente concluiría que todos somos unos idiotas, al entregarles a unos San Nicoláses falsos, más del 97 por ciento de todas las exportaciones del país, las que nos fueron entregadas por la providencia, para que esos decidan cuánto y cómo nos las quieren devolver.
¿Y cómo quedaríamos ante el mundo, ese que ya de por sí no es muy cuerdo, si como es el caso los San Nicolaseros le devuelven a los venezolanos, solo una partecita de sus juguetes?
Imagínense si Disney decide hacer un nuevo Monster Inc, donde en lugar de buscar capturar la energía presente en los gritos de niños asustados, deciden capturar toda la energía gastada por los venezolanos buscando recapturar lo que les sea posible de sus propias resultas petroleras. De repente ahí habría tanta energía que, por lo menos en Venezuela, ya no tendríamos ni necesidad de gasolina.
¿Cuántos de los alcaldes presentes y no presentes en la reciente reunioncita en Miraflores, son alcaldes que operan como si cada uno de los bolívares recibidos por su alcaldía son bolívares de los ciudadanos, y que deben ser administrados acordemente? ¿Pocos eh?
Al San Nicolasero mayor de turno, Nicolás Maduro, así como a todos los gobernadores, alcaldes y demás petrócratas, conviene recordarles lo que dice Proverbios 24:15: "Como nubes y vientos sin lluvia, así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad (o en otra versión), quien presume de regalos que no ha hecho".
Amigos, aprovechemos estos días para pensar sobre la maravilla de no tener que mendigarle más a unos falsos San Nicoláses nuestras propias resultas petroleras. Lo digo para así un día podamos vivir en una nación y no tener que seguir rumiando todos dentro del negocio de otros.
Rogando por un feliz y pacífico desenlace de nuestra tragedia nacional, les deseo a todos unas Felices Navidades y un Próspero Año Nuevo.
PS. En un país donde se cometen las injusticias descritas, y tantas más, y además se imprime monstruosos excedentes de bolívares sin importarles la inflación que eso produce, valdría la pena preguntar... ¿Acaso la fuga de capitales no es una obligación moral... para con el país ?

19 de diciembre de 2013

¿Qué hacer? ¡El extremismo del centro!

Si los que saben algo en cada lado no conversan entre sí, le están dejando la conversación a los que no saben nada, o a los que no quieren saber nada de nada con nadie, muy especialmente con los del lado contrario.
Si aspiramos un país gobernado por el 90%, a favor del 100%, tenemos que evitar gobiernos en los cuales cualquier 5% extremo gobierne al país, 90% en favor propio y 10% a favor de quienes ellos necesitan.
¿Cómo favorecemos la posibilidad de que el 90% del país se sienta incluido y razonablemente representado por el gobierno?
Antes que nada, si nadie tuviese la posibilidad de ponerle las manos al poder que emana de una chequera que acumula todas nuestras resultas petroleras, poder con el cual se podría hacer tanto bien, pero con la cual frecuentemente se hace tanto mal, un 45% del país le temería muchísimo menos al chavismo, y otro 45% le temería muchísimo menos a la oposición.
Y ya conocen que considero que una repartición no condicionada de las resultas petroleras entre los ciudadanos venezolanos, es la pega que nos pueda unir... poseyendo además la cualidad de no impedir el desarrollo de cualquier otra opción ideológica que a nuestra diversidad de país pueda ocurrírsele.
Por supuesto que socialistas-no comunistas que buscan la igualdad de oportunidades para los pobres, deben estar de acuerdo en que se entregue las resultas petroleras a todos los ciudadanos, sin discriminar...y por supuesto que quienes creen en el mercado, deben estar de acuerdo en que lo mejor es cuando los ciudadanos son libres para tomar sus propias decisiones, sobre qué hacer con sus resultas.
Así que hagamos un esfuerzo para eliminar el principal obstáculo al abrazo nacional. Tranquilos, de todas maneras nos quedarán miles de causas por lo cual pelearnos, si eso es lo que necesitamos para oxigenarnos.
Igualmente, como un radical del medio, o como un extremista del centro, permítame repetir mi protesta en contra los absurdos precios de la gasolina en Venezuela... llevo más de una década en eso. 
Saquemos una cuenta pulpera: 600.000 barriles por día - a 160 litros de gasolina por barril - por US$ 0.50 que sería el precio aproximado al cual se podría vender internacionalmente- por 365 días y por sólo 10 años da.... ¡175.200 millones de dólares!... de regalo a los que compran gasolina.
"¡Tronco de revolución bolivariana! ¡Les debería dar vergüenza!" Y la oposición igualmente permaneció callada... "¡Tronco de oposición! ¡Les debería dar vergüenza!".
Así que por supuesto estoy de acuerdo con que se elimine ese crimen económico de lesa humanidad que significa regalar la gasolina, pero no por ello debo aceptar que aquello se haga sólo para permitirles a los caciques de turno, seguir haciendo lo que les venga en gana.
Ese aumento debe formar parte de un amplio acuerdo de gobernabilidad. Una oposición centrada que aspire a representar al 90%, debe declarar estar muy de acuerdo con el aumento, pero exigiendo con firmeza varias condiciones. Entre las que asome la semana pasada en "¡A las gasolineras! están, sin ser todas:
Que los nuevos ingresos sean para recoger la liquidez que alimenta la inflación, y que no se escondan, vía presupuestos paralelos, en oscuras cuevas como el Fonden.
Que no se le retrase a ninguna entidad lo que le corresponde por situado constitucional.
Que sea permitido reportar sobre cualquier tasa de cambio del bolívar, para así permitir que la economía pueda, dentro de su irracionalidad, operar con mayor racionalidad.

12 de diciembre de 2013

¡A las gasolineras!

La semana pasada, en "Expropiación Express del Bolívar", les escribí sobre ese torpedo de excesiva inyección monetaria que el Banco Central de Venezuela le disparo a Venezuela, alcanzando la economía por debajo de su línea de flotación. Va a costar mucho recuperarse de tal vandalismo.
Pero, independientemente de quien haya causado el daño, es el país entero que sufre, en especial los pobres y la clase media; por lo que la oposición tiene la obligación de ayudar. Sé que hay muchos opositores animados con la idea de que ese torpedo igualmente alcanzo la revolución bolivariana. No obstante les aseguro que no existen intereses políticos válidos que puedan justificar retrasar brindar una ayuda... responsable.
Y por supuesto, una de las medidas más efectivas, para disminuir la presión que los demasiados bolívares para los pocos dólares que hay ejercen sobre el mercado cambiario, es recoger esa liquidez aumentando el precio de la gasolina.
Y de hecho, ya el lunes, antes que la tinta electoral hubiese desaparecido del dedo, el Gobierno anuncio que se "analizará junto con el pueblo tal posibilidad", habiéndola por supuesto negado vehemente, antes del 8D. Según Jorge Arreaza "hay que dar grandes debates" sobre el tema.
Sí, en cada una de las gasolineras, y en cada una de las aulas del país, bienvenido sea ese gran debate sobre lo perverso de una política pública que regala gasolina.
Que se explique bien cómo, valuando la gasolina al precio por el cual se pudiese haber vendido en el mercado internacional, en esa sola asocial misión, se regaló un valor mayor al usado en todas las misiones sociales juntas.
Que se explique bien por qué, en enero 2007, Chávez le anunciaba al país que la gasolina se vendía "a un precio grosero", y la impostergable necesidad de aumentar el precio de la gasolina, para luego postergar ese aumento otros 7 años.
Y sí, que la oposición, la que hoy representa más del 50% de la población venezolana, apruebe un fuerte aumento en el precio de la gasolina... eso sí, estableciendo condiciones, entre las cuales para comenzar se me ocurre:
Que Pdvsa use cada céntimo obtenido para repagar el 100% de su deuda con el BCV.
Que no se le retrase a ninguna entidad un céntimo de lo que le corresponde por situado constitucional.
Que el Gobierno suspenda de inmediato la compra de amigos, vendiendo el petróleo en condiciones blandas a otros países.
Que los nuevos ingresos se reflejen en el presupuesto nacional y no desaparezcan vía ingresos extraordinarios en presupuestos paralelos.
Que el Gobierno le abra a la oposición los libros del Fonden y de sus demás cuevas.
Que sea permitido reportar sobre cualquiera tasa de cambio para así permitir que la economía pueda, dentro de su irracionalidad, operar con mayor racionalidad.
Que en nombre de una mínima decencia nacional se le imponga ciertos límites a los amoríos del Gobierno con Cuba.
¿RCTV?
PS. Pocos días antes de las elecciones aparecieron algunos artículos argumentando lo mentalmente pobres, que eran todos aquellos venezolanos que no teniendo otra formas de expresar su oposición al régimen que votando, vienen haciendo de tripas corazón, vez tras vez tras vez, en consecuente solidaridad, unos con otros.
Se decía algo como "Mira yo sí que no como cuentos... yo sí sé analizar... yo sí que no pierdo mi tiempo... yo sí que no voto...yo, brillante yo, yo sí que me quedo esperando un Art.350".
Pobrecitos, hay que ver lo acomplejados que hay que estar para caer en ese tipo de echonería intelectual.