En el Financial Times de Londres de hoy, Febrero 14 2015,
Tom Burgis escribe “Nigeria destejida”. Lo subtitulan: “El petróleo debería haber hecho rico al país. En cambio, ha distorsionado su economía, allanado el camino para una clase política corrupta - y a su vez matando a una floreciente industria textilera". Leemos:
“Miles de millones de dólares asignados para arreglar las centrales eléctricas degradadas y la red de transmisión en ruinas, han sido despilfarrados o robados…
A mediados de la década de 1980, Nigeria tenía 175 textileras, hoy todos menos 25 cerraron. De las 350.000 personas empleadas en la industria de su apogeo, todos menos 25.000 han perdido sus puestos de trabajo… Los 500.000 agricultores que cultivaban el algodón para las textileras ya no lo hacen. Los empleos formales en Nigeria son escasos y valiosos… Hay, 16 fábricas en China dedicadas a producir textiles con un distintivo ‘Hecho in Nigeria’ cosido en estos.
[Y eso es] sólo uno de los síntomas de la privación en Nigeria. La clase política nacional abandono su deber cívico para alinear sus propios bolsillos. El tejido social ha sido rasgado… La violencia se ha convertido en el tenor de vida.
Nigeria tiene todo: tierras fértiles, gran riqueza natural, universidades que hicieron de los nigerianos profesionales la envidia de África… Pero el petróleo ha enfermado del corazón de Nigeria.
En Nigeria, la venta de petróleo crudo y gas natural genera alrededor del 70 por ciento de los ingresos del gobierno; en el recién nacido Sudán del Sur la cifra es de 98 por ciento. Los impuestos, los ingresos aduaneros … todo de lo que el Estado depende en las naciones desarrolladas para financiarse y que requiere de la aprobación de los ciudadanos - importa mucho menos que quedarse con el dinero de las resultas petroleras. En 2014 neto del petróleo, solo el 4% de los ingresos fiscales dependían de los ciudadanos.
Nigeria ha pagado un altísimo precio por el dudoso honor de ser el mayor productor de petróleo del continente.”
Amigos compatriotas, veamos a Nigeria y veamos a nuestro propio país. Aceptemos que es imposible competir con el petróleo y por lo que si no hacemos algo muy drástico al respecto, estamos condenados a vivir del petróleo, con todas las degeneraciones económicas y políticas que eso implica.
¿Qué hacemos? Como saben llevo mas de una década y mas de 100 artículos publicados, en El Universal antes que fuese censurado, proponiendo que por lo menos para librarnos de la maldición política y social del petróleo, debemos entregarle directamente a los ciudadanos su cuota parte de las resultas petroleras.
Pero quizás lo que deberíamos hacer, es simplemente destruir el 80 por ciento de nuestra capacidad de extraer petróleo, para así permitir que en su lugar pueda brotar una nación con ciudadanos libres no subyugados; y cuyo futuro depende de sus propias capacidades y no de las ocurrencias de sus siempre nuevo-ricos caciques.
Lamentablemente, en la actualidad, en Venezuela, carecemos de un plan distinto al de “quítanos-a-estos-pa-poner-a-estos”
@PerKurowski