8 de noviembre de 2001

El ántrax petrolero

El ántrax petrolero

No obstante de que el índice de precios del petróleo bajó, en términos reales, de un 100% en 1980 a un 18% en 1998, la participación del petróleo en el consumo mundial de energía se redujo en ese mismo periodo del 43% al 35%. Lo anterior se debe a que el mundo enfiló contra del petróleo cañones de gran poder destructivo, entre los cuales destacan:


·       Los impuestos al consumo de los productos petroleros. Sólo como ejemplo, en Inglaterra, entre 1980 y 1998, los impuestos aumentaron de un 85% ad-valorem a un 450%. Lo que el Fisco inglés percibe por el petróleo es tanto, que un jeque árabe propuso entregarles el petróleo gratis y partir el ingreso 50-50%.


·       Los subsidios para fuentes de energía alternas. En España, por ejemplo, debido a los subsidios pagados a su carbón autóctono, en 1998 el 38% de la energía eléctrica se generaba con carbón, mientras que el gas y el petróleo, apenas significaban el 3%.


·       Una protección ambiental falsa y discriminatoria. Basta recordar la prohibición de usar la Orimulsión en la Florida, por sucia, para poder seguir usando el carbón.


Ante tales ataques contra nuestro principal producto de exportación, sería lógico que el país se uniera sólidamente en su defensa. Lamentablemente no es así, por el contrario, durante las últimas semanas un importante número de gestores petroleros, aprovechando la confusión reinante, consecuencia de los trágicos eventos del 11/9, se han dedicado a debilitar nuestra capacidad de defensa, sembrando ideas dignas de un terrorista intelectual. Algunas evidencias de ese contaminante “ántrax” petrolero serían: 


·       La noción de que la economía mundial requiere de una baja en los precios petroleros para salvarse de una recesión mundial. Más eficiente sería bajar los impuestos o usar el petróleo o el gas cuando, en términos reales, sean decididamente más baratos (y limpios) que el carbón. Y si lo que se solicita es simplemente una rebaja, que bajen ellos también sus márgenes de ganancia, por ejemplo en los antibióticos.


·       La prédica de que debemos cuidar la clientela, a sabiendas que el petróleo, al ser un producto genérico, lo único que importa es el precio. Clientes somos nosotros cuando compramos sus cachivaches renovables y reciclamos hasta el último dólar que obtenemos liquidando nuestro activo no renovable.


·       La tesis de que la única manera de mostrar amistad y solidaridad con los Estados Unidos es aumentando la producción petrolera, aún cuando disminuye la demanda, como si los Estados Unidos exigiesen que sus amigos fuesen brutos.


·       El sugerir la salida de Venezuela de la OPEP, debilitando la organización justamente cuando requiere de mayor unión, sin ni siquiera haber desarrollado una alternativa.


·       Que aún cuando el Estado Venezolano haya sido muy exitoso en generar ingresos petroleros, por haber sido un total fracaso al gastar tales ingresos, es necesario proceder a la inmediata privatización de nuestra industria petrolera........ ¡la madre de todas las ventas de los sofás!.


Compatriotas y amigos, aprendamos a defender nuestro petróleo y no nos dejemos engañar por falsos expertos. Para empezar, ¿por qué no exigimos la creación del Día del Petróleo?