Una repleta bandeja de correos electrónicos y una discusión en un foro a cuenta de un artículo que replico a mis "Atrévanse cobardes" y "Atrévanse valientes", me obliga retomar el tema del precio de la gasolina, los controles de precios y la asignación de los poderes en nuestro país. ("El bebe que llora y la mamá que lo pellizca").
En mis "atrévanse" rogué aumentar los precios de la gasolina para con esos recursos repartir 80 dólares mensuales a todos los niños venezolanos, entregándolos en efectivo a sus madres, para así darles a ellas la capacidad adquisitiva mínima necesaria para que el Gobierno pudiera levantar los controles de precios que ya sobreagotaron cualquier utilidad que jamás tuvieron; y para así comenzar asignar los ingresos de la liquidación del petróleo a los ciudadanos, sus verdaderos dueños, en lugar de que los gobiernos usen nuestros recursos para dominarnos y para hacer lo que a ellos se les antoja.
Fue numerosa las objeciones que recibí de mis compatriotas explicándome que aquel reparto induciría a la flojera y a la borrachera del venezolano y estimularía la tasa de nacimientos… ¡sinvergüenzas ustedes!
Hoy en Venezuela los 580.000 barriles de petróleo que diariamente se reparten de manera gratuita en el país (el precio en la gasolinera no cubre ni el costo de distribución), a 60 dólares por barril representan un valor de 12.700 millones de dólares, que de cobrarse permitiría repartir los bolívares equivalentes a 80 dólares mensuales a 12,7 millones de niños y jóvenes venezolanos. Así que, sinvergüenzas, no estoy proponiendo ningún reparto nuevo sino simplemente un reparto distinto.
¿Que algunos tomarán esos recursos y beberán caña? Será, pero a ustedes cuyos carros hoy se beben la gasolina les pregunto… ¿acaso el ahorro que ustedes sinvergüenzas hacen en las gasolineras lo invierten mejor que lo que lo harían los pobres que no tienen carros para cobrar ese dividendo petrolero?
Algunos me escribieron en mayúsculas (lo que en lenguaje del Internet significa gritar) "que las madres venezolanas así sólo buscarán tener más hijos como negocio". Pues, claro, siempre habrá un número de personas confundidas, pero jamás he leído que la pobreza sea un anticonceptivo eficiente…más bien todo lo contrario. Y, aparte de eso, ustedes sinvergüenzas que el año pasado se buscaron más de 450.000 vehículos nuevos a cuenta de la gasolina barata y los dólares preferenciales, ¿son acaso quiénes para lanzar la primera piedra?
El pueblo venezolano no necesita que los gobiernos venezolanos de carlos andrés, lusinchi, luis herrera, caldera, chávez y los que puedan venir, se dediquen a redistribuir lo del petróleo, sino lo que debe esperar de ellos es que se dediquen a gobernar, como lo hacen todos los gobiernos de aquellos países que no tienen petróleo y a los cuales parecería que les va hasta mejor sin el petróleo.
Los políticos han creado el mito del venezolano flojo e irresponsable con tonterías tales como la que "no somos suizos", sólo para que ellos mismos puedan hacerse cargo de la chequera petrolera, para satisfacer sus propias ocurrencias y tenernos a todos pisados.
Así que amigos, no seamos tan sinvergüenzas y atrevámonos a asumir la responsabilidad por nuestras resultas del petróleo. Luego, a nuestros gobiernos les pagaremos, no con ese bono anticipado que significa el petróleo, sino con nuestros pagos de impuestos… y los cuales deberán
saber ganárselos.
¿El proceso? Comiencen por aumentar la gasolina lo necesario para poder entregarle sus recursos a cuatro millones de niños y luego sigan aumentando los precios hasta llegar a cubrir a todos los jóvenes. Les juro que al poco rato todos nos sentiremos mejor comprometidos con los niños y jóvenes venezolanos, que seguir de manera tan desvergonzada comprometidos con los carros que recorren nuestras ya más que abarrotadas calles y carreteras.
En mis "atrévanse" rogué aumentar los precios de la gasolina para con esos recursos repartir 80 dólares mensuales a todos los niños venezolanos, entregándolos en efectivo a sus madres, para así darles a ellas la capacidad adquisitiva mínima necesaria para que el Gobierno pudiera levantar los controles de precios que ya sobreagotaron cualquier utilidad que jamás tuvieron; y para así comenzar asignar los ingresos de la liquidación del petróleo a los ciudadanos, sus verdaderos dueños, en lugar de que los gobiernos usen nuestros recursos para dominarnos y para hacer lo que a ellos se les antoja.
Fue numerosa las objeciones que recibí de mis compatriotas explicándome que aquel reparto induciría a la flojera y a la borrachera del venezolano y estimularía la tasa de nacimientos… ¡sinvergüenzas ustedes!
Hoy en Venezuela los 580.000 barriles de petróleo que diariamente se reparten de manera gratuita en el país (el precio en la gasolinera no cubre ni el costo de distribución), a 60 dólares por barril representan un valor de 12.700 millones de dólares, que de cobrarse permitiría repartir los bolívares equivalentes a 80 dólares mensuales a 12,7 millones de niños y jóvenes venezolanos. Así que, sinvergüenzas, no estoy proponiendo ningún reparto nuevo sino simplemente un reparto distinto.
¿Que algunos tomarán esos recursos y beberán caña? Será, pero a ustedes cuyos carros hoy se beben la gasolina les pregunto… ¿acaso el ahorro que ustedes sinvergüenzas hacen en las gasolineras lo invierten mejor que lo que lo harían los pobres que no tienen carros para cobrar ese dividendo petrolero?
Algunos me escribieron en mayúsculas (lo que en lenguaje del Internet significa gritar) "que las madres venezolanas así sólo buscarán tener más hijos como negocio". Pues, claro, siempre habrá un número de personas confundidas, pero jamás he leído que la pobreza sea un anticonceptivo eficiente…más bien todo lo contrario. Y, aparte de eso, ustedes sinvergüenzas que el año pasado se buscaron más de 450.000 vehículos nuevos a cuenta de la gasolina barata y los dólares preferenciales, ¿son acaso quiénes para lanzar la primera piedra?
El pueblo venezolano no necesita que los gobiernos venezolanos de carlos andrés, lusinchi, luis herrera, caldera, chávez y los que puedan venir, se dediquen a redistribuir lo del petróleo, sino lo que debe esperar de ellos es que se dediquen a gobernar, como lo hacen todos los gobiernos de aquellos países que no tienen petróleo y a los cuales parecería que les va hasta mejor sin el petróleo.
Los políticos han creado el mito del venezolano flojo e irresponsable con tonterías tales como la que "no somos suizos", sólo para que ellos mismos puedan hacerse cargo de la chequera petrolera, para satisfacer sus propias ocurrencias y tenernos a todos pisados.
Así que amigos, no seamos tan sinvergüenzas y atrevámonos a asumir la responsabilidad por nuestras resultas del petróleo. Luego, a nuestros gobiernos les pagaremos, no con ese bono anticipado que significa el petróleo, sino con nuestros pagos de impuestos… y los cuales deberán
saber ganárselos.
¿El proceso? Comiencen por aumentar la gasolina lo necesario para poder entregarle sus recursos a cuatro millones de niños y luego sigan aumentando los precios hasta llegar a cubrir a todos los jóvenes. Les juro que al poco rato todos nos sentiremos mejor comprometidos con los niños y jóvenes venezolanos, que seguir de manera tan desvergonzada comprometidos con los carros que recorren nuestras ya más que abarrotadas calles y carreteras.