John Rawls en su “Teoría sobre la Justicia como Equidad”, 1971, sostiene que las desigualdades, tanto sociales como económicas, sólo deben permitirse si los más desfavorecidos estarán en mejores condiciones de lo que podrían estar bajo una distribución equitativa.
Algo que debe ser considerado por los venezolanos, cuando podemos establecer que durante los gobiernos de Chávez/Maduro, nuestros 40% más pobres, recibieron menos del 15% de lo que hubieran recibido si nuestras resultas petroleras hubiesen sido redistribuidas por igual.
¿Como? Piensen en la gasolina regalada, en los regalos a otros países, en todo lo adquirido con divisas a tasa preferencial como todo tipo de cachivaches o viajes al exterior, en todo lo robado, en todo lo mal-administrado, etc.
He vivido demasiado como para creer en la capacidad de unos pocos, aún con las mejores intenciones y sin querer robarlas, poder partir y repartir las resultas petroleras venezolanas, mejor que cada ciudadano venezolano su cuota parte.
La posición mía es que después de tanto nadar y sufrir, para solo subirnos en la misma playa de siempre, daría una tristeza inmensa pues dejaría en evidencia que el venezolano no nació para ser libre… su mayoría nació para ser sumiso y mandado.
Desde ya respaldo a quien prometa, de manera creíble, que por lo menos el 51% de las resultas petroleras sean repartidas por igual entre todos los venezolanos, para que así podamos al fin vivir en una nación, y no simplemente seguir viviendo en el negocio de otros.
PS. Por favor, no importa cuánto con razón estén en contra del socialismo, no mencionen socialismo como causa de nuestra tragedia nacional por cuanto, de inmediato, cual bien alimentados perros de Pavlov, demasiados se dicen “entonces Venezuela no puede estar tan mal”.
La única explicación verdadera que debemos aceptar es que somos un país que sufre la maldición de unos inmensos ingresos provenientes de recursos naturales, centralizados en manos de unos pocos de quienes parten y reparten para quedarse con la mejor parte.