11 de enero de 2000

Faltaron encapuchados en Seattle

En Seattle, la Ministro de Comercio Exterior de Colombia, en su mensaje ante la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), comentó que paradójicamente de las numerosas protestas ocurridas durante el evento, las más fuertes provenían justamente de aquellos países que más se beneficiaban del mercado mundial. 
Al decirlo, la Dra. Ramírez de Rincón sabía muy bien de que, en este caso, no hay lugar para un “¿quién es primero, el huevo o la gallina?” No son los más beneficiados quienes protestan - son los que más protestan los que terminan siendo los más beneficiados.
Cuando un joven Europeo, heredero de una larga tradición occidental, una buena educación y apoyado por amplios recursos financieros, logra un invento, Venezuela, como la mayoría de los países, se han comprometido, a través de acuerdos administrados por la OMC, a respetar el derecho de propiedad de tal invento, garantizando el no copiarlo y asegurándole al joven inventor el cobro de los derechos de autor. 
Lo anterior, al contrastarlo con el hecho de que Europa y un gran número de países consumidores aplican inmensos impuestos a la gasolina y otros derivados del petróleo, por medio de los cuales le confiscan a Venezuela y a los demás países petroleros una significativa parte del valor del petróleo, evidencia que existe una gran injusticia en los actuales acuerdos económicos.
Como ejemplo, basta señalar que para Diciembre de 1999, en Inglaterra, la gasolina premium sin plomo se vendía en Bs. 763 por litro. De acuerdo a la Asociación de Expendedores, de ese precio, Bs. 118 corresponden al productor (quien sacrifica un recurso no renovable), Bs. 37 para el distribuidor y Bs. 608 por litro, el 80%, al Fisco Inglés por concepto de los diversos impuestos.
Los impuestos al petróleo son discriminatorios y totalmente opuestos al sentido del libre comercio. De no existir tales impuestos, Venezuela tendría ingresos inmensamente superiores a los actuales. Con tales recursos quizás podría brindarle a sus propios jóvenes, mayores facilidades para el desarrollo de su capacidad creativa, lo cual les daría al menos la expectativa de que en un futuro, viviendo en Venezuela, ellos también podrían llegar a generar y cobrar un derecho de autor. 
Las reuniones de la OMC eran una excelente oportunidad para los productores de petróleo de expresar su firme protesta. Lamentablemente, ese no fue el caso ya que en las distintas declaraciones dadas en Seattle por los representantes de Venezuela, Algeria, Nigeria, Qatar, Arabia Saudita, Indonesia, Kuwait (todos miembros de la OPEP), ninguno de ellos, aunque resulte difícil creerlo, ni siquiera menciono la palabra petróleo.
Por otro lado, también dentro del ámbito de esa reunión, hubo declaraciones de países culpables de excesivos impuestos al petróleo, como las siguientes: Inglaterra - "El proteccionismo en cualquier sitio es una amenaza a la prosperidad en todo sitio". Suecia - "Si queremos progreso, debemos actuar como creyentes en el libre comercio y no sólo hablar de sus virtudes". Alemania - "Sólo un enfoque lo suficientemente amplio permitirá una solución global con un resultado equilibrado para todos - y enfatízo la palabra todos". 
Como pueden observar, tales declaraciones nos servían en bandeja de plata la oportunidad para protestar la actual hipocresía que caracteriza el comercio internacional. De allí la profunda decepción cuando leemos las declaraciones de Venezuela e Indonesia, que no obstante ser más del doble de largas que las de países como Alemania, Japón, Inglaterra, sin embargo se limitaron a mencionar asuntos “vitales”, tales como el comercio electrónico, derechos de propiedad intelectual relativos a los conocimientos de comunidades indígenas y otros aspectos no petroleros y secundarios.
Analizando el problema desde otro ángulo, la mayoría de los actuales impuestos al petróleo, son solo vulgares aspiraciones fiscalistas de las naciones consumidoras, que se escudan cobardemente en argumentos de protección ambiental. Por supuesto que para mejorar nuestra posición negociadora ante las organizaciones ambientales, resulta esencial lograr el apoyo de la OMC, el organismo que por excelencia se dedica a propiciar el libre comercio.
Lo anterior parece haber sido entendido por los Emiratos Arabes Unidos, único miembro de la OPEP que parece no haber perdido la brújula, ya que su Ministro de Comercio expresó su esperanza de que "en las contínuas discusiones sobre comercio y ambiente … no se use la protección al ambiente como una excusa para limitar nuestras exportaciones, en especial las del petróleo". 
Quedo entonces atónito al leer en la declaración de Venezuela que "La contribución de la OMC ... es la de incorporar los objetivos del desarrollo en las disciplinas que le son propias y no convertirse en un foro para la búsqueda de soluciones a las problemáticas ambientales.." y que, en la declaración de Nigeria, también se cuestione que la OMC sea el organismo idóneo para plantear problemas de índole ambiental.
Resulta obvio que Venezuela y Nigeria oficialmente están planteando una estrategia de negociación muy distinta a la que considero la natural. No deseo discutir sobre quién está en lo cierto, pero alerto que el Ministro de Francia, un país no productor de petróleo, en su discurso dijo "con respecto al ambiente, la OMC no es el sitio para definir las reglas" expresando así una posición idéntica a la de Venezuela y Nigeria. Por supuesto que además, la OMC, enredada con su propios problemas, seguro que le gustaría mantenerse alejada del lío ambiental.
Hace un mes, un venezolano, el Dr. Miguel Rodríguez Mendoza fue designado para ocupar un cargo en el directorio de la OMC. Conocemos su capacidad y le expresamos nuestras más sinceras felicitaciones. No obstante, preocupa que tal nombramiento sea interpretado como un gesto para con Venezuela y que en tal sentido alguien sienta la obligación de retribuirlo mediante una solidaridad complaciente con la OMC. De ser tal el caso, creo que los intereses de Venezuela estarían mejor servidos por unos encapuchados, furiosamente venezolanos y petroleros.