El domingo ganó la descentralización y nadie puede dudar que los recién electos gobernadores poseen mucha más legitimidad que un gobierno central que en todos los aspectos se ha venido a menos. A nivel local y apartando la inseguridad causada por el hampa desbordada, pocos asuntos parecen requerir soluciones tan urgentes como los problemas del tránsito causados por el exceso de vehículos privados y la falta de un buen transporte público. Buscar solucionar lo anterior, mientras la gasolina sea regalada, es ridículo; sería sencillamente un arar en el mar.
De igual manera, las recientes caídas en los precios del petróleo deben tener al gobierno central desesperado, ubicados como están entre la necesidad de aumentar los precios de la gasolina doméstica para disminuir los costos que esa política actualmente le causa, así como para tener más gasolina que vender en el exterior y la falta de la credibilidad necesaria para implementar tales aumentos. Para colmo de males, no hace mucho, el autoritario clasificó un aumento en el precio de la gasolina como un atentado en contra de la soberanía nacional.
En virtud de lo anterior me permito sugerirle a todos los gobernadores que al unísono le reclamen al gobierno central el aumentar el precio de la gasolina por ejemplo a 500 de los originales por litro, o sea a 50 cts. de los dizque bolívares fuertes, pero sujeto a que ese aumento sea íntegramente entregado a las gobernaciones con el fin de que procedan a ejecutar de inmediato un plan de transporte público que respete al usuario así como lograr el mantenimiento y la ampliación de las redes viales.
Lo anterior ayudaría además a eliminar ese vergonzoso robo de recursos públicos que se le hace a las clases más desposeídas del país cuando se vende la gasolina por debajo de su valor de mercado internacional. ¿Queremos gobernabilidad en nuestro país? Comencemos entonces por eliminar las peores fuentes de desgobierno.
Gobernadores electos, les pregunto: ¿Qué mejor manera para honrar la democracia que invertir vuestro muy efímero capital político en ayudar solucionar un problema existencial del país, al mismo tiempo que cumplen mejor con sus electores? Imagínense el final de su periodo y pregúntense si con los ingresos provenientes de un aumento de la gasolina, bien invertidos, tendrían mayores o menores posibilidades de reelección.
Si además deciden, todos juntos, crear una comisión de asesoría en materia de transporte y que alejada del desastroso autoritarismo central trabaje directamente para ustedes, mejor aún.
En lo personal no cesaré en mis esfuerzos por ayudar lograr la verdadera descentralización en Venezuela y la cual no es otra que la entrega de las resultas petroleras directamente a los ciudadanos, para que sean estos y no unos sabihondos burócratas que las siembren. No obstante, el acercar una parte de las resultas petroleras locales a los gobernadores y por ende a los ciudadanos, es un buen primer paso. En las bombas de gasolina, al pagar, nosotros sabríamos a quién exigir y los gobernadores tendrían su recordatorio sobre a quiénes se deben.
Noticiero Digital