Cuando por televisión vi a Antonio Brufau, el presidente de Repsol, salir de una librería de Madrid donde tuvo una reunión con nuestro petro-autócrata de turno, portando una sonrisita de inmensa satisfacción, les confieso que me entraron unas inmensas ganas de cachetearlo, por cuanto él, tan europeo, debe estar consciente del irrespeto con que en Venezuela se trata a nosotros los verdaderos dueños del petróleo venezolano, al mantenernos en las tinieblas sobre lo que pasa con nuestros recursos naturales agotables.
Ya quisiera yo ver a Brufau, como ciudadano español, si algún extranjero le estuviese haciendo lo mismo en España. Y que no nos venga a llorar mañana pidiendo una ayudadita cuando se le enrede el papagayo. Nosotros tenemos el derecho de por lo menos ver los espejitos que proponen a cambio de las perlas, para asegurarnos que sirvan para algo más que pavonear, así que, Brufau, pon a la disposición de los venezolanos todos los convenios que tiene firmados Repsol con Venezuela. Y si acaso Brufau necesita de un empujón, solicito aquí la ayuda de todo ciudadano español, de todo accionista de Repsol o de toda autoridad que pueda tener alguna injerencia en el asunto.
Y que no me vengan a decir que todo esto me sale solo a cuenta de un descontento con el gobierno actual, por cuanto puedo evidenciar que llevo décadas en aquello de buscar la verdad sobre nuestro petróleo. Entre otro fui de los primeros en cuestionar cómo Pdvsa le enviaba petróleo por debajo de su valor a Citgo para que pudiere demostrar ganancias, aun cuando ello resultase en que sin razón tuviésemos que pagar impuesto sobre la renta en Estados Unidos, y para lo cual tuve que acudir a conseguir información en la Bolsa de Nueva York. Igualmente fui de los primeros en cuestionar la estructura de los contratos de apertura ya que implicaban un gran cheque para el momento y hambre para el mañana.
Esta semana en una reunión internacional sobre la transparencia de contratos en la industria petrolera, observando la participación de unas empresas de las que en su momento formaron parte de "las (malucas) siete hermanas" y los avances que la sociedad civil ha tenido en convencer algunas de ellas sobre la necesidad de mayor transparencia y responsabilidad social y ambiental, se me pasó por la cabeza que justamente cuando ya podemos lograr cosas mejores para el país, nuestros gobiernos firman convenios obscuros, con entes obscuros, de países obscuros para lograr cosas mejores, para los de nuestros gobiernos. Señor Antonio Brufau: ¿Conoce usted a sus otros colegas inversionistas petroleros en Venezuela?
En la exposición de motivos de nuestra Constitución leemos sobre: "La consagración amplia del derecho a la participación en los asuntos públicos de todos los ciudadanos… responde a una sentida aspiración de la sociedad civil organizada que pugna por cambiar la cultura política generada por tantas décadas de paternalismo estatal y del dominio de las cúpulas partidistas que mediatizaron el desarrollo de los valores democráticos". Señor Antonio Brufau, ¿Está usted enterado que hace usted negocios con violadores de la Constitución?
Señor Antonio Brufau. El logo de Repsol aparece en el folleto de la Iniciativa de Transparencia en la Industria Extractiva (EITI)… ¿Es puro show?
El Universal
Ya quisiera yo ver a Brufau, como ciudadano español, si algún extranjero le estuviese haciendo lo mismo en España. Y que no nos venga a llorar mañana pidiendo una ayudadita cuando se le enrede el papagayo. Nosotros tenemos el derecho de por lo menos ver los espejitos que proponen a cambio de las perlas, para asegurarnos que sirvan para algo más que pavonear, así que, Brufau, pon a la disposición de los venezolanos todos los convenios que tiene firmados Repsol con Venezuela. Y si acaso Brufau necesita de un empujón, solicito aquí la ayuda de todo ciudadano español, de todo accionista de Repsol o de toda autoridad que pueda tener alguna injerencia en el asunto.
Y que no me vengan a decir que todo esto me sale solo a cuenta de un descontento con el gobierno actual, por cuanto puedo evidenciar que llevo décadas en aquello de buscar la verdad sobre nuestro petróleo. Entre otro fui de los primeros en cuestionar cómo Pdvsa le enviaba petróleo por debajo de su valor a Citgo para que pudiere demostrar ganancias, aun cuando ello resultase en que sin razón tuviésemos que pagar impuesto sobre la renta en Estados Unidos, y para lo cual tuve que acudir a conseguir información en la Bolsa de Nueva York. Igualmente fui de los primeros en cuestionar la estructura de los contratos de apertura ya que implicaban un gran cheque para el momento y hambre para el mañana.
Esta semana en una reunión internacional sobre la transparencia de contratos en la industria petrolera, observando la participación de unas empresas de las que en su momento formaron parte de "las (malucas) siete hermanas" y los avances que la sociedad civil ha tenido en convencer algunas de ellas sobre la necesidad de mayor transparencia y responsabilidad social y ambiental, se me pasó por la cabeza que justamente cuando ya podemos lograr cosas mejores para el país, nuestros gobiernos firman convenios obscuros, con entes obscuros, de países obscuros para lograr cosas mejores, para los de nuestros gobiernos. Señor Antonio Brufau: ¿Conoce usted a sus otros colegas inversionistas petroleros en Venezuela?
En la exposición de motivos de nuestra Constitución leemos sobre: "La consagración amplia del derecho a la participación en los asuntos públicos de todos los ciudadanos… responde a una sentida aspiración de la sociedad civil organizada que pugna por cambiar la cultura política generada por tantas décadas de paternalismo estatal y del dominio de las cúpulas partidistas que mediatizaron el desarrollo de los valores democráticos". Señor Antonio Brufau, ¿Está usted enterado que hace usted negocios con violadores de la Constitución?
Señor Antonio Brufau. El logo de Repsol aparece en el folleto de la Iniciativa de Transparencia en la Industria Extractiva (EITI)… ¿Es puro show?
El Universal