21 de noviembre de 2013

La economía al paredón

Hacen cualquier cosa para aferrarse al poder capturado. A corto plazo muchos venezolanos tendrán que revender ropa y enseres, en mercados de pulgas, sólo para poder comer. A sabiendas de los sufrimientos que se está causando, muy especialmente a los más débiles, para no maldecir los culpables, no me queda más remedio que decirles que me producen una mezcla de rabia con profunda tristeza... Y ahí dejo eso para retornar al debate sobre el mañana.
Es inmoral, injusto y falto de compasión, el que a algunos hijos de Venezuela les toque más que a otros de las resultas petroleras que la providencia les legó.
Es inmoral, injusto y estúpido que las resultas petroleras que fueron legadas a todos los hijos de Venezuela, en lugar de unirlos, los dividan.
Es inmoral e injusto que a través de ilícitos endeudamientos, los venezolanos del hoy se apropien de las resultas petroleras, de los hijos de la Venezuela del mañana. Y digo "ilícito" por cuanto el art. 12 de la Constitución establece: "Los yacimientos de hidrocarburos existentes en el territorio nacional, pertenecen a la República, son bienes del dominio público y, por tanto, inalienables e imprescriptibles"... lo que debe significar que no se pueden emitir promesas de pago basadas en petróleo que aún no ha sido extraído.
Es inmoral e injusto que el Estado, con infinita arrogancia, se arroga el derecho de sembrarles a los venezolanos su petróleo. En esencia, le irrespeta el derecho de los hijos de Venezuela, como dice la canción, a "correr el riesgo de levantarse y seguir cayendo"... para así aprender.
La actual dizque revolución, la que se da golpe de pechos por preocuparse por los pobres, en los últimos 14 años le debe haber entregado algo menos del 10% de las resultas petroleras a la mitad más pobre de Venezuela, habiéndole entregado a la otra mitad de Venezuela, y a otros que no son hijos de Venezuela, algo más que el 90%.
En la semana en un debate se preguntó ¿cuál es la insistencia en aumentar el precio de la gasolina? La respuesta que adelanté fue: "El día que los pobres sin carro, bajen con sus pailas a llenarlas con gasolina regalada, para que la gasolina se acabe y para que entonces puedan cambiar un litro de gasolina por un litro de leche... ese día se sabrá, algo tarde, el porqué hay que aumentar el precio de la gasolina".
Igualmente en la semana, en otras circunstancias, y ante la indignación sobre la vaciada de anaqueles, no encontré otra cosa que decir y tuitear que: "La verdad es que todo venezolano debería tener el derecho a poseer su propia empresa de maletín, con la cual acudir a Cadivi y exigir comprar unos 100 a 200 dólares mensuales a Bs. 6.30 por dólar. Si así fuese, hoy no estaríamos pasando vergüenza ante el mundo, y ante nuestros descendientes.
Leímos a Rafael Ramírez declarar que se han vendido "6 millardos de dólares en viajes en lo que va de 2013"... de repente eso hasta no incluye los pasajes. De ser cierto, eso evidencia demencia gubernamental. Tanta que no quedaría más que rogar que muchos de esos dólares vendidos, vía algún raspadito, hayan retornado para alimentar el mercado paralelo, y no se perdieron íntegros en restaurantes y hoteles del exterior.
¿Y esos dementes son los que no nos entregan las resultas petroleras dizque por cuanto saben mejor cómo sembrarlas? ¡No me jurunguen!
Por favor, ciudadanos o comuneros, alejémonos del fascismo o del comunismo, y repartámonos por igual las resultas petroleras, para que ningún hijo venezolano sienta que un hermano, le deba un céntimo de ese legado.
PS. Creyentes en las guarimbas… ¿Que tranca más la circulación, carros llenos de gasolina o carros sin gasolina?