Un artículo publicado el mismo día en El Universal, Noticiero Digital y Aporrea
¡Guillo Ruperto!
Alí Primera por cuanto sus versos contienen tanto material explotable por la ideología que lo sedujo seguirá siendo el cantautor por excelencia de la izquierda venezolana. Pero Alí Primera igualmente se hace querer por todos quienes capaces de desligarse del color de sus palabras, oyen en él la expresión de lo que fue un sincero amor a Venezuela y a los venezolanos.
Alí Primera nos cantó que a Ruperto "se le enfermó su muchacho, el más pequeño de ellos y el más grande de sus sueños; que Ruperto bajó a la ciudad a buscarle algún remedio y se le murió en la cola, se le murieron sus sueños" y que luego, desesperado, alguien "lo vio buscando tablas, no pa' enterrar a un pequeño, sino pa' enterrar un viejo, pa' enterrar al capitalismo".
Lo interesante es que no obstante que Alí Primera sin duda creía que el capitalismo era el culpable y aúpa a Ruperto con su "¡échele bolas Ruperto!" también, como de contrabando, le oímos un "¡guillo Ruperto!". ¿Guillo? ¿Guillo con qué Alí?
¿Acaso intuía algo Alí? Yo sí lo creo y como prueba de ello basta oír el profundo lamento que expresa en su "Ahora que el petróleo es nuestro" cuando nos canta que "izaron el pabellón, subieron las caraotas, las tajadas y el arroz, no hablo de carne mechada, porque así le queda al pueblo, en la manifestación".
Nunca tuve ocasión de conocer a Alí Primera y lamentablemente ya es tarde para ello pero cómo me hubiese gustado conversar con él sobre el significado de "el petróleo es nuestro". Dado que Alí Primera, antes que nada, demostró tener una inmensa confianza en sus compatriotas; estoy seguro que él estaría hoy muy de acuerdo en que aquello sólo puede llegar a ser cierto en la medida que se le entregue a Ruperto y a su hijo, a Alí y a Per, y a todos los demás venezolanos, su cuotaparte de las resultas petroleras, en efectivo.
Igualmente creo que de haber Alí Primera compuesto la canción de Ruperto hoy, en lugar de hablar de "construir su rancho con latas vacías de Pepsi-Cola con latas vacías de Mobil Esso", sin que le hubiese temblado su firme voz, nos hubiese cantando de las latas vacías de Pdvsa. Por lo menos Ruperto y su hijo, Alí y Per, y todos los demás venezolanos que conozco, somos hoy tan poco accionistas de Pdvsa como jamás lo fuimos de una Mobil Esso.
Y con la mano sobre el corazón, a qué manoseadores creen ustedes que se referiría hoy Ali Primera con ese salvaje "Sangueo para el regreso" con el que anunciaba que "Bolívar trae furia y coraje por dentro al ver que nos han quitado lo que él dejó siendo nuestro, dicen que viene caliente por nuestro comportamiento al dejar caer su espada y también su pensamiento… La patria es una mujer y el regreso para amarla contra los que se desvelan tan solo por disfrutarla y en vez de darle caricias, lo que hacen es manosearla".
Amigos "¡Vámonos pa' allá vamos a su encuentro, vámonos pa' allá vamos a su encuentro!". Rescatemos a nuestro capturado Bolívar y hagamos por primera vez verdaderamente nuestro al petróleo que nos legó la Providencia. ¡Sí, echémosle bolas Ruperto!
Postdata: A los venezolanos con talento en música y letras. Por favor, busquen escribir la canción que crean que Ali Primera nos hubiese compuesto de haber estado vivo observando hoy cómo, con tantos Ruperto e hijos de Ruperto rondando desolados por nuestro país, aún así el cacique de turno le entrega setenta céntimos de dólar, lo que a la tasa oficial de cambio son unos 1.500 bolívares de los viejos y cansados (o muchos más a la tasa real de ese mercado "que no debe ser nombrado") por cada litro de esa "gasolina nuestra" que distribuye en las gasolineras de nuestro triste y cansado país, solo por cuanto perdió la credibilidad necesaria para gobernar. ¿Me la envían?
Postdata en 2019: Hoy los venezolanos necesitamos algo muy sólido de qué agarrarnos para con ímpetu creer en el futuro de nuestra Venezuela.