Si en algún país desarrollado uno de esos empresarios multi-millardarios hubiere legado un dividendo mensual a cada uno de sus compatriotas... ¿llamaríamos a estos últimos mendigos?
Y si entonces un gobierno les anunciase a esos herederos que, por cuanto no saben administrar su dividendo, se los va a quitar a todos, ricos y pobres por igual,... ¿nos parecería bien?
Y si luego ese mismo gobierno usando los dividendos confiscados, favorece a algunos ciudadanos mucho más que a otros... ¿nos parecería bien?
Y si respondemos NO a las tres preguntas... ¿a cuenta de qué no protestamos la centralización de nuestras resultas petroleras... a cuenta de qué llamamos a quienes logran recuperar una partecita de su dividendo vía unas misiones unos mendigos... y a cuenta de qué nos negamos a calificar a quienes les toca una mayor tajada, vía por ejemplo la gasolina regalada o los dólares preferenciales capitalizados, como unos vulgares aprovechadores?
Por supuesto, e igualito a quienes se mercadean como "oposición", me opongo vehemente a la falta de respeto a la Ley que impera en Venezuela, a la falta de seguridad personal y a las tantas estupideces, odiosidades e inmoralidades cometidas por tantos de este gobierno.
No obstante, una "oposición" que ni siquiera debate la principal perversión en Venezuela, la centralización de sus resultas petroleras, y que convierte lo que nos legó la Providencia en un instrumento de opresión, no merece ser llamada "oposición", sino sólo otra alternativa de continuidad, así sea seguramente mucho mejor que lo actual.
Si estuviésemos ante la elección de elegir una mediocridad para sustituir a otra... mis propuestas difícilmente tendrían eco... pero después de los últimos desastres, ya se nos agotó el derecho moral de no hacer lo posible por corregir lo que nos impide ser una nación viable.
Si en los próximos debates los candidatos no tocan el tema del cómo los ubicados, o sea aquellos quienes se posicionan de una manera u otra para agarrar más de lo que le toca de las resultas petroleras, se aprovechan de manera vergonzosa de los desubicados, gobierno tras gobierno... se los echaré en cara, mientras pueda.
Posdata 1: Vimos una parte de nuestro oro retornar a Venezuela. ¡Qué bien! En Venezuela les será menos fácil desaparecerlo vía transferencia electrónica. Ahora solo nos falta esperar que quienes lo trajeron al país sean consecuentes y vuelvan a enterrar todo ese oro en las minas venezolanas.
La verdad es que mientras los ciudadanos venezolanos, los verdaderos propietarios del oro, no pueden darle un uso correcto, o por lo menos mientras no pueden ni siquiera estar aprendiendo sobre el cómo usarlo correctamente, nuestro oro jamás debería haber sido extraído. Qué tragedia, el que no podamos igualmente pedir el regreso físico a nuestra patria, de los cientos de millardos de barriles petroleros dilapidados.
Posdata 2: Para que la esperanzadora Ley de Costos y Precios Justos pueda cumplir sus objetivos debe ser complementada con dos leyes. La primera, la Ley del Bolívar Fuerte, la que le prohíbe a los funcionarios del Gobierno o del Banco Central, so pena de cárcel, facilitar cualquier acto que debilite el valor adquisitivo del bolívar... y la segunda, la Ley de Compras a Precios Justos, la que le prohíba a todo venezolano, so pena de cárcel, adquirir un bien pagando una cantidad de bolívares por encima de su "Precio Justo". Bendita economía sommerza... allá vamos.