Cuenta la leyenda que en 1787 el mariscal duque Grigori Potemkin, para ganar puntos con la zarina Catalina la Grande, creó y pintó fachadas de idílicas aldeas, que desde lejos daban la impresión de un gran progreso y bienestar en la Crimea recién conquistada por él. Verdad o no, el hecho es que en nuestro país, abundan las fachadas Potemkin... y solo para comenzar, nuestra piñata petrolera pintada como democracia, es una de ellas.
Necesitamos lograr que los venezolanos nos acerquemos a nuestras falsas fachadas y las toquemos para que entendamos una vez por todas, las mentiras en que hemos creído... todos nosotros, sin excepción.
Una de las mejores maneras de lograr eso es repetir vez tras vez la pregunta que hace unas pocas semanas les sugerí hacerle a todo candidato que levante la mano con aspiraciones de convertirse en nuestro cacique de turno:
"¿Quién cree usted que le puede dar un uso más adecuado a las resultas petroleras, cada venezolano usando 200 dólares mensuales, o usted usando 63.875.000.000 anuales?
Si el aspirante a Gran Cacique responde: "¡Yo!", repregúntale... ¿Cómo es posible que usted menosprecie tanto al venezolano al mismo tiempo que le pide su voto de confianza?
Si el aspirante a Gran Cacique responde: "¡Los ciudadanos!", repregúntale... ¿Entonces cómo es posible que no incluye usted en su propuesta de gobierno el darle al ciudadano venezolano el acceso directo a sus resultas petroleras?
Amigos, periodistas venezolanos... ¿No les parece que la pregunta anterior se dirige al corazón de lo que es la esencia política de nuestro país? ¿Cuántas veces la han hecho? ¿Van a seguir permitiendo que los repartidores de las resultas petroleras, pobrecitos tan sacrificados ellos, se salgan con las suyas sin siquiera tener que responderla?
Entre los de la Cuarta que están hartos de la Quinta repartiendo; los de la Cuarta que están temerosos que los de la Quinta puedan volver a ganar; los de la Quinta que están hartos del cómo la Quinta reparte de malo pero que se desviven por el que no regrese los de la Cuarta a repartir, y los que no quieren que ni la Quinta ni la Cuarta reparta, o sea los verdaderos Ni-Ni, se pueda construir una mayoría a favor de una Sexta donde las resultas petroleras le son entregadas al ciudadano, para que las siembre, como quiera, como necesite.
Pregúntale a los de la Cuarta... ¿Por imposible que te parezca, si vuelve a ganar la Quinta, no preferirías votar antes a favor de que tu cuota parte de las resultas petroleras se te entregue directamente a ti, para que el cacique de turno de la Quinta no las despilfarre o, peor aún, las pueda usar en tu contra?
Pregúntale a los de la Quinta... ¿Por imposible que te parezca, si la Cuarta regresa no preferirías votar antes a favor de que tu cuota parte de las resultas petroleras se te entregue directamente a ti, para que el cacique de turno de la Cuarta no las despilfarre o, peor aún, las pueda usar en tu contra?
Pregúntale a los Ni-Ni... ¿Tú, a quien ni te gustó la Cuarta ni te gusta la Quinta, y que reconoces que quien quiera que triunfe se convertirá en un engreído e insoportable cacique a cuenta de sacarse el gordo de los gordos de la lotería de las resultas petroleras, no preferirías votar antes a favor de que se te entregue tu cuota parte de tales resultas, para así evitar que quien sea electo cacique de turno, o bien por la Cuarta o bien por la Quinta, o bien en nombre de una nueva utopía, no las despilfarre o, peor aún, las pueda usar en tu contra?