La exposición de motivos de la "Ley de Costos y Precios Justos" establece:
"Los abusos flagrantes del poder monopólico en muchos sectores de la economía han originado que la base de acumulación de capital se materialice en los elevados márgenes de ganancia que implica el alza constante de precios sin ninguna razón más que la explotación directa e indirecta del pueblo.
Sabido es que las asimetrías de los agentes en la dinámica económica han derivado en precios altos y en daños incalculables a la economía de los consumidores.
El poder monopólico o monopsónico y la cartelización, se han constituido en la política aplicada, por los empresarios, para dominar el mercado, siendo ellos quienes fijan los precios y condiciones comerciales, que no se corresponde a referentes internacionales, ni obedecen a una estructura de costos justificable".
Y eso lo dicen los abusadores más flagrantes de lo que sin duda alguna es uno de los poderes más monopólicos que existe en país alguno... el control de una chequera repleta de resultas petroleras.
Y eso lo dicen quienes han ejercido el mayor poder asimétrico y causando daños incalculables a la economía de los consumidores actuales y futuros.
Y eso de cartelización lo dicen quienes usan a la OPEP para valorizar un recurso agotable que si obedeciesen a una estructura de costos de lo que ellos denominan justificable no valdría lo que hoy vale.
Y eso lo dicen quienes mediante sus políticas cambiarias y fiscales fijan los precios básicos y las condiciones comerciales en correspondencia con sus referentes ocurrencias.
A sabiendas que este tipo de leyes intervencionistas no funcionan, para nada, sólo empeoran todo, pregunto: ¿Cuánto cinismo, arrogancia o simple brutalidad es necesaria para decretarlas? ¿Quieren acabar con monopolios, como todos queremos? Entonces comiencen por donde hay que comenzar, lo cual es introduciendo severas limitaciones constitucionales a la cantidad de recursos distintos al de impuestos pagados por los ciudadanos, que pueda recibir y usar un gobierno.
Lo triste es que tampoco la oposición parece tener interés en liquidar el maldito monopolio que nos ahoga como nación, al solo parecer querer ejercerlo para sus propias mejores y más finas ocurrencias.
Después de todo artículo en el cual propongo que se le entregue las resultas del petróleo a los ciudadanos, para que sean estos quienes las siembren, recibo cientos de mensajes que comienzan con un "totalmente de acuerdo" y terminan con un "pero".
Y los "peros" son casi siempre relacionados con la importancia de construir la infraestructura necesaria para el país, o con la de brindarles una óptima educación a los venezolanos. Por supuesto estoy de acuerdo con ello... "pero", siempre que estén dadas las condiciones para que esto pueda ser aprovechado por el ciudadano. Mientras la infraestructura mental del venezolano sea producto de un monopolio malvado y disfuncional... no habrá infraestructura o educación en Venezuela que sirva.
Y, como siempre, quienes más sufrirán, son los pobres, a quienes los caciques de turno más les quitan, sin que se den cuenta.
El ministro Jorge Giordani declaró: "El presupuesto anual del país debe desvincularse del precio del petróleo... tienen que ser los ingresos, o sea, el valor agregado interno que produzca y que pague los impuestos". De acuerdo ministro, entréguenos entonces, YA, nuestras resultas petroleras. ¿O será que el ministro propone quedarse tanto con las perlas como con los espejitos?