Leemos sobre venezolanos acostándose con hambre... que si son 800.000, que si son 400.000. Si suponemos 600.000 venezolanos con hambre durante diez años, eso representa, 2.190 millones de noches de hambre venezolanas.
Y la cruda verdad es que si en la última década se le hubiese entregado a cada venezolano su cuota parte de resultas petroleras, en efectivo, ni un solo venezolano tendría que haber pasado una sola mañana, un solo día o una sola noche con hambre, por falta de recursos monetarios.
Es más, si sólo la gasolina regalada hubiese sido vendida a su precio internacional, eso hubiese alcanzado para más de 2.190 millones de suculentas y abundantes cenas, en restaurantes bien caros... y no sé a cuántas buenas comidas caseras.
Pero, francamente, en un país donde la leche cuesta un realero y la gasolina se regala, y eso no se objeta, ni el oficialismo, ni la oposición, en verdad nadie, tiene el derecho de lanzar la primera piedra en este tema, y menos aún hacerse más papista que el Papa.
Henrique Capriles promete algo muchísimo mejor, pero básicamente eso es con respecto a lo mismo de siempre. Y no me cabe la menor duda que de quedar electo Capriles, eso lo lograría... y lo cual de por sí ya es una buena razón por la cual votar por él.
No obstante, para mí, con algo muchísimo mejor de lo mismo de siempre, simplemente no me basta, puesto que deseo algo mucho mejor para mi país que quiero. Por eso, justamente una de las principales razones por la cual obligadamente hay que votar por Capriles el 7 de octubre... es la de tener un cacique al cual se le pueda hacer oposición y exigirle algo distinto y mejor... quizás hasta el extremo de lograr hacerlo un presidente de verdad.
¿Debatir con el cacique de turno? ¿Para qué? Pero debatir con Capriles como cacique de turno bien puede valer la pena. Es más, desde ya reto a Capriles que cuando sea elegido "presidente" debata con representantes de la sociedad civil por televisión, una hora cada semana, aunque por supuesto que eso no sea en cadena.
Ya quisiera yo ver al actual cacique responderme: "¿Por qué rayos, esta misma noche, se tienen que acostar unos cientos de miles de compatriotas suyos, tan autóctonos y tan descendientes de gestas libertadoras como usted, por la simple razón que usted cree que le conviene regalar la gasolina a otros que sí tienen con qué comer?...¿Qué clase de traición a los hambrientos de su país es esa? Y ahora, para poder seguir regalando la gasolina y no atreverse aumentar su precio, gasta usted además un realero en instalar unos chips, que además discriminan y dividen... ¿Qué clase de cobardía política es esa?".
PS. Por si acaso les recuerdo que desde hace tiempo me refiero a "caciques" en lugar de "presidentes", por cuanto en un país donde más del 97 por ciento de las exportaciones van derechito al poder central, simplemente no es posible tener presidentes, sino sólo caciques... y eso quizás hasta solo en el mejor de los casos.