Recibí un correo electrónico que les deseo comentar. Decía:
“Le sugiero estudiar con detenimiento eso de entregar a cada quien su parte de la renta petrolera.
Presumo que Usted no conoce bien del comportamiento de la sociedad venezolana -la mayoría-, está integrada mayoritariamente por analfabetas funcionales, independientemente de que tengan Títulos de TSU o Universitarios.
A la hora de elegir es una sociedad profundamente emocional, a ella engañan politiqueros... creándoles situaciones de dualidad objetiva. Todos y cada uno de los gobiernos que ha tenido Venezuela se han agotado en la demagogia y el populismo, acá no se desarrollo una burguesía nacional, lo que existe es parasitismo.
Se cumple aquello de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, es doloroso admitirlo pero, debemos rendirnos ante las abrumadoras evidencias.”
Y sinceramente no estoy seguro si entendí el mensaje. De un lado, al hablar de analfabetas funcionales y parasitismo el autor daría la impresión de no estar de acuerdo con que las resultas petroleras se entreguen a los ciudadanos, pero, por el otro lado, el mensaje de fondo, clama por un cambio radical que nos salve de los engaños tan abrumadoramente evidenciados.
De nuevo les repito mi convencimiento de que la única manera de quitarle el parasitismo al venezolano y darle una posibilidad de alfabetizarse en materia económica es entregarle su dividendo petrolero con dos mensajes.
El primero es de pagar un impuesto sobre tal ingreso, por cuanto considero que es un derecho humano de todo ciudadano pagarle una contribución al gobierno, así sea mínima, para así tener el derecho de exigirle a su gobierno… y además soy un fanático opositor al dividir una nación entre pagadores de impuestos y recibidores de favores.
El segundo mensaje, el más importante, es que una vez pagado ese dividendo, no hay más que sacarle al petróleo así que a trabajar en lugar de mendigar gobiernos o chuparle las medias a los caciques de turno.
Acabo de leer que desde marzo para distribuir las ayudas financieras regulares se ha distribuido en Sud-Africa más de 2,5 millones de tarjetas de debito para repartir ayudas financieras y que utilizan datos biométricos para ayudar a combatir el fraude. (El costo mensual por tarjeta, es de aproximadamente 2 dólares.)
Los sudafricanos pueden utilizar sus tarjetas para pagar por bienes y comprobar sus saldos de las cuentas de forma gratuita en el punto de venta. Además, pueden contra un cargo retirar efectivo en cajeros automáticos y en tiendas participantes.
Imagínense si todos los venezolanos recibiésemos nuestras resultas petroleras, netas del impuesto sobre la renta petrolera retenidas, de esa manera el primer día de cada mes. En tal caso le resultaría imposible a nuestros políticos gobernantes echarse tan odiosamente de estar haciéndonos favores con nuestras propias resultas, y los cual tiene a los venezolanos en un continuo estado de sumisión, cuan unos intelectualmente cuasi-castrados.
Y los venezolanos que quieren recibir la gasolina regalada, que entonces se auto-engañen, y usen su tarjeta para pagarla a precios de mercado internacional.
El sacar a Venezuela adelante, no es tarea de gobiernos, es tarea ciudadana.