El ciudadano en un país petrolero con las resultas petroleras centralizadas, puede sentir que su futuro se debe más a lo que un presidente o un cacique de turno vaya a hacer para él con tales resultas, de lo que él puede hacer por sí mismo, con lo que Dios le dio, a él solito… y eso es muy malo.
Los funcionarios públicos en un país petrolero con las resultas petroleras centralizadas, quienes ejercen influencias políticas, pueden considerar que deberse al presidente o al cacique de turno, es lo mismo que deberse al país… y eso es un muy malo, hecho un mucho peor.
El presidente o el cacique de turno en un país petrolero con las resultas petroleras centralizadas, se cree en derecho de imponer sus ocurrencias, contra viento y marea, al considerar que tales resultas le han sido entregadas por algún designio divino, como mediante un cetro y una corona de torrecitas petroleras… y eso es un muy malo, hecho un mucho peor, hecho un sadismo.
Y en épocas de elecciones es más importante que nunca simplificar para explicar:
El gobierno puede dedicarse a lo suyo, eso es bueno, o también dedicarse a lo no suyo, eso es malo.
El gobierno puede trabajar con dinero recibido en impuesto de los ciudadanos, eso es bueno, o trabajar también demasiados ingresos automáticamente retenidos a la ciudadanía, eso es malo.
El gobierno puede ser eficiente, eso es bueno, el gobierno puede ser ineficiente, eso es malo,
Por cuanto no hay duda que el gobierno actual logro pegar la trifecta de lo malo, y sus tantas contradicciones internas le impiden rectificar, sabemos que hay que votar por Henrique Capriles, con entusiasmo.
No obstante como Henrique Capriles, aún cuando promete dar una mayor apertura al sector privado, no ha dado mayores indicaciones de querer restringir el campo de acción del gobierno; o de no seguir reteniéndole a los ciudadanos sus resultas petroleras, nuestro principal justificativo para votar por él, es que creíblemente nos promete una mayor eficiencia gubernamental. En otras palabras votaremos para cumplir una condición necesaria, aun cuando no sea suficiente.
¿Pero porqué a los venezolanos, a sabiendas de cómo las resultas petroleras centralizadas le han causado tanto daño a la gobernabilidad de nuestro país, se nos hace tan difícil hacer algo al respecto? El libro de Malcolm Gladwell, “Blink: Inteligencia intuitiva”, 2007, puede que contenga una pista para responder tal pregunta.
En “Blink”, Gladwell comenta que personas con daños en la corteza prefrontal ventromedial (algo que tiene que ver con el cerebro, no me pregunten) pueden ser muy inteligentes y racionales, pero carecen de esa capacidad de juicio que les permite tomar buenas decisiones y centrarse en lo realmente importante… causando una total desconexión entre lo que saben y lo que hacen.
¿Será entonces que los vapores emitidos por resultas petroleras centralizadas causan este tipo de daño a la corteza prefrontal ventromedial?
Por cierto, no es sólo los venezolanos que pueden estar sufriendo de esa lesión. Los reguladores bancarios, aún a sabiendas que todas las crisis bancarias del mundo han resultado exclusivamente de excesivos prestamos a lo que se consideraba, erróneamente, como absolutamente nada riesgoso, y jamás de algo considerado, correctamente, como riesgoso, siguen aplicando requerimientos de capital a los bancos que son infinitamente menores cuando algo es considerado como absolutamente nada riesgoso que cuando es percibido como riesgoso.